Image: Cada día y cada día más

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Exposiciones

Cada día y cada día más

Alfredo Rodríguez / Nico Baixas / Bel Fullana

19 julio, 2013 02:00

Vista de la exposición de Bel Fullana en la galería Louis 21


Aunque la temporada artística casi toca a su fin en muchos espacios y galerías, hay quien sigue en activo, especialmente este verano. El proyecto Iceberg, por ejemplo. Surgió del cruce de ideas de un artista y un comisario, Ignacio Chávarri y Bernardo Sopelana, como la vivencia participativa de una situación, dicen. Una idea en la que "experiencia" es la palabra clave. El pasado septiembre hicieron de ella una exposición en Matadero y una publicación, Iceberg #1, dejando la puerta abierta a futuras acciones. No tardaremos en verlas...

Alfredo Rodríguez. Solve/Coagula

Espacio Valverde, 30. Madrid. Hasta el 25 de julio. De 250 a 3.600 euros.


Mummerhellen, 2013 (detalle)

En aquella primera exposición encontramos una de las obras más inquietantes de las presentadas por 17 jóvenes artistas del contexto artístico madrileño. Era una emulsión fotográfica sobre una tela roja, que escondía un objeto de madera, justo detrás. El autor, Alfredo Rodríguez (Madrid, 1976), la llamó Control 004 (Eclipse), y parecía querer ocultar una realidad mediante la superposición de una versión mucho más confusa de ésta. Lo mismo puede decirse de las obras que ahora presenta en Espacio Valverde. Misma idea de recorrido y curiosidad, y misma emulsión fotográfica, esta vez sobre papel. Son cianotipos, fotografías basadas en reacciones químicas y abiertas al azar. Otra variante de los eclipses: personajes atrapados en un espejo (Mummerhellen) o fiestas reducidas a cuatro luces de colores (Blue Light). Me quedo con Futuro perfecto: la fusión de dos imágenes, un hombre y una mujer, vueltas a fotografiar tantas veces como años de relación amorosa.

Nico Baixas

Galería Alegría. Dr. Fourquet, 35. Madrid. Hasta el 30 de julio. De 400 a 1.300 euros.

Vista de la exposición

Nico Baixas (Barcelona, 1971) también parte de impulsos primarios y relativamente simples. De una inteligencia emocional no asociada a las palabras. Fascinado con las manos desde niño, con la agilidad de su madre moviendo marionetas y los límites del lenguaje que imponía la sordera de sus abuelos, este performer, como se define, ha catalogado junto a Mara Sánchez-Renero hasta mil formas que pueden llegar a cobrar esas manos. Las vemos en la galería Alegría, un espacio nacido en Barcelona y que, tras casi un año con sede en la madrileña plaza de Cascorro, se acaba de mudar al conocido ya como distrito DF. Entre las singularidades de este espacio está la sección que dedica a libros de artista, editados por Belleza Infinita o Morsa. La idea es incluir autoediciones e invitar a artistas a intervenir un segundo espacio en el sótano, a modo de cadáver exquisito.

Bel Fullana. Malditos cuentos

Galería Louis 21. Dr. Fourquet, 1. Madrid. Hasta el 27 de septiembre. De 550 a 3.500 euros.

Vista de la expo de Bel Fullana

También la galería Louis 21 tiene un sótano convertido en espacio de proyectos, en Palma de Mallorca, y ha pensado en Madrid para abrir su segunda sede. Las manos también son protagonistas en las obras de Bel Fullana (Mallorca, 1985). Ella misma confiesa que se obliga a utilizar la mano izquierda para dibujar forzando la imperfección del trazo, llevándolo al terreno de las pinturas infantiles. Aunque en sus Malditos cuentos hay poca inocencia. Un aparente reclamo superficial da entrada al juego, como los coqueteos. No seas tímido, dice una de las obras. Pronto crece la irreverencia y quedan al descubierto bajos instintos y altos miedos. Not Happy End.