Image: Don Carlo en el bosque de les Arts

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Música

Don Carlo en el bosque de les Arts

La obra más deslumbrante de Verdi llega a Valencia

13 diciembre, 2007 01:00

El próximo sábado llega al Palau de les Arts de Valencia Don Carlo. Anunciado como uno de los platos fuertes de la temporada valenciana, la obra, procedente de la ópera Nacional de París, contará con un excelente reparto encabezado por el barítono malagueño Carlos álvarez. En lo escénico estará respaldada por Graham Vick y en lo musical, por Lorin Maazel. Con este motivo, El Cultural repasa las claves de la ópera más imponente de Verdi.

El próximo sábado, el Palau de les Arts presenta un Don Carlo que promete ser uno de los platos fuertes de la temporada lírica valenciana. Graham Vick en lo escénico y Lorin Maazel en la dirección musical serán los máximos responsables de esta producción de uno de los más imponentes títulos verdianos, al frente de un reparto muy compacto en el que sobresale con brillo propio el barítono malagueño Carlos álvarez.

Don Carlo surgió del encargo que la ópera de París le hizo a Giuseppe Verdi como parte de los actos en torno a la Exposición Universal de 1867. Las circunstancias que rodearon los ensayos fueron muy complejas y el compositor tuvo que efectuar numerosos cortes y reajustes para dejar la obra en unas dimensiones que permitieran a los espectadores de la periferia llegar a tiempo para tomar el último tren. La ópera se estrenó finalmente el 11 de marzo de 1867, en presencia de Napoleón III y Eugenia de Montijo (quien, al parecer, se volvió de espaldas al escenario para mostrar su desagrado en la escena del Gran Inquisidor), y utilizaba los últimos inventos tecnológicos, entre ellos, la luz eléctrica, con la que se pretendía lograr los mejores efectos escénicos, como en la aparición final del emperador Carlos V.

Esta versión, en cinco actos, se amolda en su estilo a la grand opéra francesa, constituyendo uno de los más valiosos productos dentro de este género, con su mezcla de grandiosidad y de profundidad psicológica. Después del estreno francés, Verdi redujo la obra a cuatro actos y utilizó la traducción del libreto al italiano de Achille de Lauzieres y Angelo Zanardini. El estreno italiano tuvo lugar en La Scala de Milán el 10 de enero de 1884. Esta versión es quizás la más conocida y representada, con el nombre de Don Carlo. Dos años más tarde, Verdi decide escribir una tercera versión, rescatando el primer acto y suprimiendo otras partes (como el ballet que siempre se incluía en una ópera francesa y que aquí describe el hallazgo de la preciosa perla Peregrina), que se estrena en Módena el 26 de diciembre de 1886.

Otros Don Carlos. El libreto original es obra de François Joseph Méry y Camille du Locle, y está basado en el drama Dom Karlos, Infant von Spanien del poeta romántico alemán Friedrich Schiller, un autor por el que el maestro de Busseto tenía especial predilección por su combinación de temas políticos y amorosos, y la excelente factura dramática de sus obras, y al que también recurrió para Giovanna d’Arco (basada en La doncella de Orleans), I Masnadieri (a partir de Los bandidos) y Luisa Miller (extraída de Intrigas y amor).

En los últimos años, Don Carlo ha tenido una evidente presencia en los escenarios españoles. En la pasada temporada, el Liceu barcelonés trajo la delirante producción de la Staatsoper de Viena debida a Peter Konwitschny, que incluye toda la música escrita por Verdi, incluso con números eliminados antes de la premiére parisiense (y que actualmente puede adquirirse en dvd).

En la lujosa producción de Hugo de Ana para el Teatro Real se recuperaron algunos números que tradicionalmente se suprimen, como el dúo en el que Isabel de Valois y la Princesa de éboli intercambian sus máscaras o el estremecedor pasaje que sigue a la muerte de Posa (y que daría lugar al tema del "Lacrimosa" de la Misa de Réquiem). La ABAO bilbaína, dentro de su monumental proyecto Tutto Verdi, presentará próximamente ambas ediciones, tanto la italiana como la original francesa.

