
Diseño: Rubén Vique.
Los 10 discos de junio: el fallido homenaje a la música latina de Karol G y el regreso estelar de Pulp
También destacan el álbum posruptura de las hermanas Haim, el 'revival' noventero de Addison Rae y el regreso de Van Morrison a su Belfast natal.
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Tropicoqueta
Karol G
Imposible no acordarse de Debí tirar más fotos al conocer la premisa del nuevo disco de Karol G. Incluso antes de la primera escucha, es fácil ver las similitudes entre el disco de la Bichota y el de Bad Bunny.
Ambos se presentan como un homenaje a los ritmos latinos, de los que tanto el artista puertorriqueño como la colombiana beben.
Sin embargo, si el disco de Bad Bunny, publicado en enero, probablemente será lo más escuchado de las discotecas de este verano, Tropicoqueta de Karol G tendrá que conformarse con seguir sonando gracias a Si Antes Te Hubiera Conocido, hit del estío de 2024, incluida ahora en este nuevo trabajo.
Una decisión que refleja la poca cohesión de un disco, anunciado precipitadamente, con demasiadas pretensiones conceptuales y poca autenticidad —de hecho, ha sido acusada de abusar de samples archiconocidos en este trabajo—.
En su quinto álbum, Karol G salta de la fiesta de reguetón (LATINA FOREVA, Verano Rosa o Un Gatito Me llamó, canción con demasiados ecos del Bizcochito de Rosalía) a la telenovela (Amiga Mía o Ese Hombre es Malo) tan abruptamente que marea y es imposible disfrutarlo en su conjunto.
Ni sus colaboraciones con artistas como Manu Chao o el mexicano Marco Antonio Solís reflejan ápice del compromiso con los orígenes latinos que presuponía a Tropicoqueta, ni ninguna de sus canciones resultan memorables.
I Quit
HAIM
La renuncia como liberación, como despertar, como empoderamiento. Esa es la idea central de I quit, nuevo disco de las Haim.
Tras el éxito de Women in Music Pt. III (2021), las hermanas Danielle, Alana y Este en plena resaca posruptura, debían enfrentarse no solo a una ruptura sentimental, también artística.
Es el primer disco que no produce Ariel Rechtshaid, ex pareja y productor habitual de la banda.
El nuevo álbum, a los mandos de Rostam Batmanglij, exmiembro de Vampire Weekend, y la propia Danielle, comienza celebrando la soltería con la maravillosa Gone, un sample del Freedom de George Michael que sirve como inicio de un nuevo comienzo o final catártico propio del último episodio de una serie.
La habitual esencia californiana de Haim —esa mezcla de rock, pop, country y folk setentero de la Costa Oeste, acompañada de saxofón y armónica— se mezcla en este cuarto disco con una marcada nostalgia noventera.
Esta influencia no solo se percibe en el sonido, sino también en la propuesta estética: cada portada de los singles homenajea momentos icónicos de la cultura pop de los años 90, desde Nicole Kidman a Kate Moss.
A pesar del despecho, en I Quit predomina el relativismo (Everybody’s Trying to Figure Me Out) y la ligereza (Relationships), más que el sentimentalismo.
Un disco donde las Haim exhiben la seguridad y el desparpajo que solo otorgan diez años de experiencia en la industria.
NEVER ENOUGH
Turnstile
No se debe dejar engañar por la atmósfera dream pop con la que arrancan muchas de las canciones de Never enough, quinto disco de la banda estadounidense Turnstile.
Lo suyo, ese hardcore punk de baterías pesadas y guitarras distorsionadas, sigue estando pensado para sudar y poguear.
La banda, que ya expandió horizontes de shoegaze o el dream pop con Glow on (2021), vuelve esta vez a profundizar en esa particular fusión, pero va aún más lejos: incorpora sintetizadores, teclados y texturas ambientales, sin perder la energía ni la urgencia que siempre les ha definido.
Esa energía —que merece mucho la pena en directo, aunque sea desde una prudente distancia de seguridad— recuerda a la de Foo Fighters, con una ambición de estadio que acerca al grupo de Baltimore a ese rock alternativo capaz de conquistar públicos muy dispares sin perder ápice de autenticidad.
