Image: Schnabel escribe sobre “Antes que anochezca”

Image: Schnabel escribe sobre “Antes que anochezca”

Cine

Schnabel escribe sobre “Antes que anochezca”

El arte como refugio

14 marzo, 2001 01:00

El viernes llega a nuestras pantallas Antes que anochezca, segunda película del pintor Julian Schnabel. La obra, que viene respaldada por galardones internacionales y una nominación al Oscar, está basada en la autobiografía homónima del escritor Reinaldo Arenas, disidente cubano que fue perseguido y encarcelado debido a su condición homosexual por el régimen castrista y, enfermo de sida, se suicidó en el exilio norteamericano en 1990 . Julian Schnabel escribe para EL CULTURAL sobre las motivaciones que le han llevado a realizar un filme sobre el escritor cubano, mientras que nuestro crítico Joaquín Marco analiza la figura literaria de Reinaldo Arenas, un hombre de letras que Javier Bardem ha elevado a la categoría de mito gracias a su rotunda y magistral interpretación.

Siempre he pensado que el cine es arte, y que la gente todavía anhela encontrarse con una obra de arte cuando acude al cine, del mismo modo que visita los museos para contemplar creaciones artísticas. Como en todo lo que hago, este es mi principal objetivo cuando me pongo detrás de una cámara. Mi intención, lógicamente, no es hacer dinero con las películas, no en vano yo me gano la vida con mis cuadros, así que en las dos ocasiones en que me he propuesto rodar una película, además de evolucionar en mi aprendizaje y de pasarlo estupendamente, lo que principalmente me mueve es la necesidad de crear arte y de influir todo lo que pueda en las vidas de los espectadores que pagarán por ver mi trabajo.

No sólo quiero entretener, quiero remover las conciencias. Creo que esa también era la intención de Reinaldo Arenas, un auténtico símbolo de resistencia y esperanza para muchas personas. Con esto no quiero decir que mis pinturas se parezcan a mis películas o que mis películas se parezcan a mis pinturas. Parto de la base de que son dos conceptos muy distintos, aunque la imagen sea común a ambas disciplinas. Pero sí soy consciente de que con ambas herramientas -con un lienzo o con una cámara- es posible crear una obra rebosante de elementos artísticos. Mi arte no es un reflejo de lo que sé ni de lo que pienso, es simplemente la expresión de un "misterio" que intuyo y que sólo investigándolo y recreándolo soy capaz de desentrañar. Si la obra me sale bien, luego puedo contemplar ese misterio. Con la vida y obra del escritor cubano Reinaldo Arenas, lo único que intenté fue precisamente eso: desentrañar su misterio. Leyendo sus libros, se agolparon tal cantidad de imágenes en mi mente que tenía que hacer una película.

La figura de Reinaldo Arenas, como la de cualquier artista absoluto, es un todo. No se pueden desligar sus escritos de su azarosa y difícil vida. Es imposible comprender el alcance de todo lo que escribió sin conocer los sufrimientos, las persecuciones y las vejaciones a las que fue sometido por el único hecho de ser un escritor homosexual y anticomunista que no tenía miedo a decir lo que pensaba. Tuvo la mala suerte de nacer en Cuba y vivir la mayor parte de su vida bajo un régimen que no toleraba su forma de vida ni sus opiniones contra la dictadura de Castro. Todavía hoy, desgraciadamente, el pueblo cubano vive a expensas del humor de Fidel Castro. Gran parte de la población cubana no conoce todo lo que cuento en la película, que es lo que contó Reinaldo Arenas en sus memorias, y creo que deberían poder verla, porque es su pueblo el que está retratado. No hay que olvidar que Reinaldo habló en nombre de muchos cubanos. Pero el control de Castro sobre la población es tan intenso, que ésta no puede conocer su propia historia. Mi gran ilusión es que algún día mi filme se pueda proyectar en salas de cine cubanas.

