Mario Vargas Llosa durante su discurso de ingreso en la Academia Francesa, este jueves. Foto: Academie Française/Youtube

Mario Vargas Llosa durante su discurso de ingreso en la Academia Francesa, este jueves. Foto: Academie Française/Youtube

Letras

Vargas Llosa, en la Academia Francesa: "La novela salvará la democracia o morirá con ella"

El escritor ingresa con un discurso dedicado a la libertad, a la cultura francesa, a autores como Camus y Sartre y a su predecesor, Michel Serres

9 febrero, 2023 16:01

Mario Vargas Llosa ha ingresado este jueves en la Academia Francesa, la máxima institución lingüística de nuestro país vecino. Lo ha hecho en una sesión solemne bajo la majestuosa cúpula del Instituto de Francia, el complejo parisino que alberga esta y otras cuatro academias, con introducción de tambores y ataviado, como el resto de académicos, con el tradicional uniforme de gala de la academia con casaca oscura y hojas de olivo bordadas. Entre el público se encontraban el rey emérito español Juan Carlos I y su hija la infanta Elena.

En su discurso, pronunciado con moderada soltura en francés a pesar de algunas trabas, el escritor hispanoperuano de 86 años ha destacado "la soberanía" que la cultura francesa tenía en Latinoamérica cuando él era niño, ya que "los artistas y los intelectuales la tenían por la más original y consistente". En aquella época, viajar a París era "la consecución de un sueño", porque "desde un punto de vista artístico, literario y sensual, fue la capital del mundo. Y ninguna otra ciudad podría haberle disputado su corona".

El ganador del Premio Nobel de Literatura de 2010 ha agradecido a Francia que, paradójicamente, fuera el país que le hizo sentirse "un escritor peruano y latinoamericano". Allí llegó por primera vez en 1959. "Gracias a Francia descubrí la otra cara de América Latina, los problemas comunes a todos sus países, la horrible herencia de los golpes militares y del subdesarrollo, la guerrilla y los sueños compartidos de liberación".

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Vargas Llosa también ha reconocido en su discurso, que ha durado una hora, la fuerte influencia que la cultura francesa ha ejercido en él durante toda su vida, especialmente la lectura de los existencialistas Jean-Paul Sartre y Albert Camus en sus años de formación, y ha recordado sus años de periodista en la radiotelevisión francesa. También ha mencionado a otros ilustres autores franceses como Flaubert, Victor Hugo, Rimbaud, Saint-John Perse, Paul Valéry y André Breton. Según es costumbre, Vargas Llosa también ha elogiado a su antecesor, el filósofo e historiador de la ciencia Michel Serres.

"La vida debería ser como en los libros: plena libertad en todo y para todos, aunque los libros permiten algunos excesos que, en la vida, serían inadmisibles, especialmente en lo que se refiere a la violación de los derechos humanos, reconocidos por los gobiernos democráticos, aunque con demasiada frecuencia como efecto anuncio", ha afirmado el escritor. "De ahí la necesidad de continuar la lucha, hasta que el mundo se asemeje al mundo de la literatura, aunque sólo sea en el reino de la libertad. Este es un ideal realista y alcanzable, siempre que lo tengamos en mente y trabajemos en ello".

"La novela salvará la democracia o se dañará con ella y desaparecerá. Siempre permanecerá —¿cómo dudarlo?— esa caricatura que los países totalitarios nos venden como novelas, pero que sólo existen después de haber pasado por la censura que los mutila, para apoyar a las fantasmagóricas instituciones de payasadas similares a la democracia, de las que nos da ejemplo la Rusia de Vladimir Putin. Y lo vemos atacar a la desdichada Ucrania dando lugar a la sorpresa del siglo cuando esta última nación le resiste, a pesar de su superioridad militar, sus bombas atómicas y sus multitudinarias tropas. Como en las novelas, aquí los débiles triunfan sobre los fuertes, porque la justicia de su causa es infinitamente mayor que la de estos últimos, supuestamente poderosos. Como en la literatura, las cosas se hacen bien y confirman una justicia inmanente que existe, hay que decirlo, sólo en nuestros sueños".

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En la mesa presidencial estaba el académico Daniel Rondeau, encargado de responderle, flanqueado por la secretaria general de la institución, Hélène Carrère d'Encause, y por el escritor Amin Maalouf, que apadrinó la candidatura de Vargas Llosa junto con Florence Delay.

