La actriz Raquel Welch en ‘Hace un millón de años’, de 1966.

La actriz Raquel Welch en ‘Hace un millón de años’, de 1966.

Cine

Muere la actriz Raquel Welch a los 82 años: adiós a 'El Cuerpo', gran icono sexual de los 70

La intérprete protagonizó películas como 'Hace un millón de años', donde apareció con un bikini de pieles que la convirtió en mito erótico de Hollywood.

15 febrero, 2023 21:15

La actriz estadounidense Raquel Welch, recordada por películas como Hace un millón de años (1967) y por ser un icono sexual de las décadas de los sesenta y setenta, ha muerto este miércoles a los 82 años. La familia de la intérprete ha confirmado su fallecimiento al portal estadounidense TMZ, asegurando que la causa fue "una breve enfermedad" de la que no se han dado más detalles. Su belleza y potencial erótico fue aprovechado por la industria, que creó para ella uno de los apodos más machistas que se recuerdan en Hollywood: El Cuerpo.

Hija de un ingeniero boliviano que se mudó a Estados Unidos, Raquel Welch nació en Chicago en 1940 con el nombre de Jo-Raquel Tejada. A los 7 años empezó con clases de teatro —gran decepción de la infancia fue interpretar a un niño en su primera obra— y de ballet. Su camino en el mundo del entretenimiento comenzó de la mano de Elvis Presley con un pequeño papel de figurante en El trotamundos (1964) y más tarde obtendría trabajos con más peso en filmes como la aventura de ciencia ficción Viaje Fantástico (1966).

Tras soñar con debutar en la gran pantalla en una película de James Bond, el despegue definitivo de su carrera como actriz se produjo con la aventura prehistórica Hace un millón de años, remake del clásico de Hal Roach en el que un homínido es expulsado de su clan y debe vagar solo por su peligrosa (y fantasiosa) época. Fue el mayor éxito de taquilla de la compañía Hammer.

La actriz Raquel Welch, en una imagen de 2014.

La actriz Raquel Welch, en una imagen de 2014. Mario Anzuoni Reuters

La imagen de Welch, que daba vida a una mujer de las cavernas del Pleistoceno pero apenas participaba en un puñado de diálogos, y su icónico bikini afianzaron su estatus de sex-symbol en una cinta cuyo póster promocional pasó a la historia del cine. De hecho, la película se anunció con unas proclamas que hoy serían escandalosas: "¡Vea a Raquel Welch con el primer bikini de la humanidad!". Hollywood necesitaba un nuevo mito —Marilyn Monroe había muerto tres años antes— y ella rellenó ese vacío.

En una entrevista en 2017 con el diario Scottish Sunday Post, Welch reconoció que sus dos grandes éxitos de 1966 "marcaron una gran diferencia en mi carrera: de la noche a la mañana, me encontré en meollo. Antes de eso no era mucho más que una extra". También aseguró que no le importaba ser conocida por su bikini de pieles del filme de Don Chaffey. "A menudo me preguntan si me canso de hablar de ello. Pero la verdad es que no. Fue un acontecimiento importante en mi vida".

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En su autobiografía, publicada en 2010, lamentaría que todo lo que hizo posteriormente quedó eclipsado por ese papel. De hecho, fue más admirada por su físico que por su talento dramático. Cuando la revista Playboy enumeró en 1998 a las cien estrellas femeninas más sexies, Raquel Welch ocupó el tercer lugar de la lista, solo por detrás de Marilyn Monroe y de Jayne Mansfield.

Entre la filmografía de la actriz, que participó en una treintena de películas y en series de televisión —Seinfield, por ejemplo— en una carrera que se extendió durante cinco décadas, también destacan títulos como La mujer de cemento (1968), junto a Frank Sinatra, o los wéstern Hannie Caulder (1971), donde encarnó a una viuda que venga la muerte de su marido; Bandolero! (1968), con James Stewart y Dean Martin; y 100 Rifles (1969) con Burt Reynolds y Fernando Lamas. En esta última cinta, además, protagonizó la primera escena de sexo interracial en la historia de Hollywood con el jugador de fútbol americano Jim Brown.

Otras de sus películas más conocidas fueron Myra Breckinridge (1970, Michael Sarne), basada en la novela homónima de Gore Vidal y en la que interpretó a una glamurosa mujer transgénero; y El fin de Sheila (1973, Herbert Ross), un thriller escrito por Stephen Sondheim y Anthony Perkins en el que un productor de cine viudo organiza en un yate una fiesta a la que invita a seis personas para desenmascarar un asesinato. En Un Fausto moderno (1967, Stanley Donen), hizo de Lujuria, uno de los siete pecados capitales.

Raquel Welch, en una escena de 'Hace un millón de años'.

Raquel Welch, en una escena de 'Hace un millón de años'.

Welch ganó el Globo de Oro a la Mejor actriz de comedia o musical por su papel como la modista torpe de la reina francesa en la superproducción Los tres mosqueteros, adaptación del clásico de aventuras de Alejandro Dumas dirigida por Richard Lester y rodada parcialmente en España. Durante la grabación de Destino sin rumbo (1982, David S. Ward), la actriz fue despedida por insistir en peinarse y maquillarse en casa. La denuncia que presentó contra los estudios Metro-Goldwyn-Mayer por incumplimiento de contrato le reportó una compensación de 15 millones de dólares.

A pesar de que su carrera estuvo principalmente basada en su atractivo sexual, Welch se negó en repetidas ocasiones a aparecer desnuda en la gran pantalla. "Siempre odié sentirme tan expuesta y vulnerable", escribió en sus memorias. La actriz confesó que en Fiesta salvaje (1975), de James Ivory, fue presionada para grabar una escena de cama explícita. "He utilizado mi atractivo corporal y sexual en mi trabajo, pero siempre dentro de los límites", sentenció. "Reservo algunas cosas para mi vida privada, no están a la venta".

Su última película fue Instrucciones para ser un latin lover (2017), una comedia sobre un gigoló entrado en años. Welch dio vida al nuevo objetivo del protagonista: una abuela demasiado fascinante como par ser real. De hecho, la actriz reivindicó sus raíces latinas en esta última etapa de su carrera, protagonizando el melodrama mexicano American Family. Solo aprendió a halar español cumplidos los 60 años: su padre le había prohibido expresarse en este idioma cuando era pequeña.