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Letras

Feria del Libro de Madrid: reencuentro atípico "con viento de cola"

A pesar de las restricciones de espacio y aforo, un sector del libro exultante celebra con ilusión el regreso al Retiro en la 80.ª edición de la feria, y aspira incluso a acercarse al récord de ventas de 2019

10 septiembre, 2021 09:07

Después del parón obligado de 2020, vuelve a celebrarse la Feria del Libro de Madrid en el Parque del Retiro desde este viernes y hasta el 26 de septiembre. La organización del evento, que tiene el aliciente añadido de cumplir 80 ediciones, ha sido una travesía difícil, pendiente siempre de la evolución de la pandemia. Si el año pasado la situación sanitaria obligó a cancelar su celebración, en esta ocasión ha obligado a retrasarla, cambiando la primavera por el comienzo del otoño.

“Trasladar la feria a septiembre de manera excepcional ha sido un acierto”, asegura a El Cultural Manuel Gil, su director. “Hemos estado todo este tiempo en conversación permanente con la Dirección General de Salud de la Comunidad de Madrid y muy atentos a los índices de vacunación. Ha costado muchísimo pero finalmente tenemos la satisfacción de poder inaugurar la feria este viernes”, explica Gil horas antes del arranque, inmerso en las últimas comprobaciones de seguridad y los últimos retoques antes de una inauguración cuyo discurso correrá a cargo del escritor Darío Jaramillo, en representación de Colombia, país invitado de honor, y que contará con la presencia de la reina.

La ilusión de editores, libreros, escritores y lectores por volver al paseo de coches del Retiro es palpable. “Esta es quizá la edición más deseada de la historia de la feria”, opina su director. Será también la más atípica, con limitaciones de superficie, aforo y número de casetas. En las sesiones de firmas están confirmados, entre otros, autores como Almudena Grandes, Javier Cercas, Fernando Aramburu, Rosa Montero, Julia Navarro, Eduardo Mendoza, Elvira Sastre, Lorenzo Silva, Andrea Abreu o Irene Vallejo, así como una charla con la poeta portuguesa Ana Luísa Amaral, última ganadora del prestigioso Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

“La celebración de la feria es una excelente noticia porque certifica la salud del sector del libro, que contra la adversidad hace acto de presencia y vuelve a su lugar natural, que es el Paseo de Coches del Parque del Retiro”, señala Enrique Redel, editor del sello Impedimenta. “El otro día mientras montábamos la caseta captamos una energía de magnífica ilusión por el reencuentro con los lectores, que son los que nos han ido siguiendo a lo largo de los años y que ya nos han confirmado que volverán; reencuentro también con los libreros, con los que hemos tenido una relación a distancia pero paradójicamente muy cercana en esta travesía del desierto a la que hemos estado sometidos. Y también el reencuentro con otros editores, compañeros que hemos ido empujando fortísimo para mantener alto el estandarte de la edición y en nuestro caso de la edición independiente”.

“Yo me siento un poco extraña”, reconoce por su parte Lola Larumbe, de la librería Rafael Alberti y miembro de la comisión organizadora. “La feria está muy asociada a la primavera, a los calores de mayo, con las típicas discusiones porque nos ha tocado sol o sombra… Este año no vamos a tener esto, pero sí muchas novedades. Por un lado las restricciones que impone la pandemia, de aforo y de limitaciones en las firmas. Además la rareza de la época va a hacer que la feria coincida con el lanzamiento de muchos libros nuevos. Es un escenario un poco distinto pero a la vez tenemos mucha ilusión por volver al Retiro, estamos contentos y abrumados por el trabajo”.

Por primera vez, el recinto de la feria estará vallado, para garantizar el control del aforo. En todo momento no podrá haber más de 3.900 visitantes de manera simultánea en el recinto rectangular, que tendrá 400 metros de largo en lugar de los 1.200 que tenía habitualmente. Aunque es un tercio de su superficie normal, la reducción de casetas no ha sido tan drástica, ya que se han colocado otras dos hileras de casetas en la zona central del recinto que antes estaban reservadas para los pabellones de marcas comerciales. Así, de las 361 casetas que hubo en 2019, este año habrá 320 (solo un 11 % menos). Eso sí, muchas librerías y editoriales pequeñas se verán obligadas a compartir caseta por primera vez. En total son 480 sellos editoriales, que ascienden a más de mil teniendo en cuenta las editoriales universitarias de distintos países que trae la UNE. Gil asegura que nadie se ha quedado fuera: “Todas las inscripciones se han cursado, a nadie le hemos dicho que no había espacio”.

