Un momento de 'Alzira'. Foto: E. Moreno Esquibel

Un momento de 'Alzira'. Foto: E. Moreno Esquibel

Ópera

'Alzira', 'finale' de Tutto Verdi tras representarse todas sus óperas en Bilbao

La ABAO culmina su ambicioso y exhaustivo ciclo, que arrancó en el año 2006

25 abril, 2022 10:28

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Estamos ante una auténtica novedad lírica, un acontecimiento: el remate en los cartellone de la ABAO de toda una larga historia iniciada en 2006, una idea fantástica y finalmente llevada a cabo: programar temporada tras temporada las 28 óperas de Giuseppe Verdi. El proyecto, en el que participó desde el principio aportando consejos y sugiriendo modos de actuar Juan Ángel Vela del Campo –inopinadamente apartado del asunto hace algunos años-, culmina efectivamente en unos días con la exhibición del único título que faltaba: Alzira, tan poco visto en España.

Es Voltaire quien está en la entraña argumental de esta ópera, que se verá hasta el día 30 y no es de las más conocidas ni de las mejores del compositor de Busseto. Sigue un libreto de Salvatore Cammarano, que sería a partir de aquí uno de los colaboradores más fieles y más admirados del músico y que había dejado su huella en óperas importantes anteriores, como Lucia di Lammermoor de Donizetti. El estreno tuvo lugar en el San Carlo de Nápoles el 12 de agosto de 1845.

La obra, que es de breve duración (poco más de una hora y media), ha sido frecuentemente denostada, quizá no del todo justamente porque posee algunos valores musicales innegables. Pero según Massimo Mila -sin duda una de las grandes autoridades en materia verdiana-, la pieza volteriana, Alzire ou les Americains, de 1736, “era un drama de tesis, una batalla contra el fanatismo y la intolerancia religiosa, reavivado por el interés del settecento por el color exótico de las tierras lejanas y derivado del mito del buen salvaje. De todo ello no queda nada en el libreto.”

En efecto, Cammarano privó al argumento de todo contenido filosófico o religioso y redujo casi todo a una historia basada en un triángulo amoroso. Ni siquiera prestó la debida atención a los aspectos raciales, que tienen mucho peso en la obra de Voltaire y construyó un libreto al uso, muy convencional, con llamada sobre todo al lucimiento de las voces, en un momento en el que Verdi estaba ya desplegando sus alas en busca de nuevas estructuras, de nuevas formas de expresión más vastas, que acabaría desarrollando en partituras venideras. Esa disociación no benefició nada al resultado final. Algunos estudiosos, aun así, ven con buenos ojos el tratamiento de las voces y, particularmente, la refinada orquestación, con momentos de excelente “cocina”, así el final del segundo acto.

Por lo dicho no es nada fácil cantar Alzira. En el estreno se reunieron algunas voces excepcionales de la época. La protagonista fue la admirada Eugenia Tadolini, una soprano lírico-spinto o spinto, que dejó su clase en un aria tan difícil y marchosa, con coro, como Nell’astro più che fulgido, que requiere fuelle, buena dicción, y una bien adiestrada coloratura. Zamoro estuvo en la voz del famoso Gaetano Fraschini, el tenor de “la muerte dulce”, tal era su arte para huir de la vida en escena. Gusmano fue Filippo Coletti, un barítono poderoso y elocuente.

Elenco español

En las representaciones de la ABAO se cuenta, afortunadamente, con un trío español de buenos cantantes. La soprano, una lírica plena, es Carmen Solís, de emisión bien controlada y homogénea, de timbre cálido y envolvente, dotada de un vibrato stretto la mar de atractivo. Zamoro es Sergio Escobar, un tenor que progresa paso a paso y que está aprendiendo con provecho –sus contratos por ahí fuera lo avalan- a manejar con gusto y soltura su importante instrumento de lírico-spinto, bien provisto de cuerpo, extenso y maleable. Juan Jesús Rodrigo dará vida al furibundo Gusmano. Barítono verdiano de una pieza, sólido, seguro, con centro y agudos muy bien puestos.

Unos competentes secundarios, también españoles (¡bravo!), completan el reparto: David Lagares, Josep Miquel Ramón (del que no sabíamos nada en los últimos tiempos), Vincenç Esteve, Gerardo López (un ligero siempre muy activo) y María Zapata. Daniel Oren, un maestro muy solvente, que conoce bien el paño, estará en el foso junto a la Bilbao Sinfonietta. El Coro es el de la Ópera de Bilbao. Se verá una coproducción escénica de la ABAO, el Gran Teatro Nacional del Perú y la Opéra Royal Wallonie-Liège firmada por Jean Pierre Gamarra. Por lo visto parece bastante convencional, aunque muy propia y definitoria.