Image: Cristina Hoyos

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Teatro

Cristina Hoyos

“La danza necesita un nuevo Gades”

17 julio, 2003 02:00

Cristina Hoyos. Foto: Fernando F. Ruso

Empezó a bailar a los 12 años y a los 23 fue la pareja artística de Antonio Gades. Cristina Hoyos es uno de los grandes nombres de la danza española que ha recorrido los escenarios de medio mundo, aunque asegura que la falta de apoyo público le impide pisar algunos españoles. Hoyos, que estrena el 17 de julio Yerma en los Jardines del Generalife de Granada bajo la dirección escénica de José Carlos Plaza, habla con El Cultural del montaje, la falta de subvenciones y las nuevas generaciones.

Tiene los brazos más elegantes del baile español. También una de las carreras más largas y envidiables: ha bailado con Gades durante 20 años, rodado tres películas con Carlos Saura, es Premio Nacional de Danza 1991 y tiene compañía propia desde hace 14 años. Después de los montajes Carmen Le retour y Tierra adentro, vuelve a la escena con Yerma de García Lorca, obra que estrenó en 1992 y que presenta hoy en un montaje nuevo.

-¿Por qué revisita el texto de Lorca once años después?
-Fue un ofrecimiento del Festival de Granada dedicado a García Lorca y creado por José Carlos Plaza. Fueron ellos los que se pusieron en contacto conmigo y me sugirieron el título. La organización se ha dado cuenta de que la danza resulta muy atractiva para el público.

-¿Qué diferencias hay entre el montaje de 1992 y éste?
-Son dos obras totalmente distintas porque ahora tengo muchísima más experiencia que entonces. He evolucionado en la creación coreográfica y conozco más la obra. El hecho de que el director sea otro le imprime un carácter muy distinto al anterior montaje. Aquello fue algo un poco simple y esta obra está más elaborada y más apegada a la tierra. Además en esta ocasión no me reservo la protagonista sino que interpreto a la vieja pagana. Además quería quitarme una espinita porque con la experiencia del 92 no me quedé muy contenta. La dirección fue nefasta, y no quiero dar nombres.

-¿Por qué le ha "cedido" el papel protagonista a Susana Casas?
-Yerma lo tiene que interpretar una mujer joven, pero además creo que ya es hora de dar paso a las nuevas generaciones. ¿Por qué seguir haciendo personajes jóvenes cuando puedo interpretar a otros? Y si bailo menos pues no pasa nada porque también es una forma de desarrollar más el trabajo coreográfico.

Flamenco teatralizado
-¿Plaza le está imprimiendo un carácter más teatral al montaje?
-Sí. José Carlos busca constantemente explicaciones teatrales porque esta Yerma no es sólo una obra de danza, también es muy teatral.

-¿Eso afecta a su personaje?
-Claro porque el director le ha querido dar más relevancia y el sentido de la "madre tierra" que conoce de antemano lo que va a ocurrir.
-La pieza tiene algunos momentos muy sensuales. ¿Cómo se combina la historia con el baile?

-Yerma tiene pasajes muy pasionales, como la escena de la romería en la que los personajes están pidiendo sexo. Eso se entremezcla con una soleá, una seguiriya... Utilizo los palos necesarios para que la gente vea que es un baile flamenco con argumento.
-Sara Baras con Mariana Pineda, Rafael Amargo con Poeta en Nueva York. ¿No se puede caer en el peligro de "aflamencar" a Lorca?
-No, yo creo que es una mera coincidencia. Pero está claro que Lorca es inagotable porque es un escritor muy del pueblo, muy andaluz que creó personajes femeninos muy ricos. Su expresividad tiene un dramatismo parecido al flamenco que resulta bastante atractivo para llevarlo a escena.

-¿Su compañía recibe algún tipo de subvención?
-Pocas. Somos 23 personas y aunque recibimos ayudas cada nuevo montaje significa un desembolso grande. Ya ni me acuerdo de que existe el Ministerio de Cultura. He pedido alguna vez dinero y no me han hecho caso. Tengo muchos problemas económicos con mi compañía, todavía estoy pagando un crédito para Tierra adentro.