Con estos números encima de la mesa, especialmente en lo que respecta al aforo, la organización de la feria estima que en estas dos semanas visitarán la feria unas 300.000 personas, cuando en otras ediciones eran dos millones. O sea, solo un 15 % de la afluencia de un año normal. Pero quizá esto no sea tan malo de cara a las ventas: la espera probablemente disuadirá a los visitantes casuales, pero no a los lectores ávidos de hacerse con nuevos libros para su biblioteca. “Antes teníamos dos millones de visitantes, pero no dos millones de compradores. Creo que podemos llevarnos una grata sorpresa cuando veamos las cifras finales de ventas”, augura Gil. “Tenemos unas expectativas económicas de acercarnos incluso a las cifras de 2019, porque llevamos viento de cola. 2020 cerró bien, el primer semestre de 2021 va estupendo y creo que toda la bolsa de ahorro que generó 2020 con las familias en casa se está trasladando ahora al consumo cultural”. Recordemos que en 2019 la Feria del Libro de Madrid batió su récord de ventas con 550.000 ejemplares y unos 10 millones de euros de recaudación.

Larumbe es más comedida en sus expectativas. “Yo creo que la reducción de aforo va a afectar a las ventas obligatoriamente, no va a ser como la feria de 2019. Pero aunque tengamos un 20 o un 30 % menos de facturación que otros años, me conformo con que podamos compensar el coste de la feria y de personal”. La librera tampoco se muestra cómoda con la idea de distinguir entre “lectores que compran y lectores que no”. “Las motivaciones para ir a la feria del libro son muchísimas y todas respetables. Hay lectores que van a comprar las últimas novedades, otros que compran un libro al año, paseantes que no compran nada pero acuden al encuentro con los autores… Lo bonito de la feria es que es abierta y no cuesta nada entrar, es absolutamente popular. Nos tenemos que fastidiar con la reducción de aforo, pero confío en que todo fluya y funcione bien”.

Redel también se muestra cauto en cuanto a las previsiones de venta. “Evidentemente las ventas no van a ser las mismas pero el rédito económico no es lo más importante, sino el reencuentro. Para nosotros la feria es algo muy ilusionante, hace quince días no pensaba que fuera a estar tan implicado con ella, pero es volver al Retiro y algo de repente despierta en ti que hace que vuelvas a vivir el mundo del libro de verdad, porque casi siempre estamos metidos en las editoriales y la dinámica eremítica del editor te impide salir fuera, pero el verdadero mundo del libro es el que se establece cuando te encuentras con el lector. Habrá menos gente, tendremos más dificultades para las firmas, pero estaremos allí con la misma ilusión que todos los años”.

La Reina Letizia hojea un libro flanqueada por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís. Foto: FLM

Control del aforo y de las firmas multitudinarias

Al recinto se podrá acceder únicamente por una entrada al norte y otra al sur. En estos dos puntos habrá sensores que harán el conteo de entradas y salidas para garantizar que no se sobrepasa el aforo. Este control probablemente generará colas, pero para minimizar esta posibilidad se ha implementado un sistema que permite ver en tiempo real en la web de la feria el porcentaje de aforo cubierto en cada momento.

Un fenómeno controvertido, relacionado con la afluencia de público aún en situación de pandemia, son las firmas multitudinarias de youtubers, influencers y demás famosos con libro publicado, que ya en los últimos años han desbancado a los escritores “de verdad” en cuanto a popularidad y generan larguísimas colas de adolescentes ansiosos por conseguir su autógrafo. En la comisión organizadora de la feria decidieron que cada editorial y librería se autorregule a la hora de organizar estas firmas, y por su parte han intentado que no coincidan dos firmas multitudinarias el mismo día. 

“Tenemos una sensibilidad absoluta hacia todo tipo de lectores y de prescriptores”, dice su director, que cree que no se generarán grandes aglomeraciones este año. “Las colas guardan una relación directa con el aforo. Cuando tienes dentro del recinto 30.000 personas, una cola de 300 personas supone el 1 % del aforo. Si ahora tenemos 3.900, el 1 % del aforo serían 39 personas. Pon que sean el 2 %, serían 78 personas. Son cifras razonables que podemos controlar con vallados, con personal auxiliar, y tenemos por si acaso las carpas especiales para cuando vienen a firmar Pérez-Reverte o Francisco Ibáñez, pero creo que no vamos a ver colas de esa envergadura”.

La polémica colombiana

Más allá de las ventas y las firmas, la Feria del Libro gira en torno a un programa de actividades que este año encabeza Colombia como país invitado de honor y que incluirá una pequeña escenificación del famoso Carnaval de Barranquilla. La delegación de escritores colombianos invitados por la embajada está integrada por Darío Jaramillo, Ángela Becerra, Beatriz Helena Robledo, Dasso Saldívar, Enrique Serrano, Jorge Franco, Juan Esteban Constaín, Juan Luis Mejía y María Mercedes González, entre otros. 

Pero la participación colombiana se ha visto empañada antes de empezar la feria. Ante la notable ausencia de importantes escritores colombianos contemporáneos en la lista de participantes, el embajador del país latinoamericano en España, Luis Guillermo Plata, desató una polémica al decir que se había invitado a autores “neutrales”; es decir, aquellos que no habían sido críticos con el presidente Iván Duque, con la popularidad muy dañada desde las recientes protestas multitudinarias que fueron reprimidas duramente por la policía. De esta manera, Plata estaba reconociendo que la selección de autores invitados había respondido a criterios políticos y no literarios, cuando precisamente el lema de la participación colombiana es “Colombia, diversa y vital”.

