Michael J. Fox en una gala benéfica de lucha contra el Parkinson, noviembre 2025 / Diseño: Rubén Vique.

Michael J. Fox en una gala benéfica de lucha contra el Parkinson, noviembre 2025 / Diseño: Rubén Vique.

Cine

De 'Regreso al futuro' al párkinson: Michael J. Fox, el viajero del tiempo que aprendió a vivir el presente

El actor revisita en sus nuevas memorias el frenético rodaje de la película en su 40º aniversario y relata, en paralelo, su larga batalla contra la enfermedad.

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Han pasado cuarenta años desde que Michael J. Fox (Canadá, 1961) se subió al DeLorean por primera vez.

Era 1985, y el actor canadiense, por entonces una de las estrellas más queridas de la televisión estadounidense, daba el salto definitivo al cine con Regreso al futuro (Robert Zemeckis, 1985), película que ha marcado la cultura popular de varias generaciones y que ha celebrado este año su 40º aniversario.

El filme de Zemeckis, comfort movie por excelencia y taquillazo de los 80, le regaló uno de esos personajes que marcan carreras: Marty McFly, un adolescente que se ve arrastrado en una vorágine de viajes en el tiempo que cambia su vida y la de su familia.

Fox, inmerso entonces en las grabaciones de la exitosa comedia Enredos de familia (1981) estuvo a punto de no coger el papel por incompatibilidad de horarios, pero acabó aceptándolo. Sus jornadas se dividieron entonces en comedia en horario diurno y ciencia ficción de noche, encadenando rodaje tras rodaje durante meses.

Así lo cuenta en sus nuevas memorias Future Boy: Regreso al futuro y mi viaje a través del espacio y tiempo continuo (2025), que publicará la editorial Cúpula en España el próximo mes de enero.

Portada de las memorias de Michael J. Fox, 'Future boy'.

Portada de las memorias de Michael J. Fox, 'Future boy'.

Cada noche, el actor cruzaba a toda prisa los platós de Paramount para llegar a los estudios de Universal. De un lado le esperaba la familia Keaton, del otro, las calles de Hill Valley recreadas al milímetro. No era más que unos pocos minutos a pie, pero para Fox se convirtió en su propio "continuo espacio‑tiempo" de un universo a otro.

Caminaba repasando textos, con el guion en la mano o memorizando correcciones de última hora, tratando de arrancarle al sueño unos segundos antes de que el siguiente asistente de producción le reclamara para un cambio de ropa.

Despojarse del traje del joven yuppie conservador y enfundarse la cazadora vaquera del adolescente que desafiaba las leyes de la física.

Pasar de los diálogos rápidos de la comedia familiar a las secuencias de acción y persecuciones de una superproducción de Hollywood. Lo que para cualquiera habría sido una locura de agenda, para él se convirtió en una especie de rito diario.

En Future Boy, Fox repasa la intrahistoria de esa etapa en la que dio vida a dos personajes históricos al mismo tiempo, y describe también el choque entre los rodajes casi industriales de la televisión y el de una película como Regreso al futuro, producida por el gigante Steven Spielberg, donde cada plano se repetía hasta la saciedad.

Todo esto fue posible gracias al tremendo esfuerzo físico de Fox, quien cuenta en el libro que aprendió a transformar ese cansancio del "doble turno" en combustible. El agotamiento le daba a McFly cierta torpeza encantadora y al protagonista de Enredos de familia, una rigidez que hacía más creíble a su personaje.

El intérprete canadiense aguantó estoico este ritmo frenético de rodaje, "sin aires de estrella", según los testimonios de compañeros del rodaje recogidos en el libro, y asumiendo el cansancio como parte del privilegio de estar allí.

Michael J. Fox en 'Enredos de familia'.

Michael J. Fox en 'Enredos de familia'.

Fox, que lleva conviviendo con el párkinson más de 30 años, ya había hecho balance de su batalla contra la enfermedad en anteriores memorias: Un hombre afortunado (2002), Siempre mirando hacia arriba: Las aventuras de un optimista incurable (2009) y No hay mejor momento que el futuro: O cómo afronta la muerte un optimista (2022).

Sin embargo, en este nuevo tomo, habla de su enfermedad a través del "viaje en el tiempo" de Marty McFly. Tiene sentido, teniendo en cuenta que fue diagnosticado de párkinson durante el estreno de la tercera parte de la saga.

Tenía solo 29 años y estaba de promoción de la película en Florida. Notó un temblor extraño en el dedo meñique de su mano izquierda. Al principio, lo achacó a una resaca, pero pronto le diagnosticaron un trastorno neurodegenerativo para el que sigue sin haber cura.

En su momento, los especialistas le dieron, como máximo, 10 años de carrera. Las estimaciones de la progresión de la enfermedad de Parkinson (EP) no suelen ser muy optimistas y, a los problemas motores, acompañan otros menos conocidos como los de memoria, algo vital para un actor.

Sin embargo, Fox venció a todos los malos pronósticos, gracias a la manifestación temprana de este trastorno neurodegenerativo, y ha continuado saliendo en series como Boston Legal, Scrubs o The Good Wife, hasta que en 2020 anunció su retirada definitiva.

A sus 63 años, y tras décadas de carrera y de enfermedad, Fox mira hacia atrás en Future Boy sin nostalgia, reconociendo el vértigo de aquel chico que corría de un plató a otro y el precio físico que pagó por ello, pero también rememorando la adrenalina y la gratitud por haber tenido esa oportunidad.