Image: Ignacio Uriarte

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Exposiciones

Ignacio Uriarte

“El artista debe perder el miedo al público”

15 julio, 2011 02:00

Ignacio Uriarte en su estudio. Fotografía: Maxime Ballesteros

Hace 8 años que Ignacio Uriarte compró unos bolígrafos y papel para llenarlos de garabatos monocromáticos. Fueron los primeros dibujos de su vida. Con ellos dejó su oficio de administrativo para dedicarse al arte, aunque nunca abandonó aquella rutina del todo. La Sala Rekalde de Bilbao inaugura el jueves 21 una amplia exposición de su "arte de oficina".

Toca la madera de su mesa de escritorio mientras dice que, por ahora, puede vivir del arte. La presencia en su taller de dos nuevos asistentes lo corrobora. También las muchas maquetas, pruebas y planos que cuelgan de las paredes. Aunque en Berlín parece reinar la calma, en el estudio de Ignacio Uriarte (Krefeld, Alemania, 1972), en el barrio de Prenzlauer Berg, todo va a gran velocidad. En lo que llevamos de año, ya ha participado en 15 exposiciones colectivas y 5 individuales. La última, Works, la inaugura en menos de una semana en la Sala Rekalde de Bilbao -en enero llegará al Centre d'Art La Panera de Lérida- y reúne muchos de sus vídeos, dibujos e instalaciones realizados desde 2003.

Fue aquel un año decisivo para Uriarte: "Todo empezó con una profunda insatisfacción con mi trabajo de administrativo en una oficina, así que el primer paso fue buscar algún posible talento artístico. Siempre me interesé por el arte, pero de manera pasiva y tuve que probar un montón de cosas y participar en una serie de talleres hasta darme cuenta de que lo mío era estructurar contenidos en el tiempo, es decir, el guión cinematográfico. Acabé estudiando artes audiovisuales en México y al final de carrera empezaron a gustarme mis vídeos. Luego siguieron dos años un poco kafkianos trabajando en el cubículo de una multinacional en Barcelona por el día y haciendo arte por las noches. Llegó el día en el que ya no podía más y, en noviembre de 2003, decidí dejarlo todo para lanzarme al vacío".

Papel y boli
De 2003 es la primera pieza que el artista califica como "arte de oficina". También la primera que el público encontrará en Rekalde. Se titula Envelope, un sobre de la Seguridad Social que un día Uriarte decidió desdoblar y pegar en la pared. Empezó ahí su decisión de releer las rutinas del despacho y hacer de ellas su foco de investigación artística. Desde entonces, bolígrafos, hojas A4, rotuladores fluorescentes, cartuchos de tinta, cartulinas, cuadernos, lápices, mesas, papeleras, relojes, documentos de Word y Excel o máquinas de escribir son sus herramientas de trabajo. Como Bartleby, la de Uriarte es una postura ambivalente: "En mi trabajo hay un tipo de resistencia al orden establecido, diferente que en Bartleby, pero igual de pequeñoburguesa, cortés y tragicómica", dice. Lo explica con ejemplos, a los que recurre a menudo: "Cuando a un niño se le da una orden, como '¡Ponte recto!', en señal de protesta a veces se endereza de manera tan exagerada que se convierte en parodia de la propia orden. Yo soy ese niño enderezado sobremanera. El humor, no necesariamente el chiste, está estrechamente ligado a la práctica de muchos artistas hoy". Cita a varios, de generaciones diferentes, que lo usan como elemento clave: Roman Signer (1938), Hans-Peter Feldmann (1941), Fischli & Weiss (1952 & 1946), Andreas Slominski (1959), Christian Jankowski (1968). "También trabajan con una seriedad y formalidad exagerada que hace que las obras se vuelvan aún más cómicas y extrañas", añade. Para hablar de la afinidad ideológica que encuentra en su generación se sitúa entre otros dos artistas: Peter Piller (1968) y Oliver Laric (1981). El primero tiene 4 años más que él y al segundo le saca 9. "Ambos son extremadamente analíticos, hablan del uso de la imagen y de la realidad representada a través de imágenes. Además, ambos desarrollan gran parte de su práctica desde el escritorio. Piller es más analítico; Laric encontró su identidad con el nacimiento de internet. Yo me veo entre los dos".

