Image: Darío Villanueva: El español es universal gracias a los procesos de independencias americanas

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Letras

Darío Villanueva: "El español es universal gracias a los procesos de independencias americanas"

3 noviembre, 2015 01:00

Darío Villanueva

El director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, inaugura las Máster Class Iberdrola que, a lo largo de este curso, completarán el programa del Máster de El Cultural. El académico explica en esta interesante ponencia el proceso por el que pasa cada palabra antes de incluirla en el diccionario.

¿Selfie o autorretrato? ¿Cuál es el término adecuado para el español? ¿Se debería incluir en el diccionario? Quizá sean preguntas que alguna vez nos hemos planteado. Y también cuáles son los criterios que llevan a la Real Academia Española a incluir una nueva palabra en el diccionario. Pues bien, son dos los requisitos: la frecuencia y la extensión del uso. "Tenemos un mapa de cada palabra", explicó Darío Villanueva, director de la RAE, en la primera Master Class de El Cultural, o, más propiamente, clase magistral, que patrocinada por Iberdrola organiza el Máster de Crítica y Comunicación Cultural de nuestra revista.

El director de la Real Academia hizo un recorrido exhaustivo y ameno del camino que recorrían las palabras hasta su llegada al diccionario, habló de la fortaleza creciente del español, de su potencial económico y de los retos y proyectos que la Real Academia española tiene por delante.

Darío Villanueva reconoció que el primer paso es la paciencia. Existen palabras que se empiezan a utilizar de manera muy rápida pero puede que ese empleo desaparezca también sin previo aviso. Para evitar la inclusión y eliminación de las palabras en lapsos breves de tiempo y con el fin de no dar la impresión de que el español es volátil, los miembros de la Academia esperan y crean un mapa de la palabra. Es decir, capturan "25 mil realizaciones de fuentes orales y escritas en su contexto", anota el director. Dónde se emplea, cómo, cuánto se utiliza y la expansión de la palabra. Así, cuando en debaten sobre ello tienen un croquis que les advierte de su uso. Una vez pasado es primer filtro, los miembros deciden: "Nuestras decisiones son fundamentadas", afirma y solo después de verlo con las delegaciones americanas proceden a su inclusión en el diccionario.

Respecto al volumen en papel cuenta el director de la RAE que a partir de ahora la base del Diccionario Histórico va a ser digital. Si antes se hacía el diccionario y se digitalizaba, ahora el proceso va a ser en el sentido inverso; "va a ser digital y luego se harán los libros". Los datos, de hecho, hablan por sí solos: "40 millones de consultas mensuales y 500 millones anuales" al diccionario en su versión online. La Academia se ha adaptado a los nuevos tiempos, a la tecnología y a las ventajas que trae la informatización.

Una de esas ventajas es el espacio, es decir, el diccionario online no ocupa un lugar físico de modo que se pueden incluir todas las palabras (muchas se quedan fuera de la versión en papel por motivos de espacio) con sus acepciones. El segundo sería la hipertextualidad que conlleva la posibilidad de "conectarse con otros diccionarios". Hay términos médicos o científicos, por ejemplo, que no están reflejados en el diccionario pero si este está en la red el lector puede ser redirigido a los diccionarios específicos a través de un enlace y crear así una red intercontectada e hipertextualizada. Y la tercera se trata de la reactualización que evitaría la espera de la siguiente edición, la supervisión y el análisis de cada término. No obstante, aquí se recupera la palabra paciencia para "no incluirse palabras cada mes".

Habrá próximamente una nueva acepción para la palabra periodista"

Lo mismo ocurre con las palabras que caen en desuso o con la acepciones de algunos términos. El portal de la RAE cuenta con una ventana de sugerencias desde la que el lector puede proponer cambios. Es lo que ha ocurrido con la palabra 'periodista'. Preguntado por una alumna del Máster de El Cultural, Darío Villanueva responde que, efectivamente, la definición al término está algo obsoleta y están trabajando en ello. Tanto en 'periodista' como en su derivada 'periodismo' y aunque aún no sabemos cuál será la nueva acepción para nuestra profesión, los miembros de la Academia ya debaten sobre ello.

