Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) forma parte de una generación de autores que ha alcanzado una madurez capaz de proporcionarles sustrato fértil para sus creaciones. Escriben inmersos en una modernidad identificable -abordan los temas con una mirada actual-, adoptando puntos de vista propios de quien tiene un camino largo por delante y aún no vislumbra el final, y en el que caben tanto las ilusiones vírgenes como las claramente frustradas.

El padre de tus hijos

Daniel Gascón

Random House, 2023. 165 páginas. 17,90 €

Gascón ha aprovechado bien ese tiempo de vida con la publicación de varias colecciones de relatos, un libro en el que desgrana la historia de su familia (Entresuelo, 2013), un ensayo sobre la crisis catalana (El golpe posmoderno, 2018) y las novelas Un hipster en la España vacía (2020) y La muerte del hipster (2021). Además, dirige la edición española de Letras Libres, es columnista en El País y se estrenó como coguionista en Todas las canciones hablan de mí, la película de 2010 que dirigió Jonás Trueba.

El padre de tus hijos recoge dieciséis relatos en los que, como sucede en toda la producción de Gascón, se percibe que no solo están vinculados con el mundo conocido por el autor, sino que también esconden experiencias vitales. Un primer grupo recoge argumentos de infancia y primera juventud, por lo que la memoria juega en ellos un papel esencial. Se trata de mostrar retazos de vida, recuerdos fragmentarios de una adolescencia lejana e imágenes que llegan acompañadas de sensaciones difusas porque entonces no había palabras que pudieran expresarlas.

También de amores perdidos o no realizados, cuya reminiscencia está empapada de nostalgia. Describen un tiempo de verano, con historias que se pierden en una playa gallega, al cobijo de la casa de los abuelos o en los aledaños de un instituto o de la facultad. Otros tratan sobre fútbol y lo que supone compartir el juego o acompañar a un hermano menor.

Incluso manifiestan un reconfortante sentimiento de pertenencia y de camaradería fraternal, que despunta sobre la desidia juvenil y el rechazo de una tarea impuesta. En algunos de ellos queda flotando la misma pregunta: ¿Qué habría sido de mí si me hubiera aventurado por una senda distinta y hubiera seguido aquella (¿débil?) llamada del corazón?

Estos cuentos destacan por unos finales abiertos que buscan presentar el transcurrir de la vida

Sobre el tema del deporte trata también “El futbolista”, aunque con él se inician los argumentos cuyos protagonistas han alcanzado una mayor edad y coquetean con la posibilidad de darle una vuelta de tuerca a sus vínculos de pareja. “La estación de los amores” reproduce los recuerdos del narrador durante un verano en Zaragoza al lado de su amigo Félix, sus novias y los enamoramientos que van y vienen.

Aparecen aquí, como en otros casos, personas reales cuyas historias amplían el contenido (hay referencias, por ejemplo, a los suicidios de Félix y de Chusé Izuel) y convierten en vertiginosa la consecución de la trama porque el narrador no da tregua y lo que se dice en ellas compite en magnitud con lo que se oculta. También resultan memorables “El adúltero” o “Voces”, por citar solo tres más entre un conjunto muy notable.

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Estos cuentos destacan por unos finales abiertos que buscan presentar el transcurrir de la vida con sus historias inconclusas. También porque revelan el interior de los personajes y sus deseos secretos, y por leves pinceladas de inverosimilitud que se disuelven en los comentarios metaficcionales de los narradores. En el fondo, tratan sobre relaciones de pareja o familiares y sobre el mundo absurdo que nos hemos construido. Y ponen el foco en los individuos, que se contemplan con lucidez y desde la comprensión.