Image: Blanca Portillo produce y dirige La avería

Image: Blanca Portillo produce y dirige La avería

Teatro

Blanca Portillo produce y dirige La avería

Las naves del Español acogen los juegos de senectud de Dürrenmatt del 17 de marzo al 24 de abril

11 marzo, 2011 01:00

Emma Suárez, única actriz en un elenco de hombres enmascarados

Un texto de Dürrenmatt siempre es un sólido punto de partida en una producción teatral, pero su puesta en escena son palabras mayores. Blanca Portillo, admirable actriz, aprovecha su prestigio y su racha de éxito en cine y televisión para producir y dirigir un relato corto del autor suizo que leyó con 17 años y que desde entonces ansiaba llevar a la escena: La avería. "Lo leí cuando interpretaba con Fernando Sansegundo Marat-Sade. Él escribe y le pedí que lo adaptara para el teatro. Y no fue tan descabellada nuestra idea porque luego supe que el propio Dürrenmatt había hecho un guión para televisión de la obrita y que en Argentina también se había llevado a la escena", cuenta la actriz.

La avería trata un tema recurrente en la obra de este singular autor de comedias ácidas, también de novelas policíacas: la distinción entre justicia y ley. "La justicia es un asunto subjetivo, la ley no; la ley se impone sea justa o injusta", explica Portillo.

Juzgar la Historia.
La obra cuenta la peripecia de Trapps, un hombre que se refugia en la casa de un anciano cuando su coche se avería. Esa noche, el propietario tiene invitados a cenar, unos personajes ancianos muy particulares, y Trapps se verá envuelto en un inquietante juego que determinará el rumbo de su vida. "En la obra, los ancianos, que de jóvenes han sido jueces, abogados... juegan a enjuiciar a personajes de la Historia, aplicando lo que ellos entienden por justicia. Y aunque aparentemente Trapps no ha cometido ningún delito, también será juzgado".

Dürrenmatt también plantea el tema de la responsabilidad: si somos dueños de nuestros actos, también debemos ser nuestros propios jueces. Cuenta la actriz que la obra también le atrapó por su estilo: "Mezcla elementos realistas con otros mágicos. Tiene un punto extrarreal, surrealista. Está presente la mirada escéptica de su autor y su profundo amor por el ser humano. En definitiva, la obra no representa la realidad, sino que ofrece una lectura de ésta, y ése es el teatro que a mi me gusta".

Un elenco de seis actores acompaña en este proyecto a Portillo, que también produce la obra con Entrecajas: Emma Suárez, Asier Etxeandía, José Luis García Pérez, José Luis Torrijo, Daniel Grao y Fernando Soto. Con ellos ha trabajado durante cuatro meses, porque "hemos convertido los ensayos en un fantástico laboratorio de teatro".

A los actores difícilmente se les puede reconocer por las prótesis de silicona con las que cubren sus caras: "Detesto los maquillajes que envejecen y aquí se trataba de que hicieran de ancianos que no actúan como tales. He recurrido a profesionales del cine que trabajan en caracterización y han diseñado unas prótesis de silicona que no enmascaran los gestos de los actores, sino que estos se ven perfectamente. La transformación es tan asombrosa que ni ellos la imaginaban".