Pero a pesar de estar ahora informatizados, Darío Villanueva recuerda que guardan las fichas escritas a mano por sus antecesores. Unos antecesores que comenzaron con la aventura de la Academia en 1714 en casa del Marqués de Villena cuando advirtieron que en Italia y en Francia ya tenían su diccionario. Aquellos ocho individuos habían creado para 1726 el Diccionario de Autoridades. "La Academia no fue una creación ni del gobierno ni de la corona", recuerda Villanueva, sino una actividad de la sociedad civil que quiso regular el idioma. Después entró en juego Felipe V, que "supo identificar los valores culturales de España".

Con la llegada del siglo XVIII el Rey resguarda la Academia en el Palacio Real, 100 años después se crean los primeros estatutos y comienzan a pensar en el lema de la institución y Villanueva defiende el crisol escogido: "Limpia, fija y da esplendor" en lugar de otro que se propuso; "Aprueba y reprueba". Poco a poco ha ido creciendo y de los ocho miembros iniciales pasaron a ser 12, luego 24 y hasta llegar a ser 48. Aunque "no es imprescindible una academia, el inglés no la tiene y sin embargo es uno de los idiomas más hablados", apunta. En este sentido el uso del español no se queda atrás. Es la segunda lengua del mundo, la tercera en internet, existen 23 países donde se habla y hay 20 millones de estudiantes de español en el mundo. Recuerda, por otro lado, que el español es un idioma "universal no por las colonias sino por los procesos de independencias americanas". No fue la colonización quien impuso el castellano allí sino la Iglesia y las Repúblicas posteriores.

Además, "se estima que el valor económico de nuestro idioma asciende al 15% del PIB". Ve ahí un filón para salvaguardar la cultura; algo que en diferentes momentos se ha descuidado. Pone como ejemplo el Quijote, uno de los libros más ilustrados y más llevados al cine de la historia pero "en el siglo XVIII no existía ni una sola ilustración hecha por españoles", se apena. En 1880 toman el impulso e Ibarra hace una edición. "Pero hubo un error", alerta. Se le pidió una lámina a un joven pintor zaragozano llamado Francisco de Goya pero su obra no fue incluida. La Academia ahora la ha recuperado.

Me molesta el papanatismo por el que nos dejamos llevar por el inglés"

El director de la Real Academia española critica un hecho cada vez más extendido en nuestra manera de hablar y es la inclusión de palabras en inglés. "Lo que más me molesta es el papanatismo por el que nos dejamos llevar por el inglés". Sin olvidar que en ocasiones no hay traducción posible a algunas palabras como pueden ser software y hardware. No así la palabra Tablet. Muchos se preguntaban si era una palabra femenina, 'la tablet', o masculina, 'el tablet', y su consiguiente plural. Tras varias conversaciones aceptaron que lo propio sería llamarle 'tableta' y así concluyeron todas las dudas: La tableta, una palabra femenina.

También recuerda que la llegada del tren (invento británico) trajo mano de obra inglesa para su creación en España y, por consiguiente, palabras inglesas que se adaptaron al castellano como raíl (viene de railway) o términos relacionados con el fútbol como gol (goal), fúbtol (football). "Nadie tiene la impresión de estar utilizando palabras inglesas". El español es un idioma abierto pero hay detalles que molestan al director.

Pone dos ejemplos para explicarlo: en un viaje de la Academia, de camino a Argamasilla, en mitad del páramo manchego y cervantino había un club que en luces de neón anunciaba 'Show girl, low cost'. Cuatro palabras en inglés que podrían haberse reducido a dos con el uso del castellano: 'Burdel barato'. Claro que no suena igual. O, por ejemplo, la reciente pancarta del Ayuntamiento de Madrid en la que se puede leer 'Welcome refugees'. Lo que Darío Villanueva no entiende de este caso es que no se está dando cobijo a refugiados de habla inglesa ni estamos en un país con esa lengua materna.

Por cierto, ni selfie, que considera una palabra 'globo', ni autorretrato. Su consiguiente equivalente en español sería 'autofoto'. Pero habrá que esperar y ver si uso se expande para ser incluida en el diccionario.

@scamarzana