
Fotograma del documental 'La guerra de Vietnam' de Movistar Plus+.
50 años del fin de la Guerra de Vietnam, el conflicto que desató el fuego de toda una generación
La serie documental de Ken Burns, recién estrenada en Movistar +, analiza el conflicto a través de testimonios de veteranos estadounidenses y vietnamitas.
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Cincuenta años después, la Guerra de Vietnam sigue siendo objeto de estudio, reflexión y debate. Una guerra que no contó con vencedores claros, pero sí con numerosas víctimas. En Vietnam, la reconstrucción fue lenta y dolorosa y en Estados Unidos se convirtió en el espejo de un momento donde la confianza en el poder militar y político se resquebrajaría para siempre.
Pero más allá de las cifras y las batallas, el enfrentamiento de Vietnam (1955–1975) se postula como un feroz recordatorio de los límites del poder y de las terribles consecuencias humanas de las decisiones políticas. Un conflicto que todavía permanece muy vivo en la memoria colectiva debido a su tremendo impacto humano y contracultural y que acabaría dejando una profunda huella en la política internacional, en la sociedad estadounidense y, por supuesto, en el pueblo vietnamita.
La serie documental La guerra de Vietnam del documentalista Ken Burns, recién estrenada en Movistar +, analiza en profundidad todo el conflicto a lo largo de sus 10 episodios (con una duración total de más de 16 horas) presentando una crónica épica sobre la guerra de Vietnam en un tono cuidadosamente imparcial y a través de numerosos testimonios de veteranos estadounidenses y vietnamitas, así como multitud de documentación visual inédita que hacen de esta producción la serie definitiva sobre este conflicto.
País dividido, mundo enfrentado
Durante dos décadas, una pequeña nación del sudeste asiático se convertiría en el epicentro mundial de una de las guerras más controversiales del siglo XX.
Tras la retirada de Francia, antigua potencia colonial en Indochina, los Acuerdos de Ginebra de 1954 establecieron la división provisional de Vietnam en dos: el norte comunista, liderado por Ho Chi Minh, y el sur, con un gobierno anticomunista respaldado por Estados Unidos.
La idea era organizar elecciones libres para reunificar el país, pero finalmente estas nunca se celebraron. En su lugar, comenzó una lucha violenta entre ambos bandos.

Fotograma del documental 'La guerra de Vietnam' de Movistar Plus+.
El Norte, apoyado por la Unión Soviética y China, impulsó una ofensiva militar a través del Viet Cong, una guerrilla comunista que operaba en el Sur mientras Estados Unidos, temiendo el “efecto dominó” del comunismo en Asia, intensificó su apoyo militar y económico al gobierno de Vietnam del Sur.
Lo que comenzó como una intervención limitada promulgada por el carismático John F. Kennedy, se convertiría rápidamente en una guerra a gran escala enfrentando a dos gobiernos opuestos en una lucha por el control del país convirtiéndola en un fuerte pulso ideológica entre el comunismo y el capitalismo durante la Guerra Fría.
De tal manera que en 1964, tras el controvertido incidente del Golfo de Tonkín, el Congreso de EE. UU. autorizó al presidente Lyndon B. Johnson a ampliar la intervención militar. Para 1969, más de 500,000 soldados estadounidenses estaban en territorio vietnamita.
A pesar de contar con modernos portaaviones, cazas, bombarderos, helicópteros y misiles frente a las más precarias fuerzas del ejército norvietnamita y el Vietcong, la guerra se tornó cada vez más difícil.
El terreno selvático y las constantes emboscadas, así como la fuerte resistencia del pueblo vietnamita hicieron que la victoria finalmente se fuera escapando de las manos norteamericanas. Mientras tanto, la primera 'guerra televisada' mostraba, por primera vez y a tiempo real, las atrocidades del conflicto: aldeas arrasadas, civiles muertos y soldados traumatizados provocando una profunda división social.
Años mas tarde y fuertemente presionado por la opinión pública, el presidente Richard Nixon acabó impulsando una retirada progresiva de tropas mediante la política de “vietnamización”, entregando progresivamente el control del conflicto al ejército de Vietnam del Sur.