La rutina laboral le sirve para reflexionar sobre el tiempo, su acumulación (Accumulative Clock, 2006), periodicidad (All my days, 2004), flujo (60 seconds, 2005) o infinidad (Infinity, 2010). También, para hablar de productividad e improductividad y posicionarse como working class (Blue collars, 2008). Su trabajo trata de "la falta de libertad voluntaria", explica. Ese es el tema central de sus obras. "Cuando decidí dejar mi trabajo de administrativo para dedicarme al arte fue como abrir la puerta de una jaula. Sin embargo, decidí quedarme 'en la jaula' y trabajar desde dentro. Esa es mi responsabilidad: No cumplir con el papel que se espera de un artista, sino permanecer en la realidad gris de cualquier oficinista y explorarla a fondo".

Su estética elemental conecta, además, con el arte minimalista y conceptual de los 60 y 70 que revisa, tomando a uno o dos artistas como referencia, cual homenaje, en sus obras: "Del arte conceptual me interesan las maneras de organizar contenidos, las estructuras y la estética. Por ejemplo, para darle una forma final a la serie Xonox Scribbling (2008), estudié con detalle la forma de estructurar retículas de Hanne Darboven y los Becher. Para Monochromes without ink (2008) el estudio de blancos de Robert Ryman fue una influencia innegable", explica.

Al grano
Con el arte conceptual actual mantiene una relación distante: "Muchas veces tiene tintes o aires conceptuales pero no contenido. Como dice una obra de Stefan Brüggemann: Looks conceptual y poco más. Prefiero las cosas bien construidas, con una buena y sólida base conceptual y sin miedo a la claridad. Cuando te expresas con los mínimos elementos necesarios, permites que éstos hablen por sí solos de manera plena, honesta, sin rodeos ni falsificaciones", añade.

Con ese afán aclaratorio Uriarte define algunos de los términos que más se asocian a su trabajo. Esfuerzo: "Intento que esté anclado en el mundo laboral real. ¿Qué mejor que 'trabajar' para lograrlo?". Sentido lúdico: "Una manera de buscar y de encontrar". Fragilidad: "Una instalación de papel se ve más frágil que una escultura de mármol aunque se conserva mejor ya que sólo hacen falta unas instrucciones para volver a recrearla". Automatismo: "Decido los parámetros, me pongo a dibujar durante días mientras la mente divaga. Es como hacer punto. Te permite pensar, meditar, incluso descansar".

A ese ritmo prepara los proyectos más importantes para 2012: las exposiciones individuales en el Drawing Center y la Pratt Manhattan Gallery de Nueva York y en NoguerasBlanchard, en Barcelona, su galería en nuestro país. Para los que creen que su trabajo es recurrente Uriarte tiene respuesta: "Lo es y no lo es. Cualquier interpretación es buena. Como mi trabajo se balancea sobre la fina cuerda de la ambivalencia, casi siempre es igual de correcto decir algo positivo que negativo".
-¿No será que el mundo del arte es demasiado endogámico?
-Lo que está es bastante desconectado del público y no se esfuerza mucho en cerrar esa brecha. El MUSAC es el mejor anti-ejemplo: por muy ambiciosas y complejas que sean las exposiciones, ofrecen visitas guiadas gratuitas constantes y talleres para todas las edades... Creo que es la falta de miedo lo que los hace ser así y que esa es la receta para los artistas: Perder el miedo al público y explicar las cosas las veces que sean necesarias, escuchar pacientemente todas las críticas y hacerles poco caso".