Image: Calle arriba y calle abajo

Image: Calle arriba y calle abajo

Exposiciones

Calle arriba y calle abajo

Mauro Cerqueira. Dripping wax / André Sousa. Um pintor de gatos

22 diciembre, 2017 01:00

Vista de sala de Dripping wax en la Galería Heinrich Ehrhardt

Galería Heinrich Ehrhardt. San Lorenzo, 11. Madrid. Hasta el 28 de diciembre. De 5.000 a 15.000 € / Galería Bacelos. Dr. Fourquet, 6. MADRID. Hasta el 13 de enero. De 2.800 a 8.000 €

Si había algo que la ciudad de Oporto nos transmitía tras un breve paseo por sus calles era el encanto de la decadencia. El olor a comida; los vecinos calle arriba y calle abajo; los negocios de toda la vida; el empedrado irregular de sus pendientes o el exquisito café que todavía uno puede tomarse en cualquiera de sus bares. André Sousa (Oporto, 1980) y Mauro Cerqueira (Guimarães, 1982) trabajan en un estudio compartido en la Rúa dos Caldeireiros, una calle que hace apenas cinco años se presentaba como una de las pocas que todavía mantenían esa esencia en pleno centro de la ciudad. Sin embargo, la especulación urbanística dirigida hacia la masiva llegada de turistas la han ido adaptando a unos uniformados nuevos tiempos, obligando a sus habituales inquilinos a buscar lejos del centro un lugar asequible en el que sobrevivir.

Caldeireiros ya no es la isla que fue, y de eso se han dado cuenta ellos, que llegaron al barrio hace una década seducidos por la imagen congelada del Portugal en el que habían crecido. Allí, el trabajo de ambos se ha visto influido por lo que la calle les ha ido ofreciendo, encontrando en cada personaje una historia real que de un modo u otro se ha ido contando. El pasado colonial, la supervivencia en condiciones extremas, el deterioro de las relaciones sociales y, en ocasiones, la dignidad, que resiste incluso a las condiciones más adversas. Pensar en el trabajo de ambos como un hecho aislado, primero el uno del otro, y después el de los dos con respecto a su contexto, sería quedarse a medias. Por todo esto Um pintor de gatos, la individual que Sousa presenta actualmente en la galería Bacelos, y Dripping Wax, la de Cerqueira en Heinrich Ehrhardt, responden a una mirada conjunta que de algún modo suena a despedida. Ambas exposiciones asumen la pérdida de esa verdad que envolvía su alrededor e inevitablemente el trabajo de ambos se ha vuelto menos público, menos de todos. André Sousa extrae el título de un relato del escritor portugués Wenceslau de Moraes, que narra la obsesión de un joven monje que, pese al rechazo de su entorno, dedicó su vida a tal tarea. El pintor de gatos es quizás un pintor menor a ojos del sistema del arte y a Sousa eso es algo que le ha interesado siempre. Por eso algunas pinturas reproducen gestos diarios como pueden ser las cuentas sobre el mostrador de un viejo ultramarinos o sobre la pizarra del instituto, y otras generan un intento de retrospectiva, que reúne telas de los últimos años para hablar de la memoria del lugar, de la amistad entre ambos o de las idas y venidas.

Vista de sala de Um pintor de gatos en Bacelos

En el caso de Dripping Wax, la técnica vuelve a ser de mínimos y al irónico guiño a la pintura norteamericana se suma esa idea precaria o romántica de pintar a la luz de las velas sobre el espejo, que se repite en Cerqueira transfiriendo sus miedos a la propia figura del espectador. La acción es monótona y tropieza con la aspiración del gesto pictórico resuelto en minutos. La cera es aquí resistencia en un lugar que, como la capilla de Nossa Senhora da Silva, supone uno de los últimos solares de Caldeireiros que todavía no han sucumbido al fin de ciclo. La vida allí pasa entre el estudio y el local que aloja Uma Certa Falta de Coerência, el espacio de proyectos que ambos regentan desde 2008, ajenos a toda estrategia mercantil, movidos únicamente por esa intuición que también los ha llevado a esta calle: la necesidad de encontrar un poco de verdad en los márgenes de un escenario de cartón piedra.

@angelcalvoulloa