Montserrat Caballé. Foto: Eduard Olivella / Centre de Documentació de l'Orfeó Català

Montserrat Caballé. Foto: Eduard Olivella / Centre de Documentació de l'Orfeó Català

Música 25 años de El Cultural

In memoriam: Montserrat Caballé, pureza, tersura y... humor

En el mundo del canto fue pureza de línea, suavidad de emisión, tersura instrumental y nitidez tímbrica, rasgos que definieron una voz privilegiada.

6 diciembre, 2023 01:43

Al evocar a Montserrat Caballé se nos acumulan los recuerdos y rememoramos las muchas veces que, desde los años sesenta, tuvimos ocasión de verla y escucharla. No hay duda de que fue un extraordinario fenómeno vocal. En la memoria conservamos históricas recreaciones, desde aquel Ah, perfido! de Beethoven en el Monumental de Madrid con Hermann Scherchen en enero de 1963, con el instrumento joven, bruñido, terso, inmaculado.

Decir Caballé en el mundo del canto es decir pureza de línea, suavidad de emisión, tersura instrumental, nitidez tímbrica, arcada de violín, filados prodigiosos. Rasgos que definieron una voz privilegiada. La artista barcelonesa, venida al mundo en un hogar humilde en 1933, desarrolló sus innatas cualidades en el Conservatorio del Liceo, donde trabajó con Eugenia Kemeny y Conchita Badía. En 1950 se produjo, al parecer, su primer contacto con la escena. Fue en el Teatro Fortuny de Reus con el papel de Serpina de La serva padrona de Pergolesi.

Se tiene como primer espaldarazo de su ya importante carrera aquella Lucrezia Borgia de Donizetti de 1965 en el Carnegie Hall neoyorquino, que iba a cantar en concierto Marilyn Horne. Ante su indisposición, la española tomó su lugar y cosechó un éxito inenarrable. Al día siguiente un periódico titulaba: “Callas + Tebaldi = Caballé”. A partir de ese momento, la consagración en todos los grandes teatros y en los más importantes festivales. La fama y el estudio de nuevos papeles, hasta 80.

Tras su espaldarazo en el Carnegie Hall, un periódico tituló: “Callas + Tebaldi = Montserrat Caballé”

Siempre nos asombraron sus eternos filados –allá donde “nace la voz”, en expresión de la propia soprano– sus frases en arco, sus messe di voce, la sutileza de sus acentos, el maravilloso y único legato, capaz de unir palabras, fonemas, oraciones con la pureza sonora y la limpidez de un violín.

Recordemos estas hermosas declaraciones de Giancarlo del Monaco: “Has sido mucho más que una inmensa cantante, has sido una grandísima personalidad de las que hoy no existen. He de usar aquí las mismas palabras de Giuseppe Verdi tras la muerte de Richard Wagner: ‘Triste, triste, triste, la Caballé ha muerto’. Ahora me detengo porque estoy llorando. Tu Giancarlo”. 

Montserrat Caballé

Montserrat Caballé (Barcelona, 12 de abril de 1933-6 de octubre de 2018) fue soprano y recibió, entre otros premios, el Nacional de Música 1988, el Príncipe de Asturias de las Artes 1991, la Legión de Honor de Francia 2005, el Doctora Honoris Causa por la Universidad de Barcelona y el Internacional Menéndez Pelayo.

La técnica, el savoir faire, el aplomo estuvieron en ella desde el principio. Incluso siendo niña: en las Navidades de 1943, su familia Caballé estaba muy alegre, ya que la poliomielitis de su hermano estaba cediendo. En tal ambiente, sus padres le pidieron que cantara un villancico... y Montserrat decidió cantar Madama Butterfly, obra que conocía de memoria de escucharla en una gramola.

Del recuerdo queremos eliminar actuaciones como aquella Isolda en el Teatro de la Zarzuela, en la que se alivió no poco filando sin venir a cuento y en la que, a hurtadillas, echaba de vez en cuando un ojo a la partitura. Pero sí hay que tener presentes sus clases de canto.

En Madrid aconsejó sabiamente a Isabel Rey. Y en Madrid también, en un programa televisivo que dirigía Alfredo Amestoy y que narraba la vida y milagros de la diva. Y cómo no evocar aquella histórica actuación junto a Freddie Mercury con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992. Aunque los dos artistas ya habían cantado juntos en el Club Ku de Ibiza en el verano de 1987.

A la soprano no la faltaba sentido del humor. Se habló mucho hace años de un anuncio de la Lotería de Navidad rodado en Pedraza. Caballé, que salía con cara de susto, calificó el anuncio de “cómico y horroroso”.

Nos dejaron

Alfredo Kraus (1923-1999); Joaquín Rodrigo (1901-1999); Victoria de los Ángeles (1923-2005); Carmelo Bernaola (1923-2009); Xavier Montsalvatge (1912-2002); Rafael Frühbeck de Burgos (1933-2014); Carmelo Bernaola (1929-2002); Ramón Barce (1928-2008); Jesús López Cobos (1940-2018); Cristóbal Halffter (1930-2021); Luis de Pablo (1930-2021); Antón García Abril (1933-2021); Teresa Berganza (1933-2022)...