
Ana María Matute en un montaje diseñado por la editorial Destino.
Ana María Matute, una imaginación centenaria
La autora de 'Primera memoria' y 'Olvidado Rey Gudú', que hubiera cumplido cien años en 2025, será rememorada con algunas reediciones de sus obras.
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Ana María Matute fue una piedra angular en el elenco de novelistas españolas de la segunda mitad del siglo XX. Aunque no fueron tiempos propicios para el desarrollo de las mujeres en el oficio literario, destacaron escritoras de primer nivel: Carmen Laforet, Rosa Chacel, Mercè Rodoreda, Elena Fortún, Adelaida García Morales, Josefina Aldecoa... Sin embargo, ninguna alcanzó tantos y tan importantes reconocimientos como la autora de Niños tontos. Solo Carmen Martín Gaite, de la que también celebramos en 2025 el centenario de su nacimiento, alcanzó cotas de prestigio similares.
Nacida en 1925 en el seno de una familia burguesa de Barcelona, Matute se familiarizó con la literatura desde muy pequeña, leyendo los cuentos de hadas que le regalaba su padre y escuchando las historias que le contaban la tata Anastasia y la cocinera Isabel. Su inquietud por la fabulación se materializó en su primer cuento, escrito a los cinco años: El duende y el niño. En Mansilla de la Sierra (La Rioja), el pueblo donde veraneaba, descubrió las arduas labores del campo y la inclemencia de la naturaleza. El mundo real, tan lejos de su apacible vida en Barcelona, sería caldo de cultivo para su literatura, a punto de eclosionar.
Cuando estalló la guerra civil, Matute tenía once años. Aquel trauma está consignado en la novela Primera memoria, que sigue los pasos de la adolescente Matia. Ambientada en la isla de Mallorca, aunque no se cita en el texto, representa la despedida de la infancia. El conflicto bélico solo es un eco en esta obra, que se alzó con el Premio Nadal en 1949, pero los personajes "estarán marcados por la crueldad", como recordaba Lourdes Ventura en el especial que esta revista dedicó a las 25 mejores novelas españolas escritas por mujeres. Primera memoria fue la cuarta más votada por los críticos de El Cultural.
"El manipulador primo Borja, los brutos chicos del pueblo, el marginado socialmente, Manuel, hijo de 'un rojo', la hipocresía de la poderosa abuela, el misterioso y decadente Jorge de Son Major, viven en esa atmósfera de enfrentamientos cainitas", explicaba Ventura. Aclamada por autores como Juan Marsé, Enrique Vila Matas, Mario Vargas Llosa y Julio Cortázar, es una de sus novelas imprescindibles. Con motivo del centenario de la autora, Destino la ha reeditado con un prólogo de Inés Martín Rodrigo. Desde el 8 de enero está disponible en librerías.
Primera memoria fue el libro que definitivamente la puso en el mapa, pero no sería el primero de la autora. Matute escribió su primera novela, Pequeño teatro, con solo 17 años, pero no se publicó hasta unos años después, cuando logró el Premio Planeta en 1954. Fue, por cierto, la primer mujer en ganarlo. Asimismo, Los Abel fue finalista del Premio Nadal en 1947, el año que ganó Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada. Sería, por tanto, su primera novela publicada. En aquellos años Matute publicaba cuentos en la revista de la editorial Destino, que albergó los primeros pasos de su trayectoria.
En 1956 publicó el libro de microrrelatos Los niños tontos. Hay quien dice que se trata de una obra fundamental para la consolidación del género, muy abordado en nuestro país desde entonces. En la edición publicada en el 2000 por la editorial Media Vaca, la faja que abrazaba la cubierta contenía una frase en la que la autora se mostraba meridiana: "¡Este no es un libro para niños!". Tal gesto explicaba su malestar con el hecho de ser considerada una autora de libros infantiles.
Destino publicará en mayo una edición completa e inédita de Los niños tontos que incluye dos relatos desconocidos por el gran público. Como curiosidad, diremos que en el Club de Lectura del Instituto Cervantes de Tokio están trabajando en esta obra desde el pasado 17 de diciembre y lo seguirán haciendo hasta el próximo 25 de enero.
La década del 50 es una etapa altamente exitosa en la trayectoria de Matute, que comienza a viajar a Estados Unidos, donde ya cuenta con muchos lectores y realiza conferencias. Además del Planeta y el Nadal, lograría los premios Café Gijón por Fiesta al Noroeste (1952), el de la Crítica y el Nacional de Literatura con Los hijos muertos (1958). Sin embargo, en el culmen de su carrera fue asaltada por una depresión que la arrastró a veinte años de silencio. El detonante tuvo que ver con la separación de su marido, que se quedó con la custodia de su hijo.
En aquella etapa escribió poco más que un cuento, Solo un pie descalzo, pero este propició el libro con el que volvería a la escena literaria. Tituló la obra con el mismo nombre y en 1984 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. En 1996 publicaría la que para muchos es su obra cumbre, Olvidado Rey Gudú, en la que logra concentrar todas sus obsesiones: los niños, la fantasía, los conflictos familiares y las tribulaciones de la mente humana. También será Destino la editorial que se encargue de su reedición, con cantos tintados y tapa dura, que verá la luz el 19 de marzo.
Austral, también sello del Grupo Planeta, que por motivos obvios más se ha volcado en el centenario, acaba de inaugurar la Biblioteca Ana María Matute con una imagen unificada. El 8 de enero publicó la trilogía Los mercaderes, que tiene la guerra civil como telón de fondo y está compuesta por las novelas Primera memoria, Los soldados lloran de noche y La trampa. Las tres entregas están contenidas en un solo volumen de 672 páginas. Desde la misma fecha, están disponibles en librerías Los hijos muertos y Paraíso inhabitado.
Las dos incorporaciones más recientes al catálogo de Austral, donde se puede encontrar toda la obra de Matute en edición de bolsillo, han sido El río y Algunos muchachos, ambas publicadas noviembre del 2024, mientras que Luciérnagas, con prólogo original de la escritora y editora Esther Tusquets, se ha publicado en la colección Austral Imprescindibles. A los lectores digitalizados de Matute —¿por qué no iba a tenerlos?— les convendrá saber que toda su obra está también disponible en formato ebook, según anuncia Destino. "Y en audiolibro, van aumentando los títulos disponibles de su obra", añaden.
Las reediciones de obras tan importantes en la historia de la literatura española se complementan con una exposición inaugurada en septiembre de 2024. Comisariada por Mari Paz Ortuño, se podrá visitar en el Instituto Cervantes de Madrid hasta el 9 de febrero. En la muestra, impulsada por la agencia literaria Carmen Balcells y el Grupo Planeta, abundan las ilustraciones —Matute dibujaba a sus personajes al tiempo que los describía— y los textos manuscritos. Sustanciosa y cohesionada, cuenta con algunas primeras ediciones de los libros citados y hasta con su inseparable muñeco Gorogó, citado en el discurso con el que recogió el Premio Cervantes en 2010.
Durante los últimos años de su vida, Matute fue ungida con distinciones ilustrísimas: miembro de la Real Academia Española, de la Hispanic Society of America, doctora honoris causa por la Universidad de León, Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid... En el ámbito literario, la concesión del Premio Nacional de las Letras en 2007 por el conjunto de su obra fue la antesala del Cervantes.