Rodrigo Prieto en la alfombra roja de los Premios PLATINO del Cine y el Audiovisual Iberoamericano el 27 de abril de 2025, en Madrid (España). Foto: Francisco Guerra / Europa Press

Rodrigo Prieto en la alfombra roja de los Premios PLATINO del Cine y el Audiovisual Iberoamericano el 27 de abril de 2025, en Madrid (España). Foto: Francisco Guerra / Europa Press

Cine

Rodrigo Prieto, la mirada detrás de 'El lobo de Wall Street' y 'Barbie': "Cada película tiene su alma"

Ha sido director de fotografía de Martin Scorsese y Greta Gerwig, entre otros. Ahora llega a España como invitado para la semana de cine mexicano que celebra la Fundación Casa México.

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Rodrigo Prieto (Ciudad de México, 1965) apenas lleva unas horas en suelo español cuando recibe a El Cultural en la sede de la Fundación Casa de México. Dice estar cómodo con la acogida que se le ha hecho como invitado al ciclo de cine mexicano que organiza la institución (del 11 al 20 de julio), pero se queja del calor tórrido del julio madrileño. "Ciudad de México está entre montañas, así que se está mejor en esta época del año", comenta, como el que ya echa de menos el lugar que acaba de dejar atrás.

La mayoría de su carrera profesional, sin embargo, no la ha desarrollado en la capital mexicana, sino en Los Ángeles. Nominado hasta en cuatro ocasiones al Oscar en la categoría de Mejor fotografía —Brokeback Mountain (2005), Silencio (2017), El irlandés (2020) y Los asesinos de la luna (2023)—, es el hombre tras las imágenes de  películas firmadas por tótems de la dirección como Martin Scorsese, Alejandro González Iñárritu, Ang Lee o, barriendo para casa, Pedro Almodóvar

No obstante, en su último trabajo, Pedro Páramo (2024), es él el que ha tomado los mandos de la dirección, delegando la labor de fotografía en su compañero Nico Aguilar. Como ya ocurrió con el traslado a la pantalla de otras capitales del realismo mágico como el Macondo de Cien años de soledad, algunas voces le advirtieron a Prieto que la Comala de Juan Rulfo era inadaptable. Él, con la amplísima experiencia que le avala a la hora de crear mundos a través de imágenes, espera haber demostrado con la suficiente solvencia que se equivocaban. 

P. ¿Qué inquietudes profesionales distinguen a Rodrigo Prieto de otros directores de fotografía?

R. No sé si me distingue o no, pero me interesa la exploración constante. Cada película para mí es una nueva oportunidad de aprender en todos los ámbitos de la fotografía: técnicas, ideas, formas de iluminar, cámaras, lentes, nuevos tipos de aparatos y herramientas... También en lo narrativo: ¿Cómo puedo contar esta historia visualmente? Siento que con cada director que trabajo hay un crecimiento espiritual, por así decirlo, porque conozco otras perspectivas a fondo. Trato un poco de desaparecer y reconvertirme en cada proyecto

Pregunta. Amores perros, Brokeback Mountain, El lobo de Wall Street... Su currículum es extensísimo. ¿Qué película considera que fue su despegue profesional?

Respuesta. Yo diría que Sobrenatural (1995), de Daniel Gruener. Fue la primera película en la que trabajé que salió a festivales y empezó a llamar la atención. De hecho, a través de ella conseguí agente en Hollywood. Fue también con la que logré mi primer Ariel (premios de la Academia de Cine Mexicana). 

»Pero donde realmente explotó la cosa fue con Amores perros (González Iñárritu, 2000), la novena película en la que participé. Fue un parteaguas para muchos de nosotros. Yo no me lo imaginaba, la verdad. Sabía del talento de Alejandro (González Iñárritu) y ya lo admiraba mucho. Fue su primera película, pero yo ya había trabajado en varias y sabía que iba a estar muy bien. Pero era un tema sórdido, difícil, por lo que no pensé que fuera a ser un éxito, sino que le iba a ir bien en algunos festivales y ya está. Y de pronto: pum. Fue un golazo.

P. Precisamente Iñárritu es uno de los cineastas con los que más ha trabajado. ¿Cómo empezó su relación con él?

R. Primero conocí su voz en la radio. Era locutor de una estación mexicana muy popular. Me llamaba mucho la atención no sólo su voz, sino también los promocionales que hacían él y Martín Hernández, quien fue más tarde diseñador de sonido de Amores perros. Era muy divertido todo lo que hacían. Eventualmente me llamaron de su compañía de publicidad y empecé a filmar comerciales con él. Me gustó muchísimo su manera de trabajar. Era muy libre, él mismo escribía las ideas para los proyectos, ya que era tanto el director como el propietario de la agencia. No había filtro. Hicimos cosas raras y experimentales.

