Música

Juanjo Mena

“Bernaola rompió y reformó el molde clásico de la sinfonía”

9 marzo, 2006 01:00

Juanjo Mena. Foto: Miguel San Cristóbal

Juanjo Mena (Vitoria, 1965) es reconocido hoy como uno de los directores de carrera más firme del panorama español. Desde que en 1999 asumiera la titularidad de la Sinfónica de Bilbao, en uno de los momentos más difíciles de la formación, ha demostrado un grado de madurez que le ha permitido, poco a poco, con coherencia y buen pulso, convertir al conjunto en un sólido vehículo para afrontar algunas de las obras más complejas del repertorio. Un camino que ha compatibilizado con su faceta de director invitado, visitando el podio de muchos de nuestros conjuntos. En esta ocasión acude, esta tarde y mañana, al Teatro Maestranza de Sevilla, requerido por la Orquesta de la ciudad andaluza, para dirigir la Sinfonía en Do de su maestro Carmelo Bernaola (1929-2002). La elección de la obra no es casual ya que el compositor de Ochandiano fue una figura fundamental en la carrera y posterior proyección humana y artística del maestro vasco: “Conociendo todo el corpus de Bernaola me parece que la Sinfonía en Do es una partitura muy relevante dentro de su catálogo, por lo que supuso en su momento y por cómo marcó su propia trayectoria posterior”, señala Mena.

Su estreno en 1974, encargo de la Nacional de España, estuvo rodeado de una curiosa controversia, con aireadas críticas incluidas, “dado su fuerte carácter innovador para lo que era habitual en aquella época. Es una obra que se debe conocer, de las más importantes que dieron los compositores de su generación. En ella, Bernaola dio el paso decisivo de, con su obra, enfrentarse a las ideas que imperaban en el momento”. El compositor, debido a su “insobornable voluntad de invención”, al abordar una sinfonía se alejó, en cuanto a la forma y a la estética se refiere, del propio término y de la manera tradicional de hacer: “Para él, -señala Mena-, esa estructura clásica que perduraba todavía en nuestro país, de dos temas, debía ser rota y reformada, para ser más creativa, abierta y plural. El resultado fue una innovación, respecto al molde clásico, no sólo en el lenguaje sino también en la forma”.

Refinado y bello
Mena resalta el refinamiento que envuelve toda la producción de Bernaola: “Cualquiera que escucha una obra suya, siempre afirma que ha escuchado algo bello, cuidado. él era una persona de mucho gusto, con una atención especial a cuidar las sonoridades que se producían, que podían ser aparentemente duras y rompedoras pero siempre con un enorme finura, algo muy presente en esta Sinfonía en Do”.

Respecto al relativo olvido que ha sufrido la figura y obra de Bernaola, Mena asume parte de las culpas: “Todos somos un poco responsables. Muchas orquestas parten de un planteamiento erróneo de querer programar lo último que se está componiendo. Como se demuestra con el paso del tiempo, es muy importante dar a conocer los procesos de cambio hasta llegar hasta donde estamos. Sigo pensando que el débito con toda la generación de Bernaola es evidente”.