Teodor Currentzis durante un concierto. Foto: Sébastien Grébille

Teodor Currentzis durante un concierto. Foto: Sébastien Grébille

Música

Teodor Currentzis, la apasionada batuta que recorre España con el Réquiem de Mozart

El enérgico director griego interpreta la célebre obra mozartiana en Madrid, Barelona y Sevilla con su conjunto MusicAeterna.

10 marzo, 2024 02:00

De nuevo está entre nosotros Teodor Currentzis (Atenas, 1972), uno de los directores más temperamentales, originales e innovadores de estos últimos años. Su elevada figura planea habitualmente con verdadera autoridad sobre los conjuntos que tiene a sus órdenes, especialmente aquellos de los que es titular, la Orquesta y Coro MusicAeterna, fundados por él en la ciudad rusa de Novosibirsk en 2004.

El maestro ateniense gusta de escarbar, de buscar nuevos giros y acentos, de encender nuevas luces, abrir puertas y rastrear significados ocultos, descubrir territorios no hollados, perseguir sensaciones en toda música que aborda, lo que origina resultados a veces muy discutibles, pero siempre curiosos, que sabe sin duda comunicar a sus instrumentistas y al público.

No hay duda de que nos mostrará de nuevo sus credenciales dirigiendo la obra base de su gira, el Réquiem de Mozart. Actuarán este domingo 10 en Madrid (Auditorio Nacional en el ciclo de La Filarmónica), el 11 en Barcelona (en L’Auditori), y el 12 en Sevilla (Teatro de La Maestranza).

La partitura, a fondo

La belleza clásica de la esbelta partitura, que como se sabe no llegó a rematar el compositor y que fue completada, entre otros, por su discípulo Franz Saver Süssmayr, será expuesta desde un punto de vista singularmente dramático.

Los decididos contrapuntos del severo Kyrie, cuyo segundo sujeto discurre sobre las palabras “Christe eleison”, la cólera divina de la que se reviste el Dies irae, Allegro assai en Re menor, el terror que aparece en la intervención del tenor (Mors stupebit), la angustia sotto voce y la brutal respuesta del Rex tremendae son momentos gloriosos.

Aunque quizá la cima se encuentre en dos páginas magistrales como el Recordare y el Lacrimosa. La primera, llena de ansiedad, de súplica, “de melancolía dulcísima y fatigada” (Massimo Mila); la segunda, Larghetto en Re menor, una página henchida de sublime y transida espiritualidad. Con el Benedictus, Andante en Si bemol mayor, se nos abre un nuevo clima, más confiado y sereno.

La composición concluye con la Communio, Adagio/allegro en Si bemol mayor/Re menor. Estamos en la atmósfera, definida por las idénticas notas y similar orquestación, del Introito, que nos sitúan en el Cum sanctis tuis in aeternum, desarrollado sobre la misma música que el Kyrie.

Ya sabemos que además de la de Süssmayr, hay otras versiones de este Réquiem que tratan de ser más fieles a lo que se cree que quiso Mozart. Franz Beyer, Richard Maunder y Robbins Landon han firmado algunas de ellas. Aunque a la postre quizá sea la del discípulo la más convincente en su conjunto.

Anotemos las voces de los solistas que viajan con los conjuntos: Elizaveta Sveshnikova, soprano; Andrey Nemzer, contratenor (que incorpora en este caso la voz de la mezzo femenina); Egor Semenkov, tenor; y Alexey Tikhomirov, bajo.

Hay que resaltar que tanto en el concierto de Madrid como en el de Barcelona se incluirá también en el programa el maravilloso Concierto para piano nº 24 del mismo Mozart, escrito también en menor, en este caso Do. Su intérprete será la pianista Olga Pashenko.