»Poco a poco noté que empezaba a hacer pequeños dramas en los anuncios que dirigía. Sospeché que estaba ensayando para dirigir cine. Me acerqué y le dije que si dirigía una película, me gustaría fotografiarla. Y entonces él me dijo que sí, que estaba desarrollando un guión con Guillermo Arriaga. Unos días después me dio el guión y empezó el proceso de Amores perros.

"Yo veía muy claramente que González Iñárritu iba a ser un director extraordinario"

P. ¿Era una apuesta segura para usted?

R. Sí, sin duda. Yo veía muy claramente que iba a ser un director extraordinario. De hecho yo ya tenía la idea de irme de México. Me quería marchar a Los Ángeles y explorar la posibilidad de ganarme la vida con el cine. Pero entonces, cuando me da este guión decido aplazarlo todo. Me acuerdo que hablé con mi agente para comunicarle el cambio de planes. Le dije: "Ya verás, vas a escuchar de esta persona a partir de ahora. Será un director muy especial". Y dicho y hecho.

P. Después de Amores perros no ha parado de encadenar trabajos con auténticos pesos pesados del mundo de cine. ¿Considera alguna de estas producciones como una piedra angular de su trayectoria de la que se sienta especialmente orgulloso?

R. "Híjole", son tantas. Cada una es un momento especial de mi vida y de mi expresión artística. Definitivamente Amores perros es una de ellas. Pero Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) también fue una película muy importante para mí. Y luego está Scorsese. Todo lo que he hecho con él ha sido una experiencia abrumadora. Pero incluso Barbie (Greta Gerwig, 2023). Cada película tiene su alma.

P. El de Barbie es un título que llama mucho la atención en su biografía profesional. ¿Cómo supo que iba a ser lo que finalmente fue, y no una película infantil sobre un juguete?

R. Si alguien me hubiera ofrecido participar en una película de Barbie sin decirme ninguna otra cosa, lo habría rechazado. Pero cuando me entero de que Greta Gerwig la va a dirigir y que Noah Baumbach está escribiendo el guión con ella, la cosa cambia. Luego, en cuanto hablé con Greta... Si usted hablara con Greta, diría: "Tengo que trabajar con ella". Es un talento que tienen los buenos directores. Por eso son buenos contadores de historias. Cuando un buen director te cuenta lo que va a hacer, te envuelve. Además sentía desde esa primera conversación que había mucho espacio de exploración y de juego y de búsqueda, y eso me entusiasmó.

P. ¿Y qué hay de Scorsese? ¿Cómo es trabajar con una leyenda viva como él?

R. Afortunadamente no tuve mucho tiempo para ponerme nervioso cuando lo conocí porque fue de un día para otro. Me llamó mi agente y me dijo que Scorsese me quería conocer. Lo único que me acuerdo es llegar a su casa y sentarme en su sala a esperarlo junto al robot de La invención de Hugo, que estaba ahí sentadito también. Era tan extraño que pensé que si no conseguía el trabajo con eso sería suficiente. ¡Tener la oportunidad de conocer a Scorsese y sentarme en su sofá! Pero la verdad es que fue un tipo encantador desde el primer momento. Cuando estaba de camino al aeropuerto su productora me llamó y me dieron el puesto. Sí, ha sido un viaje hermoso trabajar con él.

P. También ha colaborado con Taylor Swift en varios de sus videoclips. Vaya cambio de plano...

R. El primer videoclip que hice con ella es el de su tema The Man, en el que ella hace de un hombre parecido al personaje de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio) de El lobo de Wall Street. Es un trabajo de maquillaje formidable. Creo que me llamaron porque fui el director de fotografía de esa película. Entonces este como era un referente para el videoclip.Me interesó mucho trabajar con ella para ampliar mi paleta creativa.

"Cuando un buen director te cuenta lo que va a hacer, te envuelve"

»Fue fácil trabajar con Swift, da absoluta libertad. Cuando la conocí me di cuenta de que su creatividad no solo estaba en la música, sino que realmente tiene muy buenas ideas y energía. Un poco como Gerwig, con un entusiasmo por crear que es muy contagioso. Cuando le dices una idea que le gusta, casi grita de la emoción. Es muy satisfactorio.

P. Recientemente se estrenó la adaptación al cine de Pedro Páramo, que dirigió usted mismo. ¿Qué lo llevó, después de una carrera tan larga como director de fotografía, a tomar las riendas de la dirección?

R. Es algo que siempre me ha gustado porque me gusta la actuación. En mi carrera me decidí por la fotografía porque sentí que de esa manera tendría más libertad para jugar. Pero la inquietud por dirigir y contar historias seguía estando ahí. Lo de Pedro Páramo no fue algo que yo busqué, aunque me guste mucho la novela. Simplemente surgió la oportunidad y me tiré a la piscina, a pesar de que muchos se echaron las manos a la cabeza y me preguntaron que cómo me atrevía a encargarme de una adaptación maldita como esa. Ya hubo otros intentos y salieron mal. Pero esta creo que sí que ha gustado. Estoy muy contento con el resultado.