Image: Juan Carlos Rubio, entre el amor sensible y el despiadado

Image: Juan Carlos Rubio, entre el amor sensible y el despiadado

Teatro

Juan Carlos Rubio, entre el amor sensible y el despiadado

22 septiembre, 2017 02:00

Foto: Sergio Parra

Juan Carlos Rubio y Kiti Mánver vuelven a aliarse de nuevo. Sensible será el séptimo trabajo de este matrimonio escénico, que ha dado a luz hitos como Humo y Las heridas del viento. La obra, en los Teatros del Canal a partir del próximo miércoles, tiene su origen en la novela epistolar de Constance de Salm Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible, publicada en 1824. "Es poco conocida hoy en España, pero ha sido muy influyente. Tanto que Jean Cocteau, en La voz humana, como Stefan Zweig, en Veinticuatro horas en la vida de una mujer, se inspiraron en ella", explica Rubio a El Cultural.

Rubio ejerce aquí como adaptador y director. En la primera de estas funciones se ha tomado algunas licencias. La principal es el trasvase de la historia desde la Francia de la primera mitad del siglo XIX al Nueva York de los años 50. "En la novela el papel de la mujer está muy condicionado por el dominio de los hombres. Yo quería eliminar ese sometimiento". Rubio también penetra más profundamente en la psique del protagonista masculino, el joven conde Alfred, cuya traición amorosa desencadena la locura obsesiva de la madura aristócrata encarnada por Mánver.

Es inevitable la comparación con Las amistades peligrosas (1782), porque Veinticuatro horas procede de la tradición narrativa epistolar en la que sobresale la novela de Pierre Choderlos de Laclos, popularizada por Stephen Frears. "Las amistades peligrosas es una obra maestra. El rasgo común, aparte de la cuestión formal, es que ambas retratan las pasiones desbocadas del ser humano y las zonas más oscuras de su alma. A mí lo que me interesaba sobre todo era reflejar cómo el amor nos conduce a lo mejor y lo peor", afirma el hiperactivo dramaturgo cordobés.

Otra apuesta original es haber reclutado a Chevi Muraday no sólo como coreógrafo y bailarín, que son sus registros habituales, sino también como actor, en el papel de Alfred. No es una decisión tan descabellada: al fin y al cabo, en sus piezas de danza la palabra suele tener mucha presencia. "Ha sido un acierto pleno: la química que se ha creado entre él y Mánver es sencillamente espectacular", añade Rubio. Esa combustión estará enmarcada en un montaje híbrido, donde el baile, la música y el texto se engranan de forma orgánica. Dice Rubio que la historia pedía a gritos la danza: "Para reflejar una obsesión amorosa, la palabra no basta, porque estas se agarran al estómago y provocan punzadas en el corazón".

@albertoojeda77