Por eso no hace falta comulgar con el hardcore para poder disfrutar de Never Enough, un álbum que sirve de punto de encuentro entre escenas, donde cualquiera puede encontrar algo propio, más allá de etiquetas.
Virgin
Lorde
La artista neozelandesa siempre ha sido difícil de catalogar. Saltó a la fama con su disco Pure Heroin (2013) hace ya más de una década, con solo 17 años, y con Melodrama (2017) consolidó su estatus como una de las grandes compositoras de su generación.
Lorde se toma su tiempo entre cada proyecto, nunca en balde, porque cada disco muestra una etapa de su vida.
En Virgin, se aleja del escapismo de Solar Power (2021) y regresa a la ciudad, al cuerpo y a las contradicciones de la vida moderna.
Un disco con energía andrógina, marcado por ese eterno proceso de reconciliación con el cuerpo, en el que reflexiona sobre el género, la masculinidad y la feminidad, subvirtiendo la idea tradicional de virginidad.
Canciones como What Was That recuerdan a lo mejor de Melodrama, mientras que otras como Broken Glass, con una base electrónica, con una base electrónica, reflejan ese cambio de producción a cargo de Jim-E Stack y Dan Nigro, alejándose de la influencia de Jack Antonoff.
Un disco que crece con cada escucha y que sin igualar el número de hits de Melodrama, sería una buena carta de presentación de lo que es la Lorde de hoy.
Un disco que gana profundidad con cada escucha y que, aunque no iguala el número de hits de Melodrama, funciona como una poderosa carta de presentación de la Lorde actual: más compleja y cada vez más valiente.
PO2054AZ Vol. III
Sen Senra
PO2054AZ Vol. III es la última parada de un viaje musical que Sen Senra comenzó con su primera entrega y que, a lo largo de tres discos, ha funcionado como un auténtico relato del viaje del “héroe”.
La trilogía se estructura en tres etapas: la Partida, la Iniciación y, en este último volumen, el Regreso.
Senra propone así un recorrido vital y musical donde cada disco explora una fase distinta del crecimiento personal, cerrando el círculo con este tercer capítulo.
Aunque la narrativa evoluciona, el envoltorio sonoro apenas varía: los tres discos suenan tan parecidos entre sí que uno podría pensar que esa odisea es, en realidad, un bucle infinito.
Senra, que apuesta firmemente por la coherencia estilística, roza la repetición en este nuevo disco.
Sin embargo, hay que reconocerle el mérito: ha conseguido forjar una identidad tan definida que ha terminado por crear escuela.
Prueba de ello son artistas como Carlos Ares, que transitan con soltura por ese mismo camino y han abrazado, sin complejos, la esencia gallega.
Addison
Addison Rae
Parece que cada verano necesita su propio fenómeno pop, su Brat.
Si el disco de la británica Charli XCX, que ha cumplido en junio un año, buscaba resucitar la escena del club, este año es el turno de Addison Rae, exestrella de TikTok convertida en la nueva promesa del pop estadounidense.
New York, single con el que arranca el álbum, bien podría dar la impresión de que el disco sigue la estela de Brat, y lo hace con temas como Fame Is Gun o Money Is Everything, donde habla sobre la fama, el deseo y el precio de la exposición pública, a través de beats electrónicos y el synth-pop.
Sin embargo, el suyo es un hedonismo más luminoso, menos destroyer, con guiños a la nostalgia de los 2000 y una producción pulida que recuerda a referentes como Madonna —la portada ya refleja la gran inspiración del Ray of Light (1993)—Britney Spears y, en algunos momentos, a la melancolía de Lana del Rey.
Sin llegar a ser igual de redondo que Brat, Rae ha conseguido un debut potente, capaz de disputarse en el pódium de las divas pop como Sabrina Carpenter o Chapell Roan.
Habrá que esperar al cartel del Primavera Sound del año que viene para comprobarlo.
Remembering Now
Van Morrison
Van Morrison, leyenda de Belfast, lleva seis décadas haciendo música más por necesidad que por ambición.
