Un momento del espectáculo 'Origen'. Foto: Laura León

Un momento del espectáculo 'Origen'. Foto: Laura León

Danza

Patricia Guerrero y Fahmi Alqhai, a la búsqueda del germen barroco del flamenco en 'Origen'

La coreógrafa y el compositor buscan la génesis mestiza del arte jondo en este espectáculo con paradas en Granada, Córdoba, Peralada y Almagro.

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Sevilla ha sido crisol de civilizaciones —romana, cristiana, árabe, judía, gitana, castellana, americana— que pasaron por esos territorios a lo largo de los siglos y dejaron sus músicas y sus bailes, depositados en seculares estratificaciones.

Con el paso de los años fueron lentamente sometidos a un periodo de fermentación hasta que comenzaron a mezclarse con los sones y danzas que habían dejado los anteriores inquilinos y con los que estaban llegando en un sistema de intercambio de influencias cuyo trasiego de continuo mestizaje dio como resultado algo que con el tiempo ha venido a llamarse arte flamenco.

Pero mucho antes de que adquiriese esa denominación fue el principio, la materia germinal, es decir Origen. La semilla de los tiempos. Así se titula el nuevo espectáculo del Ballet Flamenco de Andalucía, dirigido por la bailaora y coreógrafa Patricia Guerrero, y el conjunto instrumental Accademia del Piacere, conducido por el compositor y violagambista Fahmi Alqhai. Podrá verse en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada este miércoles 25 de junio, en el Festival de la Guitarra de Córdoba el 8 de julio, en el Festival de Peralada el 10 y en el Festival de Teatro Clásico de Almagro el 18.

Como dice Patricia Guerrero, "la obra, con el Barroco asimilando todas las influencias, cuenta algo que invariablemente se debía desarrollar en una población andaluza, y esta tenía que ser Sevilla, ciudad barroca por antonomasia, con el río Guadalquivir por donde arribaron y se mezclaron muchas culturas".

Juan Dolores Caballero, director de escena, afirma con convencimiento: "Lo que teníamos que buscar era un contenedor y decidimos que era la ciudad de Sevilla. Todo sostenido por el Barroco y, a nivel formal, por el flamenco".

Origen es un brillante musical sin argumento definido, pero que narra no solo un proceso sino la naturaleza del principio. Fahmi Alqhai cree que "en la obra se mezclan muchas cuestiones. No es solo la raíz del baile flamenco o del comienzo de un desarrollo. Se trata de que ya el origen tiene en sí mismo identidad española, una semilla musical y dancística que conquistó Europa y que estuvo sonando en todas las calles y en todas las cortes durante más de un siglo".

Y ese origen es también consecuencia de prolongados cruces: la música española propiamente dicha, que asimismo es producto de continuas hibridaciones, la de negros con la presencia afrocubana, las capillas o grupos instrumentales venidos de Flandes para la boda de Carlos V en Sevilla, y otras influencias europeas. Como afirma Fahmi Alqhai, "presenta un carácter rapsódico, ya que combina muchísimos elementos de diversa procedencia, sin que en apariencia tengan vinculaciones".

"'Origen' no es una lección musicológica. Es otra dimensión, en la que impera la libertad". Fahmi Alqhai

De todas formas, la relación de Fahmi Alqhai con el flamenco viene de lejos. Ya en 2012, con la Accademia del Piacere en pleno, presentó en la Bienal de Sevilla el concierto Las idas y las vueltas, con el cantaor Arcángel; en 2018 grabó el disco Diálogo de nuevos y viejos sones con la cantaora Rocío Márquez; en 2020, y como preludio de Origen, monta con Patricia Guerrero el espectáculo Paraíso perdido, y en 2024 se alía con la bailaora Ana Morales en la propuesta Rediscovering Spain: fantasía, diferencias y glosas.

Todo ello con la intención de relacionar Monteverdi con la seguiriya gitana, chaconas con fandangos de Alosno, los "cantes de ida y vuelta" con la música del Siglo de Oro, Gaspar Sanz o J. S. Bach como soporte para secundar el baile flamenco. El Barroco, al fin y al cabo, asociado a un arte que hoy triunfa en los escenarios internacionales.

"Aunque debemos dejar claro", asegura Fahmi Alqhai, "que no es un proyecto historicista ni una lección de rigor musicológico. La música la llevamos a otra dimensión, donde impera la creatividad y la libertad interpretativa de un tiempo, sus sonidos y sus orígenes". Lo que corrobora Patricia Guerrero: "Es un mundo imaginario que concebimos para recrear una época y sus expresiones en el baile".