Image: Guillaume Canet: Me gusta el cine que apela a las emociones

Image: Guillaume Canet: "Me gusta el cine que apela a las emociones"

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Guillaume Canet: "Me gusta el cine que apela a las emociones"

Llega a nuestros cines Pequeñas mentiras sin importancia, la película con la que el actor y director francés ha seducido a más de cinco millones de espectadores en su país

26 mayo, 2011 02:00

Guillaume Canet

No es difícil comprender los motivos por los que Pequeñas mentiras sin importancia ha arrastrado a más de cinco millones de espectadores en Francia. Este retrato generacional de los que ahora tienen treintaytantos recuerda a aquella Beautiful Girls en su carácter melancólico y tierno que acaba siendo un canto a la amistad. La película, que a pesar de su tono de comedia no desdeña el sentimentalismo o el drama, surge cuando en un grupo sólido de amigos uno de ellos tiene un grave accidente de moto. Los amigos deciden irse juntos de vacaciones de todos modos y será durante esos días de asueto en los que descubriremos sus alegrías y sus miserias. El también actor Guillaume Canet (La playa o Vidocq) dirige esta farsa sobre las relaciones humanas en la sociedad actual que logra conmover y divertir a un espectador al que no le costará ser cómplice de muchas de las situaciones retratadas. Protagonizan un elenco de actores galos de primera categoría como Marion Cotillard, Benoît Magimel o Gilles Lellouche. Canet, a quien no sientan del todo bien los madrugones como el de ese día, recibió a El Cultural durante la última Mostra de Valencia.

PREGUNTA.- Pequeñas mentiras sin importancia es un filme que parece muy personal. ¿Cómo se siente uno cuando algo tan personal es sentido de la misma forma por millones de personas?
RESPUESTA.- Es muy raro. Comencé a escribir como casi una terapia. Yo sabía que iba a ser una película pero no me di cuenta hasta mucho después de que es algo que iba a ver todo el mundo. Hay cosas inventadas pero sí hay cosas muy mías y es verdad que hay un momento en el que te planteas si hay motivo para ir hasta el fondo de las cosas. Al ser una película sobre las cosas que nos callamos por miedo a lo que opinen los demás o a hacer daño decidí no caer en el error de mis protagonistas. Encontré el coraje porque en realidad me apetecía mucho hacer esta historia.

P.- ¿Y se ha enfadado alguno de sus amigos?
R.- No (risas). En realidad casi todos son ficticios menos uno, Max, que éste realmente sí podría reconocerse. Por eso le dejé leer el guión antes de rodar la película. El estuvo de acuerdo y eso fue un gran alivio.

P.- Hay una contradicción. Los personajes no son felices pero son muy afortunados en muchos sentidos.
R.- Esto es para mostrar que el dinero no hace la felicidad, ni tampoco el éxito. La felicidad uno la puede encontrar de una forma muy simple, como el hombre de la playa que los acompaña en vacaciones. Finalmente lo más importante es aprovechar a la gente que amamos.

P.- La película plantea una sociedad en la que las relaciones amorosas tienden a ser poco sólidas.
R.- Vivimos en una sociedad en la que todo va rápido, que no digiere las cosas. Te casas y te divorcias de una forma muy simple. Antes te casabas hasta la muerte. Es un mundo que vive en este contexto de arrasar con todo. Eso crea un desequilibrio total. Asimismo, la mujer tiene un papel nuevo en la pareja y eso crea hombres menos seguros de sí mismos, más sensibles.

P.- Pasa del drama a la comedia constantemente. ¿Ese fue el gran reto?
R.- Quería reflejar la vida y es así, cambia de género constantemente. Uno se despierta por la mañana contento y puede irse a la cama desesperado por una noticia terrible. Yo quería mostrar todas las emociones por las que pasamos y lo más difícil fue encontrar ese equilibrio.

P.- No evita lo sentimental.
R.- En Francia ha habido críticas respecto al final porque ha habido gente que lo ha considerado demasiado sentimental. Comprendo muy bien lo que dicen pero no estoy de acuerdo. El reto era atreverse a mostrar sentimientos puros y duros. Me gusta el cine que apela a las emociones. Es algo que no podía solucionar en cinco minutos. Lo intenté en el montaje pero quedaba mal.

P.- La película sin embargo deja muchos cabos por atar.
R.- No había pensado en hacer una secuela pero ahora sí tengo el proyecto. Algún día se resolverán todas esas dudas que se mantienen.

P.- Es una película sobre un grupo de amigos, pero se inscribe en el género de cintas familiares.
R.- Es así cuando uno tiene un grupo de amigos de toda la vida. En la amistad llegas a un punto en el que no necesitas hablar para saber lo que opina del otro.

P.- Hay sin embargo, una tradición de estas películas.
R.- Los amigos de Peter, Beautiful Girl, Reencuentro de Kasdan. Estas películas fueron una fuente de inspiración. De hecho, fueron las que encendieron la chispa para que comenzara a trabajar.

P.- ¿Cree que Un cuento de Navidad de Arnaud Desplechin es la versión hard core de su película?
R.- (Risas) Es posible, sí.

P.- Un detalle curioso, todas las canciones son en inglés.
R.- Tengo un problema cuando las palabras de la música toman el lugar de las imágenes. Si cantan en francés es demasiado explicativo. El inglés me permite una cierta distancia. No quiero que las canciones usurpen el lugar de los personajes.

P.- Se habla mucho de la profesión de los protagonistas salvo de la del actor. ¿Fue por pudor?
R.- Todos están marcados por lo que hacen en su vida. En el caso del actor sí hay algún comentario cuando dice cosas como que tiene la impresión de que todo el mundo lo reconoce. En su caso, no hace falta hacer ostentación de ese trabajo porque en realidad actúa todo el rato.