Jordi Soler

Jordi Soler Daniel Hidalgo

Letras Esto es lo último

Jordi Soler, escritor: "Lo peor de escribir una canción con Serrat es que fue sólo una canción, y no un álbum"

El más español de los escritores mexicanos lanza 'Y uno se cree' (Alfaguara), la crónica de cómo escribió una canción con el cantautor catalán sobre el legendario pájaro xirimicuil.

Más información: El exilio republicano español, un antídoto contra el resentimiento entre España y México por la Conquista

El Cultural
Publicada

¿Qué libro está leyendo?

Fascismo y populismo, de Antonio Scurati.

¿Cuál es el libro que más le ha ‘autoayudado’?

Los mitos griegos, de Robert Graves.

Si no hubiera podido dedicarse a la escritura, ¿qué hubiera querido ser?

Profesor de tenis.

Un acontecimiento histórico que le habría gustado vivir in situ. ¿Por qué?

El estreno de Un perro andaluz, en París; para oír lo que le comentaban a Buñuel sus colegas Breton y Cocteau.

¿Qué peso tiene Serrat en su memoria sentimental?

Cuando era niño vivía en una plantación de café, en la selva de Veracruz, en una zona donde se hablaban lenguas indígenas, nahua, otomí, totonakú; mi familia se había exiliado ahí después de perder la Guerra Civil, era una pequeña tribu en la que se hablaba en catalán, una lengua que, fuera de nuestro entorno, sólo existía en los discos de Serrat, que era, naturalmente, nuestro cantante predilecto y, para mí, la evidencia de que la lengua en la que hablábamos no era un invento de los mayores.

¿Desde cuándo son amigos y qué libro suyo les unió?

Nos conocimos hace veinte años, él se había entusiasmado con mi novela Los rojos de ultramar y Juan Cruz, nuestro amigo común, organizó una cena en Barcelona, y desde entonces nos hemos ido viendo.

¿Hubiese existido Y uno se cree y la canción que escribió con Serrat sin el xirimicuil?

No, esa canción es el huevo que puso el pájaro xirimicuil. Un día llamó Serrat para decirme que había leído mi novela Ese príncipe que fui, y proponerme la escritura de una canción a cuatro manos, con el pájaro, cuyo nombre completo es xirimiticuaticolorodícuaro, como figura estelar. Es un pájaro que el protagonista de la novela, el príncipe Grau Moctezuma, vislumbra en el Pirineo, después de fumarse una enorme pipa de marihuana.

¿Qué fue lo más divertido de la escritura de la canción?

La escritura fue más bien apasionante, aprendí cosas. La parte divertida fue la conversación que había alrededor, hablábamos de todo entre un verso y otro, de los hijos, de la forma en la que se prepara una quesadilla...

¿Y lo peor?

Lo peor es que fue sólo una canción, y no un álbum.

Participó en la FIL dedicada a España: ¿Cuál es su balance? ¿Sirvió de algo?

Sirvió de mucho a los lectores, a los escritores y al público; casi un millón de personas asistió a la FIL, el mejor año de su historia, con España como país invitado: ahí hay un éxito rotundo. Otra cosa es la política, que todo lo ensucia; yo creo que esta edición merecía la presencia de Claudia Sheinbaum y de Pedro Sánchez, pero la tangana institucional ha podido más que los libros y la cultura.

Un disco/canción que se ponga en bucle estos días.

Boys in the Better Land, de los Fontaines D.C.

¿En qué película se quedaría a vivir y en cuál no aguantaría ni un minuto?

Me quedaría a vivir en La rodilla de Clara, y saldría huyendo de cualquier musical.

¿Ha experimentado alguna vez el síndrome Stendhal?

Sí, con una pieza que canta Montserrat Figueras (Yo soy la locura).

Díganos algo que ya no soporte del mundillo cultural.

La lista de los mejores libros del año; en Inglaterra o en Estados Unidos, por ejemplo, cada medio ofrece una lista distinta. Algo no se está haciendo bien aquí.

Una obra sobrevalorada.

Bohemian Rhapsody.

Un placer cultural culpable.

Amo las cumbias de Los ángeles azules.

¿La Inteligencia Artificial matará la creación artística?

Matará la quincalla artística, pero no creo que mate al arte de verdad, que es la mejor expresión de la Inteligencia Natural.

España es un país…

En blanco y negro.