Tras varios discos de versiones, Remembering Now (2025) marca su regreso a las canciones originales, dejando atrás el fiasco y la polémica de su álbum conspiranoico de 2021.
Este nuevo trabajo, impregnado de jazz, soul, folk y góspel, mira a sus raíces y a la infancia en la Irlanda del Norte convulsa, mientras rinde homenaje a figuras como Ray Charles.
Morrison recupera aquí su lado más romántico y nostálgico, pero sin perder la frescura ni la capacidad de asombrarse.
El que quiera dormir que se compre una colchoneta
G-5
El G-5 regresa con fuerza y desparpajo tras 19 años de silencio, y lo hace con El que quiera dormir que se compre una colchoneta, un álbum que destila alegría, camaradería y el inconfundible espíritu garrapatero.
Kiko Veneno, Muchachito, Tomasito, El Canijo de Jerez y Diego ‘Ratón’ vuelven a reunirse para ofrecer un festín de flamenco, rumba, blues y gotas de country, todo aderezado con su característico sentido del humor y vitalidad.
Vestidos de presidiarios y con la anarquía por bandera, el G-5 nos invita a una fiesta donde la música es excusa para celebrar la amistad y el buen rollo.
Temas como Vaya sarao, El porro o Afectados por las galletas reflejan ese espíritu desenfadado y festivo, mientras que la complicidad entre sus miembros se percibe en cada acorde y letra.
Lotus
Little Simz
Su último álbum (Drop 7) lo sacó hace solo un año, pero Little Simz parecía que necesitaba sacar de dentro todo lo que le estaba ocurriendo.
En Lotus hay introspección, pero también heridas abiertas, traiciones y una producción que juega con el jazz, el soul y hasta el punk, como si Simz quisiera demostrar que puede florecer en cualquier terreno, por hostil que sea.
Tras romper con su productor habitual, la rapera se reinventa sin perder el filo: versos afilados, bases elegantes y colaboraciones de altura (Michael Kiwanuka, Sampha, Obongjayar) que suman, pero nunca eclipsan.
Irreverente y deslenguada, el disco arranca con Thief para despachar, con ironía y sin rodeos, a quienes la han traicionado, en especial a su antiguo productor: "Ladrón, y tú sabes a qué me refiero, vendiendo mentiras, vendiendo sueños".
Aunque no solo hay despecho, también se divierte y mucho con canciones como Young, donde Simz juega con el pop y la ironía, o en Flood, un tema magnético en el que Obongjayar y Moonchild Sanelly aportan su energía a una base industrial y oscura.
More
Pulp
El nombre ya es una declaración de intenciones. Tras 24 años de silencio discográfico, Pulp regresa con More, su octavo álbum de estudio.
La banda británica no lanzaba música nueva desde su despedida con We Love Life (2001), disco que puso fin a la banda.
Este nuevo álbum, grabado en solo tres semanas y que combina canciones nuevas y otras compuestas a lo largo de su carrera, es un regreso con más urgencia que nostalgia, y se agradece.
La ironía de Jarvis Cocker, líder de la banda, sigue intacta. "Y no estoy envejeciendo, no, sólo estoy madurando / Y la vida es demasiado corta para beber vino malo y eso asusta / Y está a punto de anochecer y aún no hemos almorzado / Y siento preguntarlo, pero ¿ya nos estamos divirtiendo?", canta Cocker en Grown Ups sobre las expectativas de la vida adulta.
También prevalece esa mirada lúcida (y de clase) de la banda de Sheffield para retratar la cotidianeidad, con una voz más curtida y serena de Cocker, marcada por la experiencia y la pérdida, especialmente la de Steve Mackey.
De hecho, el disco, producido por James Ford (Arctic Monkeys, Fontaines D.C.), es un homenaje al bajista fallecido en 2023, al que rinden tributo en Got To Have Love, coescrita por Mackey antes de morir.
La última vez que Pulp, que volvió a reunirse en 2011, tocó en España fue en 2024 en el Primavera Sound de Barcelona. Este verano lo harán en Bilbao, en el festival BBK.