Theodor-Currentzis--Photo-A

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Clásica

Mahler según Currentzis

5 marzo, 2020 10:56

El ateniense Teodor Currentzis ha saltado a la fama en los últimos diez años en virtud de su labor al frente de la Orquesta Musicaeterna, que fundó en 2004 en la localidad siberiana de Novosibirsk y que ocupa desde 2011 el foso de la Ópera de Perm, también en Rusia. Ha logrado un conjunto entusiasta, poderoso y preciso antes que dotado de una presencia tímbrica de reconocible belleza, que sigue sus mandatos ciegamente y que se amolda a la perfección a sus anchurosos, revoloteantes y ligeramente amanerados gestos, siempre atentos a servir unas dinámicas amplias, muy contrastadas.

En esta ocasión, sin embargo, no visita España –L’Auditori de Barcelona el día 4 y el Auditorio Nacional de Madrid el 5– con esta formación, sino con la Sinfónica de la Radio del Suroeste de Alemania, la SWR de Stuttgart, de rancio abolengo y muy apta para prestar su experiencia en dos obras de repertorio, muy trilladas, pero de enorme belleza, cada una en su estilo, y prácticamente venidas al mundo al mismo tiempo: el poema sinfónico de Richard Strauss Muerte y transfiguración, de lento y moroso discurrir, resumen de toda una existencia que toca su fin, y la Primera Sinfonía de Mahler, también en cierto modo autobiográfica a través de sus contrastes, de su retórica, de sus alusiones a la naturaleza.

Son dos composiciones que van bien a los modos del director, en las que puede escudriñar y ‘descubrir’ nuevas ideas al tiempo que otorgarles el tratamiento original que siempre persigue al acercarse, no siempre con total fortuna, a cualquier partitura. La página mahleriana la dirigió ya en el Teatro Real en 2012.