Cine

Il Divo

Director: Paolo Sorrentino

11 diciembre, 2008 01:00

Intérpretes: Toni Servillo, Anna Boniautu, Paolo Graziosi, Giulio Graziosi. Guión: Paolo Sorrentini. Italia, 2008

Voglio un donna!". Ni Novecento ni El árbol de los zuecos ni El caiman. El verdadero cine político italiano se resume en una frase, un gesto, un grito. Amarcord. Federico Fellini. Un hombre sobre un árbol: "¡Quiero una mujer!". ¿Hay algo más revolucionario? Paolo Sorrentino respondería que no, no lo hay, y fiel al postulado marxista -"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados"- dedica Il divo a la personalidad más magnética, perturbadora, rancia e imprescindible que ha dado la historia reciente de Italia: Giulio Andreotti. Trágico y cómico. No se trata de un biopic al uso; ni de un manifiesto "antitodo" a lo Moretti. No, es algo más. Estamos delante de un drama que toma prestado de Bertold Brecht el trazo rudo y profundo de un bisturí que trabaja como un arado. La idea es penetrar hasta lo más profundo de un sistema radical y públicamente tumefacto. Sorrentino, que ya había demostrado buena mano con la mecánica del thriller en Le conseguenze dell'amore, descompone en una acelerada secuencia de planos, voces y gestos la figura del personaje que ha encarnado, para mal y para muy mal, la imagen entera de Italia. El espectador asiste atónito a una barahúnda de datos, sumarios judiciales, textos, pretextos, contextos... La tentación de apresar cada detalle sume por fuerza en una confusión cerca del dolor de cabeza. La pesadilla es esto. Detrás del caos, habita la bestia. La estrategia es ambiciosa: retratar en un cuerpo encorvado a un país entero. El inmenso actor Toni Servillo desestructura al personaje Andreotti hasta transformarlo en símbolo. El presupuesto es investigar en los límites de una interpretación algo más que inmensa hasta convertirla en metáfora de una sociedad en crisis permanente. Este año, hemos asistido a un espectáculo cerca del prodigio. Dos películas italianas se complementan para fotografiar una situación crítica. Desde abajo, desde las entrañas de la vergöenza, Gomorra, de Matteo Garrone; desde arriba, desde la altura, Il divo. Dos obras mayores con el aspecto simple, brutal y desgarrador de un grito. '¡Voglio una donna!'. Por supuesto, en el país de Fellini no conviene perder el sentido, el sentido del humor.