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Antonio Onetti, nuevo presidente de SGAE: "Debemos separar la gestión y la política"

El guionista, que anuncia una caída de la recaudación del 30 %, quiere cumplir los requisitos del Ministerio de Cultura y la CISAC y convocar nuevas elecciones en octubre

4 mayo, 2020 14:22

Tras la moción de censura a Pilar Jurado y la breve regencia interina de Fermín Cabal, el guionista y dramaturgo Antonio Onetti (Sevilla, 1962) llega a la presidencia de la SGAE con la intención de apaciguar las aguas dentro y fuera de la casa aunque solo tiene asegurado un mandato de cinco meses, ya que quiere convocar elecciones en octubre. En sus primeras declaraciones como presidente ha anunciado su máxima disposición para cumplir los requerimientos del Ministerio de Cultura, que sigue jugando la carta de la posible intervención de la entidad, y de la CISAC, el organismo internacional que aglutina a las entidades de gestión de derechos de autor y que a finales de este mes deberá decidir si prolonga la expulsión temporal de SGAE, la readmite o la expulsa definitivamente.

El guionista de series como Amar en tiempos revueltos y películas como GAL y El Lobo ya ostentó un alto cargo dentro de la casa, el de presidente de la Fundación SGAE. Como tal, le tocó la papeleta de desmantelar las mastodónticas inversiones deficitarias heredadas de la época de Teddy Bautista, como la red de teatros Arteria. Además de los problemas actuales de SGAE, Onetti deberá afrontar ahora la grave crisis que se le viene encima al sector a causa de la pandemia. Anuncia que la recaudación de derechos caerá un 30% este 2020 y lamenta tener que rebajar drásticamente las expectativas de los socios respecto a las ayudas prometidas por Jurado. En vez de los siete millones extra anunciados, un “baño de realidad” obliga a Onetti a dejarlo en dos.

Pregunta. ¿Por qué era necesaria la moción a Pilar Jurado?

Respuesta. Las señales que estaba emitiendo la CISAC y el Ministerio de Cultura eran preocupantes. En el caso de CISAC, podían conducir a la expulsión definitiva de SGAE, lo cual sería un desastre porque nos dejaría sin las herramientas para movernos en el mercado internacional. En el caso del ministerio, está la posibilidad de la retirada de licencia, lo cual sería directamente el fin de la SGAE. En esa situación una mayoría de miembros de la junta directiva consideramos que había que dar un cambio de rumbo.

P. Usted dijo el año pasado que Pilar Jurado era una presidenta “elegida por la rueda”. Ella en su primera comparecencia como presidenta dijo que el tema de la rueda lo daba por resuelto, ya que la nueva Ley de Propiedad Intelectual establecía un límite del 20 % para la recaudación de derechos derivada de la franja nocturna en televisión. ¿Usted cómo ve este asunto?

R. En eso tenía razón, el problema de la música nocturna se ha paliado en gran parte gracias a la intervención de la Ley de Propiedad Intelectual. Eso significa que ese modelo de negocio ya no es tan atractivo para las televisiones. Otra cosa es que determinadas decisiones que se han tomado en los órganos de dirección hayan estado influidas por un sector del Colegio de Pequeño Derecho que podría estar más vinculado a esa música nocturna. El problema no es la música nocturna, sino que ese sector estuviera más o menos a favor de cumplir los requisitos que se nos están pidiendo por parte del ministerio y de la CISAC.

"La SGAE necesita una fórmula que respete el equilibrio, para que los autores reciban el mismo trato sean del colegio que sean"

P. El Ministerio de Cultura no ha retirado su solicitud de intervención de la SGAE. ¿Qué deben hacer ustedes para que el ministerio dé marcha atrás?

R. Hay una serie de precisiones alrededor de los nuevos estatutos, algunos artículos que no les han parecido correctos, y que nosotros estamos plenamente dispuestos a corregir sin mayor problema. Algunos se podrían corregir mañana mismo, en el momento en que nos digan cuáles son finalmente, porque ahora hay un periodo de alegaciones por parte de otras entidades y finalmente se hará un dictamen. Hay otros artículos que en vez de rectificación necesitarán una explicación, porque a veces cuando las alegaciones las hace la competencia, puede ser que lo que digan les venga muy bien a ellos pero muy mal a nosotros.

P. ¿Puede precisar a qué tipo de artículos se refiere?

R. Sobre todo a temas relacionados con el contrato de gestión. Nosotros tenemos líneas de recaudación que son más costosas que otras. Por ejemplo, la recaudación de los cines y de los teatros está muy automatizada, también lo que pagan las televisiones, que es un porcentaje sobre los ingresos que tienen de publicidad. Pero además tenemos una red comercial que supone una gran parte de los ingresos de la casa, que son lo que pagan los establecimientos abiertos al público donde se utilizan obras de nuestros autores, discotecas, bares, cualquier sitio donde haya una pantalla en la que se emitan videoclips... Todo eso paga unos derechos y recaudarlo es mucho más costoso. Nosotros lo que hacemos es compensar unas cosas con otras. Si en el contrato de gestión un autor puede llevarse todo lo que es muy barato de regular a otra entidad y dejarnos a nosotros lo que es caro, a lo mejor no podemos compensar esos gastos como hacemos con quien tiene todos los derechos en nuestra casa. Esto es un ejemplo, hay otras cuestiones, pero son todas de esta índole.

