Image: Maria João Pires y la cheloterapia

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Escenarios

Maria João Pires y la cheloterapia

7 diciembre, 2012 01:00

Maria João Pires (piano) y Antonio Meneses (violonchelo). Foto: Jeff Dias & Breno Rotatori.

La pianista portuguesa, alérgica a la soledad de los recitales, emprende el domingo una gira por San Sebastián, Madrid, Vich y Alicante acompañada del violonchelista brasileño y amigo Antonio Meneses.

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  • Siempre es acontecimiento la visita a nuestro país de la pianista portuguesa Maria João Pires (Lisboa, 1944). En sus últimos años de carrera no actúa en solitario, sino que suele estar acompañada de algún otro instrumentista. "No me gusta estar sola, ni la palabra soledad, ni nada que se le parezca. Va contra natura querer hacer las cosas al margen de la gente. Desgraciadamente, mi carrera me ha obligado a pasar mucho tiempo sola, y es algo que detesto y evito, porque me hace daño", contaba en su última entrevista para El Cultural. En esta oportunidad Pires, que ya se ha presentado por estos lares con los violinistas Augustin Dumay -su antigua pareja- y Pinchas Zukerman, viene acompañada del violonchelista brasileño Antonio Meneses, solista algo irregular, pero de contrastada calidad y temperamento desbordante.

    Es una pareja que está dando muy buenos frutos interpretativos; aunque hemos de reconocer que nos apetecería más escuchar sola a la lisboeta, próxima ya a la setentena, pero provista todavía de una primorosa digitación, de un sonido muelle y terso y un fraseo de un lirismo excepcional. Pires hace música de la manera más natural, con esa calidad que viene de muy adentro y que a estas alturas de carrera continúa surgiendo y manando de forma muy fluida. No hay duda de que, a su modo, es una virtuosa; no del tipo de los que abarcan multitud de teclas con un golpe de mano -la suya es diminuta, proporcionada a su estatura- o de los que ensayan escalas vertiginosas o de los que, de natura, poseen el don de atacar los pasajes más intrincados sin fallar ni una nota. Su pianismo nace de la exactitud y firmeza del ataque, de la variedad del toque, de la riqueza del pedal, trabajado con una habilidad y una clase que pertenecen sólo a los más grandes. Tiene un secreto, una impronta que la faculta para acceder a los mundos más íntimos y más recónditamente poéticos de la literatura pianística.

    Estas cualidades no cabe duda de que podrán ser degustadas una vez más en esta nueva singladura por España. Su unión con Meneses ha producido ya frutos muy maduros. La etérea musicalidad de la pianista engarza bien con el fraseo intenso del violonchelista, nacido en Recife en 1957 y protagonista de una carrera como solista verdaderamente sensacional, junto a los mejores directores y orquestas. En Madrid recordamos una vívida y fantasiosa interpretación del Concierto de Dvorák. Ambos artistas van a actuar en el Kursaal de San Sebastián (9 de diciembre), Auditorio Nacional de Madrid (10), L'Atlantida de Vich (15) y Teatro Principal de Alicante (17).

    El programa es común a las cuatro plazas y tiene mucha substancia: Sonata ‘Arpeggione' de Schubert, Canciones sin palabras op. 19 de Mendelssohn y la Sonata n° 1 op. 38 de Brahms. Sola, Pires recreará los Tres Intermezzi op. 117 de este último compositor, obras que en sus dedos siempre han encontrado el toque poético que demandan. Por su cuenta, la pianista interviene en el Teatro Colón de La Coruña tocando, con la Sinfónica de Galicia dirigida por Víctor Pablo Pérez, el bellísimo Concierto n° 9 K 271 ‘Jeunehomme' de Mozart. El 8 de mayo volverá a Madrid, para Juventudes, con el Concierto n° 2 de Chopin junto a la Orquesta de Cámara de Basilea a las órdenes de Trevor Pinnock.

    De pianos y chelos

    Varios pianistas y violonchelistas se dan cita por estos pagos y cortejan al dúo Pires-Meneses. Los primeros, todos el día 13, son: el veterano Joaquín Achúcarro, artista de muchos vuelos y saberes, que toca en el Auditorio de Zaragoza un programa Chopin; el canario Iván Martín, músico sensible y cuidadoso del estilo, que acomete en el Maestranza de Sevilla, junto a Edmón Colomer y la Filarmónica de Málaga, la Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninov, y, en ámbito bien diferente, el italiano Roberto Prosseda, que interviene en el Ciclo Scarlatti del Instituto Italiano de Cultura de Madrid (12). Los chelistas son la argentina Sol Gabetta, que interpreta con la Orquesta de la RTVE de Carlos Kalmar (13 y 14) el espinoso Concierto n° 1 de Shostakóvich, y el andorrano Lluís Claret, que actúa en el ciclo Bach Modern del CNDM (4 y 19), donde abordará las seis Suites de Bach junto a obras de estreno de compositores actuales.