Cristina Fernández Cubas. Foto: Pilar Aymerich

Cristina Fernández Cubas. Foto: Pilar Aymerich

Letras

'Lo que no se ve', de Cristina Fernández Cubas: relatos inquietantes para descifrar a mujeres enfrentadas

La escritora recupera en su nuevo libro de cuentos algunas constantes de su obra, como la figura del doble, lo fantástico y las situaciones turbadoras.

Más información: Miriam Reyes, Premio Nacional de Poesía 2025 por su libro 'Con'

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La trayectoria literaria de Cristina Fernández Cubas (Arenys de Mar, Barcelona, 1945) es incontestable. Lo acredita la calidad de su trabajo –que cualquier lector avezado puede atestiguar– y los numerosos premios que ha obtenido por él. El más significativo es el Nacional de las Letras Españolas, que se concede a un autor consagrado por el conjunto de su obra y que ella obtuvo en 2023.

Lo que no se ve

Cristina Fernández Cubas

Tusquets, 2025
163 páginas. 18,90 €

Al justificar los motivos, el jurado mencionaba "la magia de su narrativa que la ha llevado a ser considerada como una de las mejores cuentistas españolas". Y así es, porque Fernández Cubas ha hecho brillar el género breve como solo antes lo habían conseguido Azorín, Ignacio Aldecoa o Medardo Fraile, por poner tres ejemplos emblemáticos.

Al Premio Nacional de las Letras, esta escritora añade otros dos que por sí mismos confirmarían su valía: el Premio de la Crítica, que consiguió en 2015, y el Nacional de Narrativa en 2016. Ambos le fueron otorgados por su libro de relatos La habitación de Nona (2015), que también logró el Dulce Chacón y el Mandarache.

Además, el volumen titulado Todos los cuentos, una colectánea que reunió en 2009 sus primeros cinco libros de relatos (Mi hermana Elba –1980–, Los altillos de Brumal –1983–, El ángulo del horror –1990–, Con Ágatha en Estambul –1994– y Parientes pobres del diablo –2006–, a los que sumó la continuación de un texto de Edgar Allan Poe), recibió varios galardones: el Cálamo (2008), el Ciudad de Barcelona, el Salambó, el Qwerty y el Tormenta, los cuatro últimos en 2009.

Curiosamente, Fernández Cubas no consiguió ninguno durante los veinte primeros años de actividad literaria, un tiempo que le gusta reivindicar porque entonces ya gozaba de prestigio entre la crítica.

En ocasiones, la autora ha reflexionado sobre su género fetiche y, como buena conocedora de sus secretos, ha revelado las claves de una escritura que en absoluto considera menor. Un cuento, como ella misma ha manifestado, se fundamenta en la sugerencia. En él, todo está medido, de forma que cualquier elemento que integra es importante, lo que a menudo obliga al lector a volver sobre páginas ya conocidas para entender mejor ciertos matices de la historia que se revelan a la luz de nuevos datos.

Pero a pesar de que el reconocimiento de Fernández Cubas se debe esencialmente a su dimensión de fabulista, no se puede ignorar su quehacer en otros ámbitos. Ha escrito varias novelas, teatro, literatura infantil, una biografía sobre Emilia Pardo Bazán (en 2001) y la crónica personal Cosas que ya no existen (2001), un trabajo fragmentario en el que trata sobre paisajes, personajes, objetos, momentos históricos, situaciones y sentimientos de un tiempo pasado.

Incluso firmó bajo el pseudónimo de Fernanda Kupps La puerta entreabierta (2013), una novela que pone el foco en lo imaginario, integrante habitual de su bibliografía.

En Lo que no se ve, Fernández Cubas abunda en su faceta de cuentista. El libro está formado por seis textos en los que recupera algunas de las singularidades más representativas de su obra anterior. La indagación en la figura del doble, la aparición de componentes fantásticos, la atención hacia lo insólito, las situaciones inquietantes y perturbadoras, la trascendencia de lo psicológico, las mujeres y su mundo, la niñez y la adolescencia, la rivalidad entre las personas o lo complejo de la realidad son ingredientes clave de estos relatos, a los que añade la presencia de la intertextualidad.

Los cuentos de Fernández Cubas dicen tanto con lo que manifiestan como con lo que ocultan y sugieren

En "Tú Joan, yo Bette", las protagonistas son dos hermanas que han crecido juntas y que, por circunstancias de la vida, han envejecido también juntas en la casa familiar. Cinéfilas como sus padres, han perdido sus nombres para adquirir los de dos actrices de Hollywood –Bette Davis y Joan Crawford– protagonistas de la película ¿Qué fue de Baby Jane?, el thriller psicológico de Robert Aldrich que sirve de fondo y que bucea en la rivalidad entre dos hermanas.

El relato ahonda en la vejez y en los estragos que el paso del tiempo causa en dos ancianas que se odian y se quieren al mismo tiempo, y se detiene en la dificultad de las relaciones consanguíneas.

En "¿De qué se habla en las fiestas?" reaparecen, una vez más, los temas del doble y de la competencia entre dos mujeres. Aquí se trata de dos compañeras de instituto que se convierten en amigas, aunque nunca ejercen como tales fuera del centro.

La posibilidad de compartir su tiempo de ocio las pone, al fin, frente a los prejuicios y hace detonar entre ellas sentimientos que hasta entonces no habían experimentado. En este texto, como en los demás, destaca el análisis psicológico de las protagonistas y la incomodidad que desprenden ciertos elementos del contenido que la escritora, con su maestría, apenas deja esbozados.

En "Momonio", acaso la historia más inquietante del volumen, se profundiza en las fuerzas oscuras. Pasado un tiempo, la narradora recuerda la tarde en la que sus amigos de juventud invocaron al Otro, un día que cambió sus vidas para siempre. Una vez más, en ella se explora la representación turbadora del doble. Este motivo reaparece en "La hermana china", un relato de enfrentamiento entre dos muchachas cuya relación, casi enfermiza, recuerda a algunos relatos de un cuentista de excepción: el brasileño Machado de Assis.

En "Il Buco" asistimos a la decadencia de una pareja que se encuentra de viaje por Italia. La mezcla de tiempos, espacios, situaciones, y la confusión entre lo real y lo imaginado, lo convierten en el relato más enigmático del conjunto. "Candela viva", con el que termina el libro, nos invita a apartarnos de nuestra agitada vida para poner en orden lo que somos antes de descansar, por fin, satisfechos.

Los relatos de Lo que no se ve abundan en lo esencial, y eso obliga a detenerse para pensar. Y como es habitual en Cristina Fernández Cubas, dicen tanto con lo que manifiestan como con lo que ocultan y solo sugieren.