Image: Cassavetes sale de la sombra

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Cine

Cassavetes sale de la sombra

Varios libros rescatan al padre del cine independiente

7 marzo, 2001 01:00

Escena de Maridos, filme de John Cassavetes (a la derecha) que acaba de cumplir treinta años

Coincidiendo con la publicación de tres libros sobre su vida y obra, que vienen a cubrir un importante hueco bibliográfico en la literatura fílmica, el National Film Theatre de Londres dedica una retrospectiva a John Cassavetes. Es la primera vez que se reúne el trabajo completo del autor de Maridos, título que acaba de cumplir treinta años. El escritor Jorge Berlanga escribe para EL CULTURAL sobre la importante influencia de John Cassavetes en el cine del último medio siglo.

El National Fim Theatre (NFT) de Londres ha encontrado durante este mes de marzo varios motivos excelentes para dedicar una amplia retrospectiva a John Cassavetes, padre del cine independiente norteamericano. En concreto, la retrospectiva coincide con la publicación de tres libros dedicados a diferentes facetas de la vida y obra de este "animal" cinematográfico: John Cassavetes: Lifework, de Tom Charity (publicado por Omnibus Press); Cassavetes on Cassavetes, de Ray Carney (Faber&Faber) y, finalmente, Shadows, del mismo autor, que forma parte de la colección Film Classics del British Film Institute.

Aunque esta súbita aparición de títulos sobre Cassavetes pueda parecer excesiva, lo cierto es que no ha hecho más que llenar un hueco bibliográfico de uno de los directores americanos más influyentes durante los últimos 50 años de la historia del cine. Y es que con anterioridad a la publicación de los tres libros mencionados, sólo existía The Films of John Cassavetes, también de Ray Carney, que, además de especialista en su obra es profesor de Cine y Estudios Americanos en la Universidad de Boston.

El silencio de Rowlands

Este hueco bibliográfico fue una de las principales razones por la cual Tom Charity, crítico de cine de la revista "Time Out" de Londres, se embarcó en la tarea de escribir un libro sobre la vida y trabajo de John Cassavetes, ya que tal y como asegura, los únicos títulos existentes en otros países como Francia, España o Italia, son estudios críticos académicos que carecen de una aproximación al lado más humano y personal del cineasta neoyorquino.
Con la intención de solventar parte de este problema, contactó a la viuda de John Cassavetes, la magnífica actriz Gena Rowlands, que le contestó "amablemente" pero con firmeza: "Me gustaría poder cooperar con usted al hablar de John y de su trabajo. Pero de manera específica me pidió que no lo hiciese ya que quería que su trabajo hablase por sí mismo". En opinión de Charity, esta falta de colaboración de Gena Rowlands, junto con la dificultad de acceder a las películas de Cassavetes, son dos factores que han contribuido a perpetuar este problema, por lo menos hasta ahora.

Y es que según confiesa el crítico de cine lleno de entusiasmo y esperanza, esta coincidencia de títulos es un reflejo de un renovado interés en el cine de Cassavetes, sobre todo entre nuevas generaciones de cineastas que lo toman como uno de los ejemplos más importantes de una alternativa al modelo de Hollywood, mucho más cercana al trabajo del actor que a otras cuestiones.

En el caso concreto de Cassavetes, esta nueva propuesta cinematográfica se centró en una búsqueda desesperada por un cine que mostrase la verdad, trabajando con una integridad casi enfermiza y sin concesiones, que convierte a sus películas en auténticos ejercicios de exploración de la naturaleza humana rodadas con un realismo desgarrador.

Tomando esta declaración de principios como punto de partida, Cassavetes puso todo su esfuerzo y energía en poder dirigir sus filmes de la manera más independiente posible. Una de ellas fue la de mantener una carrera de actor paralelamente, que le llevó a trabajar en algunas producciones de Hollywood como La semilla del diablo, Los doce del patíbulo o Pánico en el estadio, o interpretar al conocido personaje de televisión Johnny Staccato, con el mero fin de poder financiar su próxima producción independiente.

En este sentido, su primera producción, Sombras (1957-59), se convirtió en un icono para el cine alternativo americano del momento al presentar un modelo tan innovador como atrevido en el que utilizó un nuevo tipo de cámara, la más ligera y de fácil uso de 16 milímetros. El uso de este nuevo equipo le permitió llevar a cabo su objetivo principal, que era explorar el trabajo de los actores al darles más libertad de movimiento y en última instancia empapar la pantalla de auténtica espontaneidad y verdad, que era en definitiva lo que Cassavetes quería.

Trabajo de improvisación

Animado por el éxito que consiguió con Sombras, el cineasta se acercó a Hollywood y, tras un breve intento de integrarse en la gran industria al dirigir Too late blues y ángeles sin paraíso, Cassavetes volvió a sus raíces independientes con la magnífica película sobre la infidelidad conyugal Faces, protagonizada por su mujer, la actriz Gena Rowlands.

