Image: Hergé, en boca propia

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Letras

Hergé, en boca propia

Dominique Maricq presenta su nuevo libro, una biografía que descubre los secretos del creador de Tintín

31 mayo, 2016 02:00

Dominique Maricq

Dominique Maricq (Bélgica, 1953) lleva 20 años trabajando para Studios Hergé, conociendo y descubriendo la obra del que fuera el padre del reportero belga más querido e influyente, Tintín. Georges Remi, que con el tiempo adoptaría el nombre artístico de Hergé, le dio vida en 1929 y desde entonces, todos hemos conocido al joven personaje y al inseparable Milú pero, ¿quién era realmente Hergé?

La respuesta está en el nuevo libro de Maricq, titulado Hergé por él mismo (Zephyrum ediciones, 2016), una publicación en formato pequeño que en tan sólo 64 páginas recorre la vida del autor. "Se trata de una biografía interactiva, mi texto acompañado de la palabra de Hergé. Un libro corto donde hay arte, personalidad y vida", explicó el autor.

Sus historias ya forman parte de muchas generaciones, pero pocos conocen al creador, que ya desde pequeño demostraba tener una poderosa imaginación. Hergé por él mismo se acerca a su figura en forma de textos extraídos de entrevistas y de su correspondencia. "Conocía bien el lenguaje, era un buen escritor. Sus cartas predominan en el libro, cartas que, con el paso del tiempo, se han podido recuperar en alta calidad".

"Tintín es un personaje cada vez más del siglo XX y menos del XXI, pero lo que prevalece son sus valores humanistas", recalcó Maricq, quizás uno de los secretos mejor guardados por los que la obra del autor belga ha perdurado en el tiempo. Aunque la herencia del personaje se va desprendiendo entre las nuevas generaciones pues, "los jóvenes que ahora trabajan en los Studios Hergé no tienen este bagaje que los que pudimos conocer al autor o crecer con su obra, no tienen sensibilidad por el papel" comentaba Maricq, bien es cierto que los valores de Tintín son eternos: desde la amistad, la fidelidad, el respeto a la naturaleza y a as minorías a temas como la guerra del petróleo, los gitanos, el racismo y las drogas.

Si algo llama la atención de Maricq es que, tras haber dedicado parte de su vida al estudio de la obra de Hergé, no se considera un profesional, sino más bien amateur. "Conocí la serie Tintín como cualquier otro, a través de los cómics, los álbumes, de la cultura en general que hablaba de Hergé", explicó. "Conocía la creación pero no al creador y desde los 20 años que llevo trabajando he descubierto a la persona, al ser humano", al que Maricq describe en el libro como un ser con luces y sombras. "Lo que más me interesaba fue su evolución, como a través del espiritualismo conoce un mundo diferente que le descubre la necesidad de no catalogar".

Así, Maricq se inclina por el Hergé de esta segunda etapa de los años 50 que se identifica con el personaje de Haddock más que por el de la primera, representado en la propia figura de Tintín. Tras la guerra se percibía un cambio en la obra del autor, reduciendo la acción y dando pie a la reflexión. "Tintin es más adulto a partir de Tintín en el Tibet (1960)" analizó. "Llega a ser más intelectual frente a la primera temporada, de situaciones básicas. Se tratan otros temas como el snobismo, los falsos artistas y lo que ocurría alrededor de los años 60 y 70", explicó, lo que configuraba uno de los considerados como mejores libros de cómic hasta el momento.

Tintín, hoy

"Estoy seguro de que si Hergé hubiera vivido hoy, sería ecologista", reía Maricq, aludiendo a la preocupación del autor por el futuro del planeta. A Hergé le caracterizaba su humor ante determinadas situaciones, un humor que en palabras de Maricq era "clásico, burgués y distinguido. Su filosofía nunca fue negativa. Sin terminar mal, dejaba claro que había que tomarse las cosas en serio", explicó el escritor.

Pero los tiempos cambian y los medios también. La cultura americana se ha encargado de relanzar al personaje de la mano de directores como Steven Spilberg y Peter Jackson, auténticos conocedores de la obra de Hergé que han sabido retratar la esencia de este héroe europeo, nada parecido a los cánones americanos basados en el alter ego de los personajes. "Hergé hubiera estado muy orgulloso de la obra de Spilberg. Es curioso como al retratar la figura de un superhéroe más europeizado, triunfa en casi todos los continentes menos en América", reflexionó. "Jackson, por su parte, es un apasionado de la obra de Hergé desde pequeño y el espíritu de su película irá más dirigido al público inglés", concluyó.

Tras Hergé por él mismo, la editorial publicará en septiembre un nuevo libro sobre Hergé y el arte, que nace inspirado en una exposición que tendrá lugar en el Gran Palacio en París y para la que el propio Maricq, está trabajando en los textos que componen el catálogo sobre el autor y la publicidad de los años 30. Un libro que recoge todo el arte de Hergé visto por el crítico y gran consejero suyo, Pierre Sterckx, fallecido el pasado año.