"La alianza de tradición y vida nos invita hoy a acoger entre nosotros a Mario Vargas Llosa, un inmenso escritor, peruano de nacimiento, sudamericano, que siempre ha escrito en español, a quien la patria de Cervantes, en la persona de de Felipe González y Juan Carlos, ofreció la nacionalidad española cuando casi había perdido la suya, pero que nunca dejó de trabajar por la inmortalidad de la lengua francesa alabando nuestra literatura en todos sus campos de batalla", ha agradecido Rondeau. También ha recordado que el 7 de noviembre de 2010, en su discurso de aceptación del Nobel, Vargas Llosa mencionó a Francia.

El rey emérito Juan Carlos I, junto a la infanta Cristina, a su llegada a la ceremonia de ingreso de Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa. Foto: Sarah Meyssonnier/Reuters

El rey emérito Juan Carlos I, junto a la infanta Cristina, a su llegada a la ceremonia de ingreso de Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa. Foto: Sarah Meyssonnier/Reuters

En aquel discurso, Vargas Llosa dijo: "De niño soñaba con ir un día a París porque, deslumbrado por la literatura francesa, creía que vivir allí y respirar el aire que habían respirado Balzac, Stendhal, Baudelaire y Proust me ayudaría a convertirme en un verdadero escritor. [...] A Francia y a la cultura francesa le debo lecciones inolvidables".

"Hoy has venido ante nosotros para decirnos de nuevo cuánto te ha ayudado la literatura francesa a convertirte en el escritor que eres", ha señalado el académico francés, que ha recordado los hitos en la biografía y la obra de Vargas Llosa. Entre ellos, su internamiento en el colegio militar Leoncio Prado de Lima —que inspiró su primera novela, La ciudad y los perros— con una dura disciplina de la que el adolescente Vargas Llosa se evadía leyendo a Victor Hugo, que en su día ocupó el sillón 14 de la misma academia donde a partir de ahora Vagas Llosa ocupará el 18.

Rondeau ha recordado que en un viaje a Lima en 1986, "el fetichista literario" que es, sabiendo que Vargas Llosa pasó una temporada en el Leoncio Prado, le hizo comprar un banderín del colegio, que ha mostrado desatando las risas y los aplausos del auditorio. 

Daniel Rondeau muestra un banderín del colegio militar Leoncio Prado de Lima, donde estudió Vargas Llosa

Daniel Rondeau muestra un banderín del colegio militar Leoncio Prado de Lima, donde estudió Vargas Llosa

El nombramiento de Vargas Llosa como miembro de la Academia Francesa ha estado rodeado por cierta polémica, ya que es el primer autor que alcanza este honor sin haber escrito nunca directamente en francés.

Vargas Llosa portaba una espada ceremonial que le entregó anoche la secretaria perpetua de la institución, la historiadora y politóloga Hélène Carrère d'Encausse, que lleva en ese puesto desde 1990.

Otro de los motivos de expectación ante esta ceremonia era la invitación que Vargas Llosa hizo al rey emérito español Juan Carlos I, que ha asistido junto a su hija la infanta Cristina. Tras la ruptura sentimental entre el escritor e Isabel Preysler, Vargas Llosa ha estado acompañado en París por sus hijos y por su exesposa, Patricia Llosa.

Con su ingreso, Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) pasa a formar parte de "los inmortales", como se conoce a los miembros de la Academia Francesa, que fue fundada en 1635 por el cardenal Richelieu. Además, el Nobel hispanoperuano es miembro de la Real Academia Española desde 1994 (aunque tomó posesión en 1996) y de la Academia Peruana de la Lengua desde 1975.

El Nobel hispanoperuano, de 86 años, fue elegido como nuevo miembro de la Academia Francesa hace más de un año, el 25 de noviembre de 2021. Obtuvo 18 votos a favor, uno en blanco y dos abstenciones, imponiéndose así al otro candidato, el fotógrafo y cineasta Frédéric Vignale, que solo obtuvo un voto.

En la sesión del jueves pasado, el Nobel hispanoperuano de 86 años se sentó por primera vez en el lugar que sus compañeros habían elegido para él, acompañado por sus dos padrinos, los escritores Florence Delay y Amin Maalouf. A diferencia de la Real Academia Española, donde Vargas Llosa ocupa el sillón L desde 1996, en la Academia Francesa los asientos se designan con números, y desde ahora el escritor ocupará el número 18 de manera vitalicia.

En el acto de la semana pasada, el autor de Conversación en la catedral recibió la medalla de la Academia Francesa, estampada con el lema "À l’Immortalité" y grabada con su nombre. Después, como es tradición en los nuevos ingresos, se le asignó una palabra del diccionario, en su caso "Xérès" (Jerez), para que improvisara una reflexión sobre ella.