Las palabras del embajador han ofendido sobre todo a los que sí habían sido seleccionados, como la escritora Melba Escobar, que ha renunciado públicamente a representar a su país. “Nunca consideré que mi participación como parte de la delegación oficial de Colombia en la Feria de Madrid fuese un aval al gobierno de Iván Duque”, afirmó este martes en El País. Por su parte, Pilar Quintana, ganadora del último Premio Alfaguara, sí participará en la feria, pero aclara en su cuenta de Twitter que no acude como invitada de su gobierno, sino del grupo editorial Penguin Random House y de los organizadores del encuentro Leer Iberoamérica Lee. “Si ellos me hubieran invitado, habría dicho que no, como hice hace unos meses cuando me invitaron a otros eventos. No hago parte de la delegación oficial”.

Manuel Gil se desmarca de la polémica: “Las listas de embajadas cuando un país va invitado a una feria son siempre problemáticas. Las conozco desde hace 25 años y siempre hay críticas por los que van, por los que no van, que si hay mucha edición literaria y poco ensayo y libro infantil… Siempre hay lío. Se han precipitado un poco porque las listas iniciales eran provisionales. Yo estoy viendo los autores que nos van a acompañar y es una pasada. La conferencia inaugural la da Darío Jaramillo, que es el gran poeta colombiano; vienen Margarita Valencia, Dasso Saldívar, Pilar Quintana con su Premio Alfaguara… El desconocimiento que España tiene del talento creador y literario de América Latina es absoluto. Ahí tenemos una asimetría: Colombia conoce perfectamente las editoriales y los autores españoles, sin embargo desconocemos lo que hacen ellos. Que tengamos en la feria 37 escritores colombianos de primer nivel que aquí son desconocidos es un motivo de satisfacción. Nosotros no entramos en esa polémica, es una decisión en clave interna”.

Actividades y homenajes

Más allá de la polémica, la participación de Colombia en la feria viene jalonada por diversas actividades como las que organiza el Instituto Caro y Cuervo, entre ellas varias charlas entre editores y autores colombianos y españoles.

En la programación de la feria cabe destacar la presentación, el día 14, del libro 80 años de Feria del Libro de Madrid, editado por Pilar Eusamio, un recorrido fotográfico por casi nueve décadas de esta fiesta literaria. Habrá también varias actividades relacionadas con el feminismo, como una mesa redonda sobre traducción, otra en la que se hará un recorrido por la historia de las escritoras madrileñas y otra sobre la presencia de las mujeres en el cómic y la novela gráfica.

Por lo demás, la feria celebrará homenajes a Carmen Laforet, de cuyo nacimiento acaban de cumplirse cien años, con la presencia de su hijo Agustín Cerezales Laforet, que ha escrito un libro sobre ella; y a Emilia Pardo Bazán, en el centenario de su muerte, con una mesa redonda organizada por la asociación Clásicas y Modernas. También se homenajeará al poeta Joan Margarit, fallecido a principios de este año poco después de recibir el Premio Cervantes que ganó en 2019 y cuya entrega se retrasó por culpa de la pandemia; así como a la editora Belén Bermejo, fallecida en junio de 2020.

Entre el resto de actividades cabe mencionar la presencia de Porter Anderson y Edward Nawotka, dos de los mayores expertos del negocio editorial en el mundo. El primero es redactor jefe de Publishing Perspectives, la revista de la prestigiosa Feria de Frankfurt, y el segundo es el actual editor de la revista Publishers Weekly, cuya joven edición en español inaugura este año pabellón de actividades en la feria.

Destacan también en la programación un debate sobre Twitter como espacio de creación literaria; la presentación del Informe sobre el estado de la cultura en España 2021, de la Fundación Alternativas; una mesa redonda sobre la importancia del Estatuto del Artista para el sector del libro; la presentación de la próxima edición de Getafe Negro, que tendrá lugar a finales de octubre; la presentación de la nueva novela de Julia Navarro, De ninguna parte (Plaza & Janés), o una mesa redonda organizada por Netflix sobre el proceso de adaptación a la pantalla de obras literarias.

Por su parte, la editorial Turner, en el marco de su 50.º aniversario, organizará una mesa redonda con historiadores como Juan Pablo Fusi y Enrique Moradiellos; otra sobre el fotolibro de viajes, y una tercera sobre educación y ciudadanía que contará con la participación de Manuel Arias Maldonado y José Ángel López Herrerías. También está de aniversario la editorial Nórdica, que cumple 15 años y organizará una mesa redonda sobre la ilustración de clásicos, y se festejarán también los 40 años de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil a la vez que se hará balance de la situación de la LIJ en España, una de las patas fundamentales del sector editorial y de la feria.