
Agustín Castellón Campos, alias Sabicas, leyenda de la guitarra flamenca. Foto: Paco Manzano
Sabicas suena en Madrid: la guitarra flamenca que cruzó el Atlántico y volvió hecha una leyenda
El Festival de la Guitarra Flamenca de Madrid rinde homenaje del 22 al 27 de abril al legado de Sabicas con cuatro noches de arte en vivo.
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Hay nombres que no suenan: resuenan. Que no tocan: traspasan. Sabicas es uno de ellos. Maestro sin escuela, porque fue escuela en sí mismo. Guitarrista de otro tiempo que adelantó todos los futuros. Y ahora, en abril de 2025, vuelve a retumbar.
El Festival de la Guitarra Flamenca de la Comunidad de Madrid celebra su segunda edición del 24 al 27 de abril en los Teatros del Canal y pone al guitarrista en el centro, como faro y como fuego.
La cita, dirigida por Antonio Benamargo y presentada por el director general de Cultura e Industrias Creativas, Gonzalo Cabrera, no solo rinde homenaje a Sabicas. Lo invoca. Porque este festival es más que un evento, es un acto de fe. En la guitarra flamenca, en su memoria, y en su porvenir.
Agustín Castellón Campos, Sabicas, nació en Pamplona en 1912, aprendió solo, debutó con siete años y revolucionó la guitarra sin pedir permiso. Tocó con Estrellita Castro y La Niña de los Peines, estando Ramón Montoya mirándolo desde la primera fila.
En 1936 cruzó el Atlántico con Carmen Amaya, y ya no volvió: Buenos Aires, México, Nueva York, donde se instaló y desde donde enseñó al mundo que la guitarra flamenca podía volar sola.
Su disco Flamenco puro fue un terremoto. Juan Habichuela contaba que, tras escucharlo en Nueva York en 1964, los guitarristas de aquí tuvieron que reaprender a tocar. El flamenco había cambiado.
Festival eterno
El 24 de abril, abre el festival el sevillano Paco Jarana, Giraldillo al toque en la Bienal de Sevilla de 2006, y mano derecha durante más de dos décadas de Eva Yerbabuena, que lo acompañará también esta noche junto al cante poderoso y sin aspavientos de Segundo Falcón. Jarana no necesita adornarse: su guitarra es una conversación profunda. Un diálogo entre lo que fue y lo que vendrá.
El día 25, sube al escenario otro sevillano, Dani de Morón. Le descubrió Paco de Lucía, y desde entonces no ha dejado de avanzar. Lo suyo es la inquietud, el cruce de caminos, la mezcla de acentos. Su último disco, Empatía, lo confirma como un artista sin miedo. Le acompañan dos fuerzas de la naturaleza: La Tremendita, cantaora inclasificable, y la bailaora Patricia Guerrero, tan clásica como radical.
La noche del 26 está reservada a Manuel Valencia, de Jerez. De estirpe tocaora —su tío fue Fernando Terremoto—, Valencia ha ido forjando un sonido propio, profundo, jondo. Junto a él, dos joyas: Esperanza Fernández, voz de siglos, y Manuel Liñán, bailaor que convierte el escenario en un manifiesto.
Y cierra el festival, el día 27, David de Arahal, uno de los jóvenes más prometedores del panorama. Versátil, intuitivo, valiente, su nuevo disco Callejón del arte lo consagra como algo más que promesa. En esta gala le acompaña Sandra Carrasco, voz dúctil, y José Maya, bailaor que parece esculpir el aire con cada movimiento.
Sabicas también se piensa
Pero este festival no es solo escenario. También es palabra, reflexión, conversación. Las actividades paralelas, en la Sala Negra, arrancan el 22 de abril con la mesa redonda "Sabicas. Un nuevo sonido en la guitarra flamenca", moderada por Pedro Calvo y con nombres de peso: José Manuel Gamboa, Mario Manuel Escudero, Víctor Monge "Serranito" y el joven virtuoso Alejandro Hurtado.

Paco Jarana, encargado de abrir el festival. Foto: MarcosGpunto
Al día siguiente, Gamboa vuelve a escena con la conferencia "La huella de Sabicas en Madrid y Nueva York", seguida de un concierto íntimo de Jerónimo Maya, heredero natural de esta tradición reinventada, junto a Antonio Losada a la percusión.
Y el 24, el periodista y guitarrista Pablo San Nicasio hablará de la escuela guitarrística de Caño Roto, en un diálogo con "El Nani", una leyenda viva. Después, concierto familiar: Jesús de Rosario, David Cerreduela, Israel Cerreduela y Losada. Tres generaciones de guitarra madrileña, de toque callejero, noble y eléctrico.

Patricia Guerrero quien actuará el 25 de abril. Foto: Marcos Medina
Este festival ha llegado para quedarse. Lo dijo Benamargo en la presentación: "Es el deseo de los artistas flamencos, y de los guitarristas en particular, en una ciudad cuya afición por la sonanta flamenca es sobresaliente".
En su primera edición desbordó todas las previsiones. En esta segunda, no ha hecho sino confirmar su lugar.
Porque Madrid necesitaba esto. Un festival que no repita fórmulas, que no sea folclore de escaparate. Un lugar donde escuchar la guitarra sin distracciones. Donde Sabicas no sea solo un nombre de archivo, sino una presencia viva. Una llama que no se apaga. Y es que hay guitarras que no envejecen. Solo cambian de manos.