La boda de Rosa. Foto: Natxo Martínez

La boda de Rosa. Foto: Natxo Martínez

Cine

El Festival de Málaga se celebrará del 21 al 30 de agosto

Icíar Bollaín, con 'La boda de Rosa', inaugurará una edición que se adaptará a las circunstancias provocadas por la crisis del coronavirus con estrictos protocolos higienico-sanitarios

5 junio, 2020 19:03

El consejo de administración de Festival de Málaga, reunido esta mañana por videoconferencia, ha aprobado por unanimidad el Plan director de la 23 edición, que prevé su celebración del 21 al 30 de agosto, tras el aplazamiento del certamen en marzo debido a al coronavirus. Este documento, que recoge la hoja de ruta del Festival en sus nuevas fechas y adaptado a las condiciones de seguridad e higiénico-sanitarias que sean de aplicación, se someterá a conocimiento y valoración de las autoridades sanitarias.

Según ha explicado el director de Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar, al consejo, desde el aplazamiento de la 23 edición el pasado 10 de marzo y a solo tres días de su inauguración, la organización no ha dejado de trabajar en la búsqueda de nuevas fechas y nuevo modelo para llevar a cabo el certamen, adaptado a las circunstancias provocadas por la crisis del coronavirus. El Festival sitúa finalmente estas fechas del 21 al 30 agosto, una vez que la Feria de Málaga ha sido suspendida. Una ampliación de las fechas inicialmente previstas que el propio consejo de administración ha considerado necesaria para dar cabida a la programación del Festival en sus distintos espacios, limitados en su uso por los periodos necesarios para la realización de los indicados procesos higiénico-sanitarios. Contará para ello con la mayoría de las cintas seleccionadas para marzo. La boda de Rosa, de Iciar Bollain, que concursa en la Sección oficial, será la película inaugural

El Plan director constituye la hoja de ruta actual del Festival y se complementa con un Plan de producción técnico, documento en el que trabajan todos los departamentos del Festival para llevar a cabo la 23 edición en condiciones óptimas y en un modelo adaptado a las circunstancias y la normativa. El objetivo es hacer un festival amable y seguro en el que primará el cine (exhibición) sobre el evento social, con supresión de encuentros colectivos, actos lúdicos y cualquier otra actividad que suponga aglomeración de público. Se adapta así el ‘modelo’ a las circunstancias convirtiéndolo en ‘formato’. En esas fechas se prevé que las salas de exhibición estarán abiertas con restricciones de aforo y aplicando importantes medidas higiénico-sanitarias. El Festival seguirá ese formato, convirtiendo los teatros en cines y aplicando las mismas medidas que se impongan a estas.

Entre las numerosas medidas que prevé el Festival en cuanto a sus contenidos y seguridad se encuentra la reprogramación de contenidos, centrados prioritariamente en las películas incluidas en las distintas secciones oficiales a competición, que se proyectarán en espacios cerrados en los que es más fácil controlar el respeto a las medidas de seguridad; la reducción del número de espacios donde se desarrolla el festival; la anulación de encuentros colectivos, actos lúdicos y toda actividad susceptible de aglomeración de público; la sustitución de la tradicional alfombra roja con público a las puertas del Teatro Cervantes por un gran photocall para medios de comunicación en un espacio que reúna las condiciones adecuadas para la seguridad y el correcto desempeño de los profesionales; la aplicación en su caso de las restricciones de aforo según la normativa sanitaria vigente mediante una venta selectiva de localidades; la limpieza y desinfección de las salas entre proyecciones, así como aseos y espacios comunes, o la disponibilidad de mascarillas y gel hidro-alcohólico en accesos.

Málaga crece con su Festival

El festival de Málaga ha esgrimido tres razones para defender la necesidad de celebrar la 23 edición en agosto. La primera de ellas es que lo presencial, según la organización, es esencial. "El de Málaga es un festival de público y prensa y, aunque con algunas limitaciones este año en el primer aspecto, no queremos dejar de abonar esta identidad, asentada y valorada", explican en el comunicado. "Por ello es fundamental esta dimensión presencial, de encuentro con el sector y el público, de promoción de las películas en salas y de dinamización socioeconómica para el sector y la ciudad".

En segundo lugar hablan del necesario apoyo al sector individual en estos momentos difíciles. "Por sus características intrínsecas, el sector audiovisual se ha visto afectado como pocos por la crisis del coronavirus", apunta el comunicado. "Si antes el apoyo del Festival de Málaga era fundamental tanto en el ámbito nacional como en el internacional, ahora lo es mucho más. Por ello, el Festival ha mantenido sus ayudas a la producción; ha trasladado al formato online su Área de Industria MAFIZ, más compleja por los viajes internacionales; y adapta el modelo de esta 23 edición, en un gran esfuerzo de organización ampliamente celebrado por todos los agentes del sector.

Por último, defienden que la cultura no es un gasto sino una inversión. "Un festival de cine –como la cultura, en general- dinamiza una sociedad desde el punto de vista socioeconómico, generando riqueza, empleo, desarrollo empresarial y un importante retorno de imagen de marca para la ciudad", señala la nota de prensa.

Arranque con Icíar Bollaín

Icíar Bollaín dirige La boda de Rosa, película inaugural del 23 Festival de Málaga, escrita por la propia directora junto con Alicia Luna. Producida por Tandem Films, Turanga Films, Setembro Cine, La boda de Rosa la película AIE y Halley Productions (Francia), con la participación de RTVE, Movistar+ y  À Punt Mèdia, la cinta está distribuida por FILMAX. Candela Peña, Sergi López, Nathalie Poza, Ramón Barea y Paula Usero protagonizan esta tierna comedia, que según su directora se parece a sus primeras películas. “Es una historia de personajes, de sus relaciones entre ellos y con el mundo y que intenta hablar de cosas que de una forma u otra nos afectan a todos, pero siempre con humor y con emoción”, explica Bollaín.  

La cinta narra la historia de Rosa, que a punto de cumplir 45, se da cuenta de que ha vivido siempre por y para los demás y decide apretar el botón nuclear, mandarlo todo a paseo y tomar las riendas de su vida. Pero antes, quiere embarcarse en un compromiso muy especial: un matrimonio consigo misma. Pronto descubrirá que su padre, sus hermanos y su hija tienen otros planes, y que cambiar de vida no es tan sencillo si no está en el guion familiar. Casarse, aunque sea con ella misma, va a ser lo más difícil que haya hecho nunca.