En esta ocasión, el Palau valenciano ha optado por la versión italiana en cuatro actos, que es la más habitual. La producción se debe a Graham Vick, con decorados y vestuario de Tobias Hoheisel, y procede, precisamente, de la Opéra National de París (aunque el moder- nísimo Teatro de la Bastilla tiene muy poco que ver con el escenario en el que se creó la obra, el recargado Palais Garnier).

El director de escena británico, que fue director de producciones del Festival de Glyndebourne de 1992 a 2000, es uno de los nombres más relevantes de la escena operística mundial, y su Don Carlo (menos escandaloso que su Rigoletto en el Real) fue muy bien acogido cuando se presentó en la capital francesa. Por su parte, el maestro franco-estadounidense Lorin Maazel -que tendrá a su cargo la función inaugural, la del próximo sábado, y las de los días 18 y 21, mientras que las dos últimas, el 26 y el 29, cederá la batuta a su joven protegido, el australiano Kynan Johns- propondrá sin duda una lectura brillante y espectacular de la partitura, aprovechando las excelencias del mejor conjunto de foso de nuestro país, la Orquestra de la Comunitat Valenciana, y del también magnífico Coro de la Generalitat, preparado por Francesc Perales para este exigente cometido.

Un sólido reparto. Don Carlo es uno de los títulos operísticos más difíciles de distribuir. El papel titular lo abordará uno de los más destacados tenores líricos-spinto de la actualidad, el siciliano Marcello Giordani, a quien, sin embargo, la tesitura del infante de España puede plantearle ciertos problemas, ahora que está abordando un repertorio más dramático. Como su padre, Felipe II (probablemente el mejor retrato de ningún personaje trazado por Verdi), encontraremos al sólido bajo búlgaro Orlin Anastassov, bien avezado en estas lides.

A resaltar también la soprano chilena ángela Marambio, que en un par de años se ha situado a la cabeza de las sopranos verdianas, con sus interpretaciones de Amelia Boccanegra, Desdémona o Luisa Miller en escenarios tan prestigiosos como el Met o las óperas de Hamburgo y Munich, y que será la desgraciada Isabel de Valois; a la mezzosoprano de Sofía Nadia Krasteva, una habitual de la Staatsoper de Viena, quien prestará su belleza a la Princesa de éboli, así como la profesionalidad del bajo norteamericano (muy activo en nuestro país en los últimos años) Eric Halfvarson como el siniestro Gran Inquisidor.

Pero la estrella del reparto es, casi con absoluta seguridad, el barítono Carlos álvarez, que ha encontrado en el personaje de Posa, desde que lo cantara en el Festival de Salzburgo en 1998 y 1999 de la mano precisamente de Lorin Maazel, y en la controvertida puesta en escena de Herbert Wernicke (que presentaba a nuestro artista como una especie de bandolero justiciero a modo del Zorro) uno de sus mejores cometidos verdianos, en el que puede expandir a sus anchas ese instrumento noble y generoso como pocos, como ya demostró en la pasada temporada, también en el Palau de les Arts y de nuevo con Lorin Maazel, en otro de sus grandes papeles del compositor: Simon Boccanegra.

Coincidiendo con las representaciones de Don Carlo, el día 22 tendrá lugar la solemne audición del Auditorio del Palau de les Arts con un programa muy festivo. Será también el maestro Maazel quien vuelva a ponerse al frente de la Orquesta de la Comunidad Valenciana y el Coro de la Comunidad Valenciana en un Concierto de Navidad que incluye el estreno del Preludi Festiu per un Auditori del compositor valenciano César Cano, la Fantasía para piano, coro y orquesta de Beethoven, las Noches en los jardines de España de Falla (que intervendrá como solista uno de nuestros mejores jóvenes valores del teclado, el onubense Javier Perianes) y, para terminar, la Rapsodia española de Ravel.

Reencuentro tras una década

Carlos álvarez y Lorin Maazel vuelven a encontrarse en una obra que los reunió por vez primera hace casi una década, en el Festival de Salzburgo. El maestro estadounidense apostó entonces por el joven barítono español, que rondaba la treintena, y le dio un espaldarazo definitivo para su consagración internacional (aunque ya se había presentado en otros escenarios como la Staatsoper de Viena, donde acaba de recibir junto a Montserrat Caballé, el "Kammersänger" otorgado por el Gobierno de Austria). Ahora, casi diez años después, se reunirán para cosechar un nuevo triunfo.