P. ¿Y cuándo cree que podrán ratificarse definitivamente los estatutos?

R. Parece que va a ser rápido. Ya hemos recibido las alegaciones de todas las entidades, esta semana daremos nuestra visión al respecto y esperamos que el ministerio se pronuncie lo antes posible. Si las reformas son pequeñas y puntuales, eso no impedirá que los estatutos entren en vigor y por lo tanto podamos convocar inmediatamente las elecciones. Me he comprometido a que sean en octubre, por tanto mi único horizonte de presidencia ahora mismo son esos cinco meses.

P. El año pasado dijo que se estaba gestando el divorcio de los colegios de Gran Derecho y Audiovisual del resto de la entidad. ¿Ahora que ha tomado las riendas lo sigue viendo necesario?

"Los autores que se han ido de SGAE lo hicieron porque estaban hartos y probablemente dolidos. Ojalá podamos recuperar su confianza"

R. SGAE es una sociedad multirrepertorio, es decir, aglutina a autores de todos los sectores. Es de las pocas de este tipo que quedan en el mundo. Hoy las entidades de gestión son mucho más sectoriales y, aunque sean más pequeñas, eso les permite ser más dinámicas porque tienen menos derechos encontrados dentro de la casa. Al mismo tiempo, SGAE tiene una fortaleza grande porque es de las primeras del mundo en recaudación. Hubo un intento de multiplicar el voto ponderado [aumentar el número de votos de los socios que más recaudan], lo que para el Colegio Audiovisual y el de Gran Derecho habría sido letal. Esto habría supuesto que un solo colegio [el de Pequeño Derecho, que engloba a los músicos] tuviera el control absoluto de la asamblea. Eso se consiguió parar, porque una sociedad multirrepertorio necesita una fórmula que respete el equilibrio que tiene que haber para que los autores reciban el mismo trato sean del colegio que sean. Si no hay una voluntad de conseguir el bien común, es lógico que alguien no quiera estar ahí. Nosotros no queremos irnos, sino conseguir que todos seamos iguales y tengamos las mismas posibilidades.

»Por otra parte, se ha forzado demasiadas veces la impresión de que la raíz de los problemas es la confrontación intercolegial y no es verdad, no tiene por qué serlo. Solo será así si alguien quiere anteponer sus intereses a los de todo el colectivo. Esa es nuestra filosofía. Lo que sí creo es que, empezando por la separación de bolsas que estamos acometiendo y que es una de las obligaciones que nos pide la CISAC, deberíamos caminar al máximo a una autonomía colegial. Yo, como miembro de la junta directiva por parte del colegio audiovisual, no tengo ningún interés en opinar de los problemas de los músicos. Pero eso en cualquier caso no es un problema que se pueda abordar ahora, porque lo primero que tenemos que hacer es normalizar la casa tal como la tenemos y sanearla. Una vez que podamos sosegarla y repensarla, tendremos que decidir cuál es el modelo que debemos seguir. En otras épocas de SGAE ha habido incluso una junta directiva solo de los músicos y otras de otros colegios. A lo mejor hay fórmulas intermedias, más federales, que se pueden abordar, pero eso será una reforma de estatutos a un plazo mucho más largo.

P. Está a punto de cumplirse la expulsión temporal de SGAE por parte de CISAC, que tiene que decidir si les readmite, si prorroga la expulsión temporal o si decreta la expulsión definitiva. ¿Qué cree que va a pasar?

R. El día 27 de abril, dos días antes de que la junta directiva me nombrara presidente, y ya en el periodo de presidencia interina de Fermín Cabal, recibimos una carta de CISAC en la que daban a entender que el día 9 de mayo la junta iba a proponer a la asamblea que se prolongara otro año la expulsión temporal, y mitigaba la amenaza de expulsarnos definitivamente. Incluso en el último párrafo decían que incluso si de aquí a la celebración de la asamblea, el 28 de mayo, seguíamos avanzando en el cumplimiento de los requisitos, se plantearían incluso levantarnos la sanción y volver a ser miembros de pleno derecho. Yo creo que lo más importante en este sentido es que lleguemos a esa fecha con las elecciones convocadas. Eso es lo que va a determinar la normalidad de la sociedad a partir de octubre con todos los órganos de decisión renovados.

"Hay que dejar la gestión del día a día a los técnicos y que haya absoluta trazabiLidad en los derechos desde que se recaudan hasta que se reparten"

P. Aún hay repartos antiguos de derechos pendientes de ajustar e incluso en manos de la justicia. ¿Cómo se puede resolver ese tema?

