Joan Manuel Serrat junto al escritor mexicano Benito Taibo en una charla con jóvenes este jueves, durante la 39.ª edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Jalisco (México). Foto: Francisco Guasco / EFE

Joan Manuel Serrat junto al escritor mexicano Benito Taibo en una charla con jóvenes este jueves, durante la 39.ª edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Jalisco (México). Foto: Francisco Guasco / EFE

Música

Serrat abandona durante unos minutos un acto en la FIL de Guadalajara por el alboroto de quienes se quedaron fuera

El compositor catalán, que se había mostrado visiblemente molesto, regresó después al abarrotado auditorio Juan Rulfo. "No es culpa mía", se excusó.

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La expectación para ver a Joan Manuel Serrat en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara era enorme. El compositor abandera la delegación de Barcelona, invitada de honor en la feria más importante del mundo hispano. Tal era el ímpetu que el auditorio Juan Rulfo, en el que habría de celebrarse este jueves el acto enmarcado en las actividades del ciclo , estaba abarrotado. Cientos de personas no lograron entrar y el alboroto de fuera fue insoportable para Serrat.

Pocos minutos de ser presentado, el autor de Mediterráneo intervino: "He hecho muchos kilómetros para estar aquí hoy, era un día para mí extraordinario, de mucha ilusión, pero es imposible tener un acto de un calado afectivo como tiene este con un alboroto como el que hay ahí afuera. No es culpa mía, perdonen ustedes. Buenas tardes", dijo. Y se levantó.

El escritor mexicano Benito Taibo, su interlocutor, intentó detenerle incluso tomándolo del brazo, pero Serrat negaba con la cabeza, muy convencido de su decisión. Mientras tanto, afuera la gente gritaba "¡déjennos entrar, ¡déjennos entrar!".

Serrat abandona un acto en la FIL Guadalajara

Tras la mediación de Taibo y de la organización de la feria, que cerró finalmente las puertas del auditorio, Serrat regresó con el ánimo renovado, aunque atento a que el público mantuviera la calma. Recibido con aplausos, refirió "un saludo a los que están afuera, que lamentablemente no pueden caber en esta sala". "Gracias por acercarse aquí y espero que entre todos podamos hacer que nos escuchemos los unos a los otros de la mejor manera posible", dijo. Y para relajar las aguas, comenzó hablando de fútbol.

Serrat confesó que había cambiado de equipo mexicano: del Necaxa a los Pumas de la UNAM, mismo club del que es seguidor Taibo, lo que propició que chocaran las manos y que el compositor e intérprete esbozara por primera vez una sonrisa.

La charla estaba diseñada como un encuentro con jóvenes, pero la mayoría de los que acudieron a la feria eran adultos. El compositor llamó la atención a una señora que levantó la mano para pedir la palabra, cuando él había solicitado conversar con los asistentes más jóvenes. "Señora, señora ¿no entendió o viene usted disfrazada?", dijo sarcásticamente, aunque sonriendo. No faltaron consejos a jóvenes artistas sobre cómo vivir la adolescencia.

Después la conversación versó entre las consideraciones acerca del avance internacional de la ultraderecha y el Mediterráneo. "La derecha y la ultraderecha mandan mensajes a la mayoría de la humanidad tratando de desprestigiar la democracia y un régimen representativo basándolo en otro régimen milagroso, en el cual la gente se hace rica a través de unas oportunidades que aparecen vaya usted a saber de dónde", dijo.

Respecto al Mediterráneo, aseguró que es "el mar más contaminado y sobreexplotado", y que ha albergado la huida de cientos de migrantes convirtiéndose en un "sarcófago enorme".

"Lamentablemente habría que decir que Europa no ha tenido un comportamiento solidario ni generoso en esto", sino que "más bien ha condenado a muchos miles de estos migrantes involuntarios, como siempre suelen ser los migrantes, porque nadie deja la casa donde nació para vivir una vida que no sabe que le va a deparar en otro lugar", añadió.

Serrat será investido este viernes como doctorado honoris causa por la Universidad de Guadalajara y recibirá este sábado las llaves de la ciudad en el ayuntamiento.