El incomodador por Juan Sardá

Algo pasa en Québec: Denis Côte

2 mayo, 2014 12:47

[caption id="attachment_856" width="150"] Denis Côte[/caption]

Para el cinéfilo más atento, una de las sorpresas más rotundas del cine reciente (rumanos y turcos aparte) está siendo la ya nutrida lista de cineastas con resonante talento surgidos de la parte francófona de Canadá. Ahí está la última incorporación, el formidable Xavier Dolan, y otros como el ya consolidado Jean Marc Vallé, que triunfa en Hollywood con Dalla's Buyer's Club; Philippe Falardeau, que después del éxito de Profesor Lazhar acaba de rodar en Estados Unidos The Good Lie con Reese Witherspoon; o Denis Villeneuve que acaba de estrenar entre nosotros las espléndidas Enemy y Prisioneros.

El Festival Cinema D'Autor de Barcelona nos descubre a uno más, uno de esos cineastas que acumulan prestigio en festivales pero que por motivos incomprensibles no han llegado a las salas españolas. Se llama Denis Côte (1973) y gasta pintas de raruno. Concede el momento de esplendor que vive el cine de su región y sus palabras en España suenan con especial importancia: "Es increíble que en un lugar con 8 millones de personas se produzcan 35 películas, somos la misma población que en Portugal donde se hacen cuatro. Es un cine muy vivo en parte gracias a un Gobierno con unos reflejos culturales muy fuertes que ha apoyado de forma muy clara el cine. Somos una cultura pequeña y estamos rodeados por una cultura muy grande, eso nos ha hecho desarrollar un sentido muy fuerte de la identidad. En este contexto, muchos se están yendo a Hollywood y yo me mantengo como ese outsider que se mueve por los festivales internacionales".

Su último filme, Que ta joie demeure, nos traslada al mundo de las fábricas donde observa, con el espíritu "de un zoólogo", como dice él mismo, una rutina de trabajo dominada por la monotonía y lo mecánico, en la que, explica, "he tratado de encontrar una verdadera definición de lo que es el trabajo. A veces vamos a trabajar y no hacemos nada o estamos en casa y nuestra mente crea muchísimo más que en cincuenta horas delante de la mesa. No creo en la etiqueta documental, me gusta concebir estos trabajos sobre lo real como ensayos en los que trato de encontrar una respuesta a una duda que me inquieta. En Bestiaire observé a los animales comportarse imponiendo una distancia. Esta vez he hecho lo mismo pero con seres humanos. Reflejo a la gente trabajando, en los talleres, las fábricas, las tiendas... Surge una cierta melancolía del trabajo".

Su última película de ficción, Vic + Flo ont vu un ours, es plenamente elocuente sobre los mundos marginales y alternativos que le gusta habitar. Dos mujeres ex presidiarias que acaban de salir de la cárcel se refugian en el bosque para empezar una nueva vida acosadas por un pasado truculento que en cualquier momento les puede costar la vida. "Hablando con funcionarios de prisiones de mujeres me contaron que las reclusas suelen formar parejas muy sólidas no tanto románticas como de protección frente a las demás. Algunas de ellas son lesbianas pero muchas otras están deseando salir de la cárcel para encontrar a un hombre. Sin embargo, es habitual que cuando están en la calle reproduzcan esa unidad de seguridad".

[caption id="attachment_857" width="450"] Que ta joie demeure de Denis Côte[/caption]

En el filme vemos a una mujer enamorada y a otra que no lo está y la enfermiza relación entre ambas. "Hay quien la quiere tachar de película gay cuando está realizada desde un lugar completamente distinto, de hecho muchas veces se pasa en festivales con esa temática y a mucha gente no le gusta. Lo que vemos no es un amor homosexual, tiene que ver con otro tipo de lazos que son más complejos. De todos modos, al final yo la veo como una película muy romántica". Un romanticismo, sin duda, muy particular. "Me gusta jugar con las expectativas del público y darle la vuelta a las convenciones de Hollywood. La película empieza siendo muy seca, muy dura, y después se convierte en otra cosa. Nunca he hecho una película nihilista".

En Curling (2010) vemos la peculiar relación entre un padre y su hija que viven al margen mismo de la sociedad. Elle veut le chaos, trata sobre otro padre y su hija, en este caso un gángster con problemas financieros que transita por un rincón apartado de Canadá planeando fechorías. Nos vies privées (2009) nos presenta a otra pareja en un entorno desolado, una canadiense y un refugiado que buscan el amor perfecto para darse de bruces con la realidad. "Me gusta hablar de gente que no se siente a gusto en la sociedad. Mis personajes siempre tienen un pie en el otro lado. Mis películas no tratan de cambiar el mundo, hablo de lo que se siente cuando uno no se siente del todo parte de este mundo. En realidad, hablan sobre mí porque yo siempre me he sentido un extraño".

Crítico de cine antes que director, Cotê explica su paso por el "otro lado": "Le debo a mis años como crítico el bagaje cinematográfico que ahora utilizo para hacer mis películas. Siento un gran respeto por este trabajo y creo que los buenos críticos tienen un papel muy importante al ampliar el sentido de las películas. Lo que no respeto es la gente que opina sin tener una mínima idea de la historia del cine. Toda esa gente de muchos blogs y los foros solo aportan polución".

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