R. El problema es que hay repartos que se presuntamente se hicieron de manera errónea y que por lo tanto habría que corregir. Nosotros haremos lo que la justicia determine, como no puede ser de otra manera. Esta es una cuestión muy delicada, porque si se corrige un reparto de hace dos o tres años, significa que a unos socios se les repartió un dinero que debería haber sido para otros. Los socios que lo recibieron no tienen la culpa y probablemente ya lo hayan gastado, así que, independientemente de que SGAE abone lo que le corresponde a los otros, habrá que buscar fórmulas para que los autores que recibieron de más puedan ponerse al día de la manera menos lesiva para ellos.

P. Hace unos meses algunos socios muy importantes abandonaron SGAE. ¿Cree que eso empañó aun más la imagen de la entidad?

R. Bonito no fue. Es totalmente legítimo que decidieran marcharse. Lógicamente esos autores eran objeto de deseo de otras entidades con las que competimos. De todas formas, de todos los que se fueron, muchos volvieron, sobre todo en el campo de la música, y de eso apenas se ha hablado. En el terreno audiovisual, DAMA es una realidad, pero otras opciones en el terreno de la música parecen un poco verdes. Creo que los autores que se fueron, sobre todo grandes figuras que todos conocemos, lo hicieron porque estaban hartos y probablemente lo hicieron dolidos. Les deseo muchísima suerte fuera y ojalá SGAE pueda recuperar su confianza y decidan volver a la que ha sido su casa.

P. ¿Qué le parecen las medidas económicas emprendidas por SGAE durante los últimos días de la presidencia de Pilar Jurado para paliar la crisis del coronavirus entre los socios?

»Yo desde luego no voy a hacer ninguna campaña para molestar a nadie e intentar que vuelva. Mi trabajo es conseguir que la casa pueda ser un orgullo para sus socios. Solo lo vamos a conseguir si logramos separar la gestión y la política y que no haya injerencias en ninguna de las dos direcciones. Hay que dejar la gestión del día a día a los técnicos, para que esta sea absolutamente profesional y objetiva, y que no exista la posibilidad de que ningún colegio se imponga sobre otro lesionando sus derechos. Que haya absoluta trazabilidad en los derechos desde que se recaudan hasta que se reparten para que cada uno reciba lo que le corresponde en su justa medida. Y en la parte política, que los representantes de los socios seamos los que marquemos los criterios desde el bien común, el entendimiento y la convergencia. Si volvemos a tener la regla de oro del bien común y nos normalizamos institucionalmente, con cambios estatutarios, una presidencia que se limite a la representación institucional, y restableciendo la confianza del resto de entidades y del ministerio de Cultura, a lo mejor muchos autores decidirán volver. Y si no es así no pasa nada, porque al final todos somos creadores, todos somos compañeros.

"Quiero pedir disculpas a los socios que vean frustradas sus expectativas con respecto al volumen de las ayudas. La recaudación va a caer un 30%"

R. Lo que te puedo decir es que hemos hecho un esfuerzo en estas dos últimas semanas para tener un cuadro real de cuáles son nuestras posibilidades de ayudar a los socios. Hemos conseguido reunir 950.000 euros en ayudas directas a los socios, que van a ir a 1.100 socios aproximadamente, en franjas de 1.100, 900 y 700 euros, dependiendo de la gravedad de la situación de esos socios y su vulnerabilidad. También hemos incrementado las ayudas de previsión social en 200.000 euros, pasando de 500.000 a 700.000. Además hemos creado una línea de préstamos especiales por un total de 40.000 euros, a lo que hay que sumar los préstamos habituales a los que tienen derecho todos los socios de SGAE en función de su recaudación y de la previsión de recaudación que van a tener en los próximos dos años. Las solicitudes de estos préstamos se ha triplicado desde que empezó la pandemia con respecto al mismo periodo del año pasado. Todas estas ayudas son incompatibles para llegar al máximo de autores. Al final vamos a tener un esfuerzo de unos 2 millones de euros más los 500.000 euros que ya había presupuestado para este tipo de emergencias. 

»En ese sentido quiero pedir disculpas a todos aquellos socios que vayan a ver frustradas sus expectativas respecto a las declaraciones que se hayan hecho anteriormente sobre el volumen de esas ayudas. Lo que te acabo de contar es lo que hay, tenemos que aceptar el baño de realidad. Las estimaciones que tenemos para el año 2020 indican que la recaudación va a caer un 30 %. Esto no es un problema de SGAE, sino de la realidad en al que el sector cultural español es uno de los más golpeados ahora mismo, Los teatros, los cines, las discotecas, los bares están cerrados, los festivales suspendidos, las giras canceladas y no sabemos cuándo se va a normalizar la situación. Entonces nosotros vamos a buscar las soluciones que tengan el menor coste posible tanto para la plantilla como para los socios y estamos contemplando solicitar créditos, rescatar fondos que tenemos en los bancos, no estamos en bancarrota para nada, obviamente es una situación muy complicada pero la vamos a salvar, y además vamos a colaborar con las entidades culturales públicas y privadas en buscar soluciones, como está pidiendo todo el sector al Ministerio de Cultura.

@FDQuijano