Pruebas visuales para 'Somos los Mejores' con 'La jetée' de Chris Marker. Foto: Luis (Soto) Muñoz

Pruebas visuales para 'Somos los Mejores' con 'La jetée' de Chris Marker. Foto: Luis (Soto) Muñoz

Cine

'Machinima': el arte de hacer cine dentro de un videojuego, un horizonte fílmico inexplorado

La semilla que plantaron los 'gameplays' de Youtube a finales de los 90 se postula como una de las corrientes más atractivas para los cineastas independientes.

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Antes celuloide y luz natural, ahora sensor y focos, después, quizás, algoritmos y vectores lumínicos. El cine nace con la aspiración primigenia de documentar el movimiento del mundo; el videojuego, en cambio, con el objetivo de entretener. Más allá de los refritos comerciales de juegos como Una película de Minecraft o Super Mario Bros: La Película, hacer cine dentro de un videojuego ya es una realidad y una de las fronteras fílmicas más interesantes para los cineastas independientes y no tan independientes.

Cuando ambos artes nacieron, el séptimo y el octavo, nadie hubiese dicho que sería posible una alianza simbiótica entre los medios. El mecanismo es simple. Una consola, una grabadora de pantalla, un actor que interprete desde un avatar virtual y una mente creativa. ¿No les recuerda a algo? Los gameplays de Youtube, que acumulan miles de millones de visitas, tienen una sustancia parecida y son precursores de este tipo de cine. Probablemente la diferencia principal sean las aspiraciones narrativas y destrezas plásticas de los directores.

Uno de los ejemplos más populares de los últimos años ha sido Grand Theft Hamlet, un filme documental británico en el que dos actores precarios deciden interpretar Hamlet dentro del Grand Theft Auto Online. El resultado, disponible en MUBI, es una comedia divertida y vanguardista que conecta con Shakespeare y que se ganó el favor de varios festivales internacionales de cine independiente.

En España, uno de los pocos que está al frente de esta nueva tendencia cinematográfica es Luis (Soto) Muñoz (Baena, Córdoba, 2000). Un director independiente que no para de rodar, a su corta edad ya ha hecho tres largometrajes (El cuento del limonero, Los restos del pasar y Sueños y Pan) y cuenta con muchos más proyectos en la recámara. Uno de ellos es Somos los Mejores, un filme que se desarrolla, en parte, dentro del videojuego de Minecraft.

"Estoy haciendo una película híbrida que mira al concepto de 'machinima' —un término procedente del inglés y que combina las palabras machine y cinema—, este género que nace en internet y pretende crear ficciones a partir de los propios motores de los videojuegos" revela Soto.

Pero aunque pueda parecerlo, el concepto del machinima no es ninguna novedad, lleva existiendo desde principios de los 90. "Esto viene de unos colegas que grababan gameplays en Youtube con el juego de Quake, y un día, puntualmente, decicieron hacer una ficción que se llamaba Diary of a Camper", cuenta el cineasta cordobés. Un cortometraje primitivo y espontáneo que, aun así, abrió la veda a esta nueva forma de contar historias.

Está claro que hacer cine a partir de videojuegos aún es un terreno inexplorado. Según cuenta Soto este tipo de tendencias se agrandan y se estabilizan a partir de las pequeñas conquistas en el ámbito industrial que van consiguiendo las diferentes ficciones.

"La gracia del machinima es que te permite hacer películas sin presupuesto alguno. Esa naturaleza de resistencia, de cine disidente que te ofrece el cine dentro de los videojuegos es lo más potente"

Hasta la fecha uno de los mayores hitos de este género ha sido Red vs Blue. Una comedia con más de 17 temporadas que se desarrolla en las guerras interestelares de Halo. El logro de esta serie fue sortear los obstáculos de los derechos de autor al llegar a un acuerdo de distribución con la empresa creadora del juego, de esta manera Red vs Blue pudo tener una mínima explotación comercial, algo insólito dentro del machinima.

Todo esto puede sonar como un conjunto de obras aisladas y hazañas sin importancia. Pero la realidad es muy distinta. Sin entrar en subjetividades, los juegos han venido para quedarse y en los próximos años su relación con la gran pantalla se fortalecerá más allá del modo cine.

La relevancia del octavo arte ha conseguido que la memoria de una generación sea la de esas vidas paralelas que uno vive en el videojuego. Esos mundos digitales están plagados de nuestras huellas. Antes eran negativos, CDs o cintas caseras las que inmortalizaban a las personas de nuestro entorno, pero ¿y si ahora también lo son las decisiones que tomamos en los píxeles de otros personajes? Este es uno de lo temas que trata Somos los Mejores.

El largometraje de Soto se centra en Isabel, una mujer de 50 años, que sufre la desaparición de uno de sus dos hijos. Diez años más tarde, tras una conversación con el que permanece a su lado, Isabel descubre que ambos se dedicaron a edificar un mundo en Minecraft donde recreaban, entre otras cosas, su casa. "El archivo que la madre visita para reconstruir la memoria de su hijo son las partidas grabadas por él y los mundos de su propio juego" apunta el director.

'El jardín de las delicias' hecho en 'Minecraft'. Foto: Luis (Soto) Muñoz.

'El jardín de las delicias' hecho en 'Minecraft'. Foto: Luis (Soto) Muñoz.

La mirada del cineasta de Sueños y Pan siempre se ha proyectado desde el ámbito independiente, es por ello que el director ve en este tipo de filmes una gran oportunidad. "La gracia del género es que te permite hacer películas sin presupuesto alguno. Esa naturaleza de resistencia, de cine disidente que te ofrece el cine dentro de los videojuegos es lo más potente" sostiene Soto.