Image: José Ovejero: He escrito una novela de amor pero sin sentimentalismo

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Letras

José Ovejero: "He escrito una novela de amor pero sin sentimentalismo"

'La invención del amor' es un libro romático con tintes de 'thriller' y con la reflexión sobre la actual situación de España de fondo

20 marzo, 2013 01:00

José Ovejero

Allegados y amigos a José Ovejero (Madrid, 1958) le decía, medio en broma, medio en serio, "a ver cuándo escribes una novela de amor". En su narrativa el amor es casi omnipresente pero lo cierto que adopta posiciones discretas o tangenciales. Nunca se ubica en el primer plano. Pues bien, el escritor madrileño ha dado un paso al frente y ha complacido a ese entorno entrometido que le decía lo que tenía que escribir. El resultado ha sido La invención del amor, título que le ha valido además el Premio Alfaguara, dotado con 130.000 euros y una estatuilla de Martín Chirino.

Eran las cinco de la madrugada en Puerto Rico cuando le llamaron los responsables de la editorial para comunicarle la noticia. Ovejero, siempre errante, andaba por en tierras caribeñas presentado su poemario Biografía del explorador (Premio Ciudad de Irún), que han publicado allí veinte años después de su aparición en España. Es un autor curtido, con una andadura sólida y prolongada, que se mueve con solvencia y versatilidad entre la poesía, la novela y el ensayo. Dentro de este último género se inscriben dos de sus trabajos más recientes: Escritores delincuentes y La ética de la crueldad (Premio Anagrama de Ensayo).

Al protagonista de La invención del amor, Samuel, también le hacen una llamada telefónica inesperada. Y le cambia la vida. "De pronto se ve envuelto en un triángulo amoroso imperfecto e imposible con dos hermanas", ha explicado en una videoconferencia Ovejero (su cara sonriente aparecía tras unas pantallas en el Hotel Palace, donde se ha celebrado la ceremonia de enunciación del ganador). "Esa llamada le permite a Samuel inventar el amor y dejar atrás una vida acomodaticia en la que se había instalado".

Uno de los miedos que le irrumpían con más frecuencia a Ovejero mientras escribía la novela era "caer en el sentimentalismo". "Es algo que he evitado con una prosa distante y seca, como suele ser la mía, aunque también es cierto que aquí está el Ovejero menos distante y menos secos de todos", ha añadido. "Escribir una novela de amor, la primera con él en primer plano, es todo un desafío, algo muy difícil, porque es un sentimiento muy manoseado, que parece una moneda desgastada por el arte".

Lo que sucede es que la novela trasciende lo amoroso al enclavarse en el Madrid contemporáneo (la trama se desarrolla sobre todo en la zona de Tirso de Molina, el barrio de Ovejero, que en los últimos años ha vivido a caballo entre Bruselas y Madrid). "Yo no puedo escribir sin situar la historia en un contexto preciso y hacerlo en Madrid en la época actual supone inevitablemente hablar de crisis económica". Una crisis que para Ovejero también "marca nuestras relaciones personales". En cuanto a la estructura, Ovejero advierte que no va ofrecer muchas navidades: "Es un relato lineal que va progresando poco a poco, sin grandes saltos. Lo que sí es novedoso en mi caso es que mi primera novela narrada en primera persona".

A Ovejero le espera ahora una tourné promocional por toda Hispanoamérica. "No me voy a quejar claro, ni por esto ni por llamada intempestiva a las cinco de la madrugada. Este premio es una gran oportunidad para la difusión de una obra". Aunque lo cierto es que a él no le han faltado nunca ese respaldo, desde sus comienzos como escritor. En 1973 ganó el premio Ciudad de Irún con su libro de poemas Biografía del explorador. En su narrativa se encuentran las novelas Añoranza del héroe, Huir de Palermo, Un mal año para Miki, Las vidas ajenas, ganadora del Premio Primavera 2005, Nunca pasa nada y La comedia salvaje (premio Ramón Gómez de la Serna 2010). Los libros de relatos Cuentos para salvarnos a todos, Qué raros son los hombres y Mujeres que viajan solas; y de viajes como China para hipocondríacos, merecedor del premio Grandes Viajeros 1998.

En esta XVI convocatoria del premio Alfaguara de Novela se han recibido 802 manuscritos, lo que la convierte en la edición con más participación en la historia del premio. En total 802 manuscritos optan al galardón, de los cuales 342 se han recibido en España. El jurado ha estado compuesto por Manuel Rivas (presidente), Annie Morvan, Antonio Ramírez, Jordi Puntí, Jose María Pozuelo, Xavier Velasco y Pilar Reyes.

Desde su aparción han obtenido este galardón: Caracol Beach de Eliseo Alberto y Margarita, está linda la mar de Sergio Ramírez (ambos ganadores de la primera edición), Son de Mar de Manuel Vicent, Últimas noticias del paraíso de Clara Sánchez, La piel del cielo de Elena Poniatowska, El vuelo de la reina de Tomás Eloy Martínez, Diablo Guardián de Xavier Velasco, Delirio de Laura Restrepo, El turno del escriba de Graciela Montes y Ema Wolf, Abril rojo de Santiago Roncagliolo, Mira si yo te querré de Luis Leante, Chiquita de Antonio Orlando Rodríguez, El viajero del siglo de Andrés Neuman, El arte de la resurrección de Hernán Rivera Letelier, El ruido de las cosas al caer de Juan Gabriel Vásquez y Una misma noche de Leopoldo Brizuela.