Yo descubrí a Reinaldo Arenas tres años después de su muerte. En Estados Unidos apenas era conocido, y todavía hoy sólo es realmente conocido en las comunidades cubanas y homosexuales. En 1993 vi un documental de televisión en Florida en el que entrevistaron a Reinaldo sobre su vida. Ese mismo año, el "New York Time Book Review" publicó una crítica de su autobiografía Antes que anochezca. Pensé que si algún día volvía a hacer una película, sería sobre él. Mi intención no era hacer un filme con un claro mensaje anticomunista, como desde algunos sectores de la crítica se ha proferido. Bajo mi humilde opinión, más bien la película es un alegato contra cualquier tipo de totalitarismo, tanto militar como civil. Hay una secuencia en la película en la que los tambores del militarismo tratan de destruir y enmudecer el ritmo de la poesía de la vida, su lucha por la libertad. Creo que en ese momento está expresada la verdadera lucha de Reinaldo Arenas durante toda su trayectoria artística. Era alguien que se negaba a que le dijeran lo que tenía que pensar y escribir, que se negó a que enmudecieran su voz, y cuya lucha no fue exclusivamente contra el comunismo, sino a favor de los derechos humanos y las libertades básicas del hombre. Precisamente es desde esta óptica como hay que entender la película.

Reinaldo Arenas encontró en el arte un refugio, un lugar donde estar a salvo de los hombres y la vida. Su arte transformó su vida en la medida en que su literatura le elevó a un lugar muy parecido a la zona de libertad que ansiaba. Para Reinaldo Arenas, el arte era sinónimo de libertad, de sexo y de comunión con la naturaleza. Pienso que estas aproximaciones literarias quedan claras en el filme. En algunas secuencias provoco conscientemente la confusión de la realidad con la imaginería literaria del escritor, algo muy parecido a lo que en literatura se ha llamado realismo mágico. Es fácil justificar este recurso narrativo, porque la vida de Reinaldo Arenas es inseparable de su creación, de su imaginación, una y otra se complementan. él convirtió todo en poesía y no había gran diferencia entre lo que vivía e imaginaba. Además, mi objetivo no era trasladar a la pantalla su autobiografía Antes que anochezca, sino desarrollar una combinación de imágenes procedentes de diversos escritos suyos, en concreto El mundo alucinante, Termina el desfile y El color del verano, además de Antes que anochezca. Si he conservado el título de su libro para la película, sólo ha sido con la intención de que éste se venda más -algo que he logrado, porque la obra se ha reeditado cinco veces en Estados Unidos desde que se estrenó la película, y ya se han vendido 60.000 ejemplares- y porque me parece un título perfecto.

Para interpretar a Reinaldo Arenas, lo lógico hubiera sido contratar a un actor cubano, pero eso resultó imposible. Si, por ejemplo, Jorge Perrugoría hubiera dado vida al poeta cubano en mi película, se hubiera metido en muchos problemas a su vuelta a Cuba. De todas formas, y vistos los resultados, contar con Javier Bardem fue algo que superó todas mis expectativas. Sin su participación, la película Antes que anochezca hubiera resultado algo completamente distinto. Creo que con el tiempo su interpretación será recordada como una de las más memorables en la historia del cine, porque alcanza un nivel de excelencia muy similar al que alcanzó Robert de Niro como Jake LaMotta en Toro Salvaje. Cuando le ves en pantalla, no te encuentras con un actor, sino con el auténtico Reinaldo Arenas. De una forma asombrosa supo comprender las experiencias interiores del escritor cubano de tal forma que resulta imposible separar al actor del personaje.

No es motivo de asombro, por lo tanto, su nominación al Oscar. Lógicamente lo va a tener difícil compitiendo con actores de la talla de Tom Hanks, Geoffrey Rush, Ed Harris y Russel Crowe, pero aún así creo que todavía tiene muchas posibilidades. El actor Jack Nicholson me llamó entusiasmado al ver la actuación de Bardem, y organizó una proyección de Antes que anochezca para 300 académicos. Edward Norton, Sidney Lumet y Al Pacino también han manifestado su predilección por el trabajo realizado por Javier Bardem.

Creo, en este sentido, que con la ayuda de estos gigantes del cine el milagro es posible. Yo, por mi parte, sólo puedo darle las gracias una vez más a Javier por permitir que el milagro se produjera y desearle toda la suerte del mundo. En cualquier caso, como él mismo ha dicho, sólo con la nominación ya ha ganado. Todos hemos ganado.