Fotograma del documental 'La guerra de Vietnam' de Movistar Plus+.
Finalmente, en 1973, se firmaron los Acuerdos de Paz de París y EE. UU abandonó el conflicto. Pero la paz fue efímera ya que en 1975, el ejército de Vietnam del Norte lanzó una ofensiva final que culminó con la caída de Saigón el 30 de abril.
Vietnam quedó reunificado bajo un gobierno comunista, dando fin a una de las guerras más sangrientas del siglo XX, con más de 3 millones de vietnamitas (entre civiles y combatientes) y más de 58,000 soldados estadounidenses caídos en batalla, que redefinió el papel de Estados Unidos en el mundo y dejando cicatrices imborrables.
Haz el amor y no la guerra
Durante los turbulentos años 60 y 70, mientras los soldados estadounidenses combatían en las selvas de Vietnam, una revolución diferente se libraba en casa. En universidades, parques, conciertos y calles, cientos de miles de jóvenes levantaban la voz contra la guerra.
Fue el nacimiento de la contracultura, un fenómeno histórico de gran relevancia que nació del rechazo a las estructuras tradicionales de autoridad y del creciente malestar con la participación en Vietnam cambiando la historia política y cultural de Estados Unidos.
A medida que aumentaban las bajas y las imágenes del conflicto eran transmitidas por televisión en todo el país, se desató un sentimiento de rechazo sin precedentes. Pero la resistencia no solo fue política; también fue cultural.

Fotograma del documental 'La guerra de Vietnam' de Movistar Plus+.
El movimiento hippie, más allá de su estética colorida y su música psicodélica, con motivo de su filosofía de paz, amor libre y rechazo al sistema, se convirtió rápidamente en la imagen de una generación cansada de la violencia y el conformismo, transformando profundamente la cultura estadounidense y global.
La música fue su arma más poderosa, artistas como Bob Dylan, Jimi Hendrix, The Rolling Stones, Joan Baez o The Doors firmaban la enérgica banda sonora al sentimiento rebelde de toda una generación y canciones como Fortunate Son de Creedence Clearwater Revival o Give Peace a Chance de John Lennon se convirtieron automáticamente en himnos de la resistencia.
Mientras tanto Woodstock, el festival de música que reunió a más de medio millón de personas en 1969, simbolizó definitivamente la unión de toda una generación que luchaba por un mundo más justo, menos violento y más inclusivo sembrando las bases de luchas actuales como el feminismo, los derechos civiles, el ecologismo y la libertad individual.
El síndrome Vietnam
Tras el final del conflicto muchos directores decidieron llevar a la gran pantalla sus historias sobre esta contienda y un puñado de filmes comenzaban a revisar los efectos nocivos y las tremendas consecuencias psicológicas de los ex combatientes que regresaron a casa después de luchar por su país en medio de una gran confusión.
Películas como Taxi Driver (1976), El ex-preso de Corea (1977), El Cazador (1978) o El Regreso (1978) reflejaron de diferentes maneras este trauma colectivo, mientras que la totémica Apocalypse Now (1979) de Francis Ford Coppola —en su particular batalla fílmica proponía directamente una magistral experiencia inmersiva que revelaba con sorprendente autenticidad toda aquella locura bélica y dejando para la historia cinematográfica una frase de su director: "Mi película no trata sobre Vietnam, es directamente Vietnam".
La década de los 80 dejaría tras de sí una ingente cantidad de películas que trataban el conflicto y sus terribles consecuencias de diferentes formas. Desde la versión más exploitation de los filmes protagonizados por Chuck Norris y Sylvester Stallone hasta el tríptico de Oliver Stone conformado por Platoon (1986), Nacido el 4 de Julio (1989) y El cielo y la tierra (1993).
Sin desdeñar, claro, la excelente Good Morning, Vietnam (1987) protagonizada por un Robin Williams que por medio de su papel de locutor acelerado y desencantado de las Fuerzas Aéreas estadounidenses en Saigón daría su definitivo salto al estrellato.
Y por supuesto, la siempre personal visión de Stanley Kubrick que también quiso contribuir a este fenómeno bélico tan popular filmando ese mismo año su penúltimo filme La Chaqueta Metálica (1987).