-¿La danza tiene pocas ayudas?
-Sí, poquísimas. En danza todo es muy caro porque cualquier decorado que quieras montar con un mínimo de calidad ya sube el presupuesto. Para mantener una compañía, con sus estrenos y sus giras, es necesario una ayuda pública. Nosotros, afortunadamente, tenemos unas ayudas de la Junta de Andalucía pero hay giras que no las podemos terminar porque el dinero no nos alcanza. Llego a la conclusión de que no podemos mostrar una parte de la cultura de España. Es como matar a la gallina de los huevos de oro.

-Sorprende que una figura como usted tenga esos problemas.
-Existen muchísimas ciudades de España que no he pisado porque no me han contratado. ¿Por qué? Falta de apoyo institucional, y luego que si a un programador le caes mal, que si contratan poca danza....

-¿Se ha sentido mejor tratada fuera que dentro?
-Sí, por supuesto. Creo que en todo esto tiene que ver el fenómeno de los ídolos juveniles que yo comprendo que deben existir pero no debemos olvidar que las puertas anteriormente las hemos abierto las personas más mayores, aunque no se nos valora lo suficiente. Llega un chico que sale cuatro veces en la televisión y ya se olvidan de los que estábamos antes y que hemos impulsado a esas personas.

-Baras, Amargo, Cortés... ¿Estamos ante una renovación generacional o una generación mediática?
-Estamos ante una generación que busca la fama, pero ésta se consigue o haciendo bien tu trabajo o vendiéndote bien. Aunque al final el tiempo pone las cosas en su sitio. Tampoco quiero decir que la gente que tiene nombre baile mal, pero es injusto que existan artistas muy buenos de los que no se habla. En esto también hay mucho de marketing, suerte y relaciones.

-¿Esos nombres representan la parte más comercial del flamenco?
-Un poco sí.

La seducción de la fama
-¿Eso es bueno o malo?
-No sé. Lo importante es que las cosas se hagan bien y no sacrificar la calidad por el dinero y la fama. En general todo está muy comercializado, lo ves en la música, en la interpretación, etc. En el mundo de la danza lo difícil es mantenerse. Si te haces popular y rico de la noche a la mañana llega un momento en que te da igual mantenerte. El que vale no siempre es popular.

-¿Por qué rechazó la dirección del Ballet Nacional de España?
-Por problemas familiares que me ataban a Sevilla: tenía a mi madre muy enferma.

-¿Qué le parece la labor de Elvira Andrés?
-Lo está haciendo bien. No es fácil dirigir una formación de estas características con tanto funcionario.

-¿Bailaora o bailarina?
-Creo que soy muy flamenca pero puedo desarrollar perfectamente la técnica de una bailarina. Empecé bailando flamenco y poco a poco me acerqué al clásico porque me apetecía saber más, cuando el proceso normal es al revés.

Gades, el gran renovador
-¿Qué aprendió de Gades?
-Mucho. Yo me fui a Madrid muy joven y enseguida le conocí y entré en su compañía. Con 23 años era la pareja de Antonio Gades y me obsesionaba no estar a su altura. Por eso lo aprendía todo de él: cómo caminaba, cómo bailaba... no quería defraudarle. Aprendí coreografía, los movimientos, el equilibrio de un espectáculo, hasta de iluminación.

-¿Qué ha aportado Antonio Gades al flamenco?
-Gades le puso seriedad al papel masculino en el baile, fue el primero en hacer piruetas en el flamenco, el primero que salía a bailar de negro con coreografías muy sobrias. Quería quitarle el folclorismo que lo lastraba. Innovó todo, fue el más vanguardista en mucho tiempo. Quería cambiar la opinión que se tenía del flamenco como un baile menor y de diversión, para que fuera admirado como arte. La danza actual necesita un nuevo Antonio Gades.

-¿Qué relación tiene con Saura?
-él contrató a Gades y a su ballet, en el que yo estaba, para Bodas de Sangre. Después, al poco de empezar a rodar Carmen, quiso una protagonista más joven porque además decía que yo llevaba tanto tiempo con Antonio que no lo podía enamorar. Después me llamó para ser la protagonista de El amor brujo. La relación con él es normal.