Daniel Rodriguez Rodero. Foto: Renacimiento.

Daniel Rodriguez Rodero. Foto: Renacimiento.

Letras

'El ego, la otredad' de Daniel Rodríguez Rodero, un poético homenaje a la literatura del Siglo de oro

El autor firma un poemario de lenguaje rico y preciso, lleno de referencias y juegos literarios, lecturas y monólogos dramáticos.

3 marzo, 2024 02:00

Daniel Rodríguez Rodero (Valencia de Don Juan, 1995) es autor del desechado Paréntesis y de las plaquettes Cancionero en vida de Laura (veinticinco sonetos neopetrarquistas) y Que trata de España.

En el prólogo del que ahora comentamos, Jon Juaristi cifra el entusiasmo por esta poesía de filiación borgeana en su “amor a la métrica” y en “la desconfianza ante los sentimientos demasiado hinchados”.

Alude al entendimiento (“la poesía debe ser pensamiento”) y la memoria (“que tiene que ver con la tradición”). Recuerda la recomendación de Auden: procurarse un Modelo (los maestros) y un Censor (el poeta como crítico).

El ego, la otredad 

Daniel Rodríguez Rodero

Renacimiento, 2023. 80 páginas. 12€ 

Una sutil melancolía flota sobre la atmósfera de un libro donde el poeta habla de sí y de los otros. Se abre con “Poética”: “porque cada jornada lo es de incertidumbre / y el porvenir asusta (…) quiero dejar constancia de lo bello que he visto, / de sentimientos nobles y manos que se abren / con su verdad de ofrenda, sin engaño ni usura”.

Lo autobiográfico (el ego) está presente en “Poeta menor”, “Helada en sazón” (la juventud), “Síndrome de Estocolmo (la infancia)” o “The storage dealer”. Lo civil e histórico (la “otredad”), en “Hombre masa”, “A un soldado de la Generación Perdida”, “20 de marzo de 2003: Ibarrola, kánpora”, “Alfonso X” o “Zeitgeist”.

El amor, en “Prehistoria sentimental”, “Primer amor” y “Rima”. Lo religioso, en “Oración por los que no creen” y “Reinterpretación de cinco pasajes del Génesis”.

Porque “la claridad es don”, su lenguaje es rico y preciso. Clasicista. Porque ha leído, el libro está lleno de referencias y juegos literarios. De lecturas y monólogos dramáticos.

En “Tríptico de Astorga” (los Panero), “Fray Luis de León, 1590”, “Cuatro Rubaiyat”, “Quevedo”, “13 de febrero de 1837”, las traducciones de Dickinson y Blanco-White… Qué gran comienzo.