"Faces era un retrato tan desgarrador y honesto de inercia emocional, que todo el mundo asumió que se trataba de un puro trabajo de improvisación, al igual que Sombras. Cuando en realidad cada palabra del diálogo estaba perfectamente escrita y detallada en el guión", explica Tom Charity, aclarando uno de los mitos que giran alrededor de Cassavetes respecto a la falsa creencia de que todos sus diálogos eran improvisados.

La crítica, en contra

En opinión de Charity, uno de los problemas que han ensombrecido la carrera de Cassavetes ha sido la incomprensión de los críticos de cine: "Cassavetes fue un hombre que se adelantó a su tiempo, y por desgracia para él y su trabajo los críticos nunca consiguieron ponerse a su nivel. En este sentido, siempre ha provocado una reacción negativa a su alrededor ya que se le ha acusado de ser un director que lo único que hacía era consentir a sus amigos para que se paseasen frente a la cámara a su antojo, algo que no es cierto", comenta el autor de Lifeworks en tono de reproche. "Una de las razones por las que el trabajo de Cassavetes ha sido malinterpretado de esta manera, se debe al estilo visual tan innovador que se basaba en rodar todas las escenas en repetidas ocasiones y en tomas muy largas, de hasta diez minutos de duración, con la cámara siguiendo a los actores al estilo del cinéma vérité", explica Charity, que en la elaboración de su libro se entrevistó con la mayoría de sus colaboradores, entre los que destacaba Mike Ferris, su cámara habitual. Un ejemplo claro de este estilo se puede ver en el movimiento de cine Dogma, cuyos principados han tomado a Cassavetes como una fuente de inspiración directa.

Gracias al éxito de Faces, Cassavetes pudo continuar esta producción alternativa en la que produjo títulos tan interesantes como Husbands, en la que el propio Cassavetes formaba el reparto de tres protagonistas masculinos junto a sus fieles amigos y colaboradores, Peter Falk y Ben Gazzara, Así habla el amor y Una mujer bajo la influencia.

En los dos últimos filmes, Gena Rowlands ofrece en ambas una interpretación extraordinaria y conmovedora cuyo punto culminante, sin duda alguna, llega en Una mujer bajo la influencia, donde encarna a una mujer de clase media que sufre una crisis mental bajo la impotencia e incapacidad de reacción de su marido. Tal y como Charity recoge en su libro, Cassavetes explicaba de esta manera lo que intentaba transmitir a través de estas películas: "En mi opinión, estas personas y sus pequeños sentimientos son las mayores fuerzas políticas que existen. Estas emociones pequeñas, estos desacuerdos entre los personajes son de vital necesidad. Tenemos problemas terribles, pero nuestros problemas son humanos. Si las películas no tratan de estas experiencias actuales, ¿entonces de qué sirven? Solamente tenemos dos horas para cambiar la vida de la gente".

Y lo cierto es que Cassavetes se tomaba al pie de la letra esta intención de modificar de alguna manera al público que asistía a ver sus películas, por eso no se permitía ninguna concesión a este respecto. De hecho, si durante los preestrenos de una nueva película, el público reaccionaba de forma demasiado positiva, o incluso aplaudía en exceso, volvía a la sala de montaje y cortaba o modificaba el contenido hasta despojar aquellos elementos "distantes" de su verdad.

Coincidiendo con la publicación de estos tres libros, el National Film Theatre ha organizado una completísima retrospectiva de toda su obra, dividida en las diferentes disciplinas en las que trabajó: director, actor y guionista. Este programa cuenta con una retrospectiva paralela dedicada a su mujer y actriz, Gena Rowlands, que participó y aportó su talento en casi todos los filmes de su marido.

Las "sombras" del director

En el apartado de la retrospectiva sobre las películas que Cassavetes dirigió, el programa se inicia con Sombras, a la que le siguieron dos trabajos que no tuvieron gran éxito, Too late blues (1961) y Angeles sin paraíso (1962). Tras esta frustrante experiencia en Hollywood, Cassavetes decidió regresar al cine independiente con Faces (1968), Husbands (1970), Así habla el amor (1971), Una mujer bajo la influencia (1974), The killing of a Chinese Bookie (1978), Opening Night (1977), Gloria (1980), Corrientes de amor (1984) y Big trouble (1985). Por otra parte, el Cassavetes guionista está reflejado en She’s so lonely, dirigida por su hijo Nick. Los filmes en los que John Cassavetes actuó incluyen Crime in the streets, (1956), Código del hampa, (1964), Los doce del patíbulo, (1967), La semilla del diablo, (1968) y Tempest (1982).

John Cassavetes (Nueva York, 1929-Los Angeles, 1989) mantuvo una doble trayectoria cinematográfica, tanto como actor en películas comerciales como director de cintas independientes que exploraron en el arte de la interpretación. Con Sombras (1957), rodada en blanco y negro de 16 milímetros, dio el salto a la gran pantalla e inició su innovadora trayectoria como cineasta independiente, desplegando en su cine elementos cercanos a la revolución estética que vivía el cine francés. Además de protagonizar clásicos como La semilla del diablo o Los doce del patíbulo, Cassavetes se afianzó como el padre del cine independiente con trabajos como Maridos, Faces, Gloria y Opening Night. Hoy en día, su legado sigue influyendo directamente en distintas generaciones de cineastas.