Natalie Portman, Julianne Moore y Todd Haynes durante el rodaje de 'Secretos de un escándalo'

Natalie Portman, Julianne Moore y Todd Haynes durante el rodaje de 'Secretos de un escándalo'

Cine

Todd Haynes estrena 'Secretos de un escándalo': “El público disfruta cuando se ve desestabilizado”

El director de 'Lejos del cielo' y 'Carol' junta a Julianne Moore y Natalie Portman para indagar en la ambigua historia de amor de una mujer treintañera. Entre este juego de espejos de 'Secretos de un escándalo', la mirada de Bergman y Godard.

23 febrero, 2024 01:31

Considerado de manera unánime el gran heredero de Douglas Sirk, el rey del melodrama en Technicolor, Todd Haynes (Los Angeles, 1961) formó parte junto a Gus Van Sant, Gregg Araki o Bruce LaBruce del New Queer Cinema que surge en los 90 como un revulsivo contra Hollywood, ya que consideraban que sus películas “edulcoraban” la homosexualidad.

Su primer largometraje, Poison (1991), estaba basado en la obra de Jean Genet. La fama le llegaría con títulos como Velvet Goldmine (1998), sobre la época glam o grandes dramas como Lejos del cielo (2002) o Carol (2015), con Cate Blanchett.

Pregunta. ¿Diría que Secretos de un escándalo es una película que busca incomodar al espectador?

Respuesta. No estoy seguro de que sea incómoda. Lo que sí creo es que hay un sentimiento de extrañeza que está en muchas de mis películas. Es muy evidente en títulos míos muy diferentes como I’m Not There (2007), que tiene una estructura extraña como Velvet Goldmine o la artificialidad de Lejos del cielo. Mi primera película (Poison) es inquietante. En este caso, realmente me gustó el guion y pensé que podíamos hacer algo muy interesante. Lo complicado era encontrar el tono visual y un lenguaje que invite al público a un sentimiento de incertidumbre.

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P. Hay varios momentos en los que problemas pequeños los presenta musical y visualmente como si fueran tragedias. ¿Quería reflejar la dimensión de thriller de la vida cotidiana?

R. La familia del filme se ha atrincherado para tratar de tener una vida normal. Para ello, han puesto un muro frente al resto del mundo. La película empieza veinte años después, cuando el matrimonio trata solo de hacer una vida normal. Cuando aparece esa extraña (Portman), y comienza a indagar en el pasado para saber qué ha sucedido, hace que se cree una situación en la que incluso las cosas más pequeñas adquieren un sentido de peligro y de amenaza. Escogí maneras bastante agresivas, como la música, para poner al espectador en un estado de receptividad a estos pequeños detalles.

P. Hay un momento en el que estas dos mujeres están frente a un espejo en el que hay un homenaje muy explícito a Persona de Bergman. ¿Fue una influencia?

R. Por supuesto. Fue la primera película en la que pensé cuando me llegó el guion. Vemos también la fusión de dos personajes femeninos, una de ellas actriz. Observamos cómo a medida que comienzan a compenetrarse de una manera más profunda surge un peligro que emana de una ruptura. Entre ellas hay una dinámica de atracción y repulsión. La película está construida alrededor de los espejos. Preferí hacerlo con la austeridad y simplicidad que he visto en las películas de Bergman o Godard. Me parece que así es más hermoso y emocionante, también un poco distante. Al final, el público no se da cuenta de que hay planos secuencia que duran siete minutos. Los actores miran a la lente de la cámara como si fuera su propio reflejo. Funciona de una manera diegética.

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P. ¿Cuál es su opinión moral sobre esa profesora que se lía con un adolescente de 13 años?

R. Veo todas las sombras de la historia. Lo que quiero es que el espectador se interrogue a sí mismo mientras ve la película. Vivimos en un mundo en el que la gente parece estar segura de lo que ve, de su identidad, y lo que piensa sobre las minorías, sobre las mujeres… todo es blanco y negro. Esta película pone todo eso en cuestión y es el motivo por el cual me gustó el guion. Mi experiencia es que el público disfruta cuando se ve desestabilizado. Es algo que me gustaba mucho que me pasara también en los años 60 y 70. Es lo que hacían las películas en esa época y que, por lo general, se ha dejado de hacer. Ahora todo tiene que estar muy claro.

P. El personaje del marido, Joe (Charles Melton) se refiere varias veces a que no sabe si fue manipulado por una mujer mucho mayor o realmente la amaba. ¿Lo ve como una víctima?

R. Vemos una familia que se ha quedado paralizada, en la que nada cambia, y quizá solo al final el personaje de Joe es capaz de hacer que las cosas se muevan. Este es un caso extremo, pero creo que el fondo de la historia trata sobre cómo casi todos nosotros estamos poco dispuestos a mirarnos a nosotros mismos y evaluar si las decisiones que hemos tomado nos han hecho felices. Cuando te comprometes con una familia no piensas si es lo que quieres. La aparición del personaje de Portman les obliga a plantearse eso. Pero no quería que parecieran unos excéntricos. Todos hacemos lo mismo todos los días para poder sobrevivir.