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Indiana Jones celebra los 40 con nueva película

Repasamos la gestación del personaje del célebre arqueólogo, un ícono del cine de aventuras que regresa en 2022, aunque sin Spielberg en la dirección

16 agosto, 2021 09:26

“Indiana, Indiana, no sabes decir otra cosa, ya me tienes hasta la banana”, cantaban en 1986 los Hombres G, el grupo español con más groupies en aquella época, sabiendo que ni siquiera su fantabulosa fama era comparable a la del célebre arqueólogo. Y eso que entonces tan solo había protagonizado dos películas: En busca del arca perdida (1981) y El templo maldito (1984). Todavía faltaban otros dos episodios ya estrenados -Indiana Jones y la última cruzada (1989) e Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008)-, y un quinto que se está rodando en estos momentos, además de series, videojuegos, atracciones en parques temáticos, cómics, novelizaciones de las películas, figuritas de acción… Sin duda alguna, Indiana Jones es un nombre grabado a fuego en el imaginario de la cultura popular de los últimos 40 años, ya que su desembarco en los cines se produjo hace exactamente cuatro décadas, el 12 de junio de 1981 en EE.UU. y el 5 de octubre en España. Su huella se nota en infinidad de películas posteriores como Los Goonies, La búsqueda, El código Da Vinci, El capitán América: el primer vengador o la española Tadeo Jones, y en videojuegos tan célebres como Tomb Raider o Uncharted.

Sin embargo, podríamos estar hablando de Indiana Smith (o quizá llamándose así no estaríamos hablando para nada de estas películas) si hubiese fructificado el nombre que George Lucas le otorgó en un primer tratamiento al personaje en 1973, justo después del estreno de American Graffiti. Lucas quería entonces hacer un homenaje a los seriales del estudio Republic Pictures de los años 30 y 40 y empezó a desarrollar el proyecto de la mano del guionista Philip Kaufman, que propuso que todo girara en torno a la búsqueda del Arca de la Alianza. Sin embargo, a Kaufman lo contrató Clint Eastwood para escribir El fuera de la Ley y George Lucas aparcó el proyecto para desarrollar La guerra de las galaxias, cuyo éxito dejó agotado al director. De vacaciones en Maui con su colega Steven Spielberg, que venía de recibir grandes elogios también por Encuentros en la tercera fase, Lucas se enteró de que este quería rodar un episodio de James Bond y se le ocurrió hablarle de su antigua idea. A Spielberg le entusiasmó la posibilidad de crear una franquicia en torno al personaje, pero lo primero que hizo fue cambiarle el nombre: de Indiana Smith a Indiana Jones.

Lucas contrató a Lawrence Kasdan, que venía de escribir El Imperio contraataca, para que desarrollara la historia y entre los tres llevaron a cabo una serie de intensas reuniones en las que felizmente se descartaron ideas como que el personaje practicara kung-fu, que fuese un playboy o que tuviera problemas con la bebida. Aunque quizá la decisión más importante tuvo que ver con el actor que interpretaría al personaje. La primera opción fue un Tom Selleck que no pudo desembarazarse de sus obligaciones contractuales en la televisiva Magnum, P.I. y que tuvo que renunciar a interpretar al personaje. Se valoraron nombres tan dispares como Bill Murray, Nick Nolte, Steve Martin, Chevy Chase, Jack Nicholson y Jeff Bridges, pero finalmente fue Harrison Ford quien se llevó el gato al agua tras convencer a Spielberg con su papel en la segunda parte de Star Wars.

Ajustando el presupuesto

Tras varias negativas de diversos estudios, que lo veían como un proyecto excesivamente costoso, fue Paramount Pictures la que entró al trapo, acordando con Lucas la producción de cuatro películas. Sin embargo, el presupuesto para el desarrollo del proyecto iba muy justo, por lo que Spielberg puso todos los medios para que no se le fuera de las manos. “Nunca hicimos más de treinta tomas durante el rodaje; normalmente eran cuatro. Así que fue una película silenciosa, en la que filmamos solo lo que necesitábamos, no desperdicios”, comentó al respecto Spielberg. “Si hubiera tenido más tiempo y dinero, se habría convertido en una película pretenciosa”. 

El rodaje fue todo lo accidentado que podría preverse en este filme de aventuras con localizaciones en Inglaterra, La Rochelle, Túnez, Hawái y California. Ford rodó muchas de las escenas más complicadas sin valerse de un doble y no se puede decir que saliera ileso del entuerto. La avioneta en la que escapa durante el prólogo de la cinta se estrelló poco después de despegar, pero fue en una escena posterior, la de la pelea con el cachas en torno al avión con hélices, donde se rompió el ligamento cruzado de la rodilla. También sufrió como el resto del equipo una intoxicación alimenticia en Túnez -solo se salvó Spielberg, que comía latas y latas de unos spaguettis americanos-, que provocó uno de los momentos más célebres y cómicos de la saga: el disparo al espadachín, que tenía que haber sido en realidad una larga pelea, pero Ford no tenía ese día el cuerpo para grandes aventuras. Además, Spielberg se valió de cerca de 7.000 serpientes para las escenas del Pozo de las Almas, y Ford sentía unas náuseas tremebundas cada vez que se enfrentaba a ellas. Por lo menos, el equipo tuvo la delicadeza de situar un cristal entre él y la cobra que le amenaza para que no le atacara. Uno de los asistentes tuvo menos suerte, ya que le picó una pitón y tuvo que recibir asistencia médica.

En definitiva, el carisma de Harrison Ford como protagonista, la inolvidable banda sonora de John Williams y el sentido para la aventura que despliega Spielberg en la silla del director marcaron una saga que hoy es historia del cine. La película se convirtió en una de las más taquilleras de la historia, con más de 380 millones de dólares a nivel mundial y, además, consiguió grandes elogios por parte de la crítica y hasta cinco estatuillas de las nueve a las que optaba en los premios Óscar, todos en apartados técnicos. Y es historia viva porque en la actualidad se está rodando el quinto episodio de la saga, aún sin título oficial y sin Spielberg como director, que sí participa como productor. Le sustituye a los mandos James Mangold, el director de Logan y Le Mans ‘66, que también ha escrito el guion junto a Jez Butterworth y John-Henry Butterworth. En el reparto, además de un Harrison Ford a punto de cumplir 80 años -y que ya ha tenido que abandonar el rodaje durante unas semanas por una lesión en un hombro- encontramos a Phoebe Waller-Bridge, Mads Mikkelsen, Thomas Kretschmann, Boyd Holbrook, Shaunette Renée Wilson, Toby Jones y a nuestro Antonio Banderas, una incorporación de última hora. Su estreno está previsto para el 29 de julio de 2022.

@JavierYusteTosi