Helga de Alvear en el museo que lleva su nombre, en Cáceres. Foto: Luis Asín

Helga de Alvear en el museo que lleva su nombre, en Cáceres. Foto: Luis Asín

Arte

Muere la galerista Helga de Alvear, figura clave del arte en España, a los 88 años

La coleccionista y mecenas fue impulsora del museo de arte contemporáneo que lleva su nombre en Cáceres.

Más información: Helga de Alvear inaugura su museo: "El arte es como una droga"

J. Yuste P. Achiaga
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La galerista y coleccionista alemana Helga de Alvear (Kirn/Nahe, 1936) ha fallecido este lunes, 3 de febrero, en Madrid a los 88 años de edad. Figura clave para el desarrollo del arte contemporáneo en nuestro país, fue la principal impulsora del museo que lleva su nombre en Cáceres.

"Helga de Alvear será por siempre recordada por su admirable generosidad y su imprescindible papel en el desarrollo del contexto artístico español e internacional", ha comentado Sandra Guimarães, directora del museo cacereño, en un comunicado enviado por la institución, que acaba de firmar un acuerdo con el Museo Reina Sofía para llevar a cabo proyectos conjuntos.

Actualmente, la de Helga de Alvear es una de las colecciones de arte más sólidas y relevantes del panorama europeo, con mas de 2.500 obras. Muchas de ellas han ocupado las salas de los museos de todo el mundo. Entre los artistas más destacados que atesora se encuentran Helena Alemida, Francis Alys, Olafur Eliasson, Christian Marclay, Jeff Wall, Thomas Hirschhorn, Jorge Galindo o Ai Weiwei.

La trayectoria vital y profesional de Helga de Alvear la hizo merecedora de numerosos reconocimientos, entre los cuales destacan la Medalla de Extremadura en 2007, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes concedida por el Ministerio de Cultura en 2008, la Cruz de la Orden del Mérito Civil de la República Federal Alemana (2004), la Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid en 2020 o la Medalla al Mérito Cultural de la República Portuguesa de 2024, entre otros muchos galardones.

Muy querida en el mundo del arte, valiente y libre como pocas, su galería (en la que todavía figuraba como directora) ha sido una habitual de ferias de referencia como Art Basel y, su stand en ARCO, en la entrada del pabellón 7, ha sido durante años una referencia y visita obligada para medios, coleccionistas y amantes del arte. A poco más de un mes para que la feria madrileña abra sus puertas, su presencia este año se echará de menos.

Helga de Alvear nació en Kirn/Nahe (Renania-Palatinado) en Alemania, y solía contar que, siendo niña, le gustaba coleccionar piedras duras que encontraba en el Río Nahe, provenientes de un yacimiento cercano a su casa.

"Siempre pensé que fue mi modo de entrar en contacto con la naturaleza, además de prepararme para entender la abstracción: me gustaban las texturas, las estructuras, las composiciones a veces azarosas", aseguraba en una entrevista en El Cultural en 2013. "Supongo que me ayudó a acercarme al arte abstracto, a entender lo que tiene de orden, de ritmo”.

Tras la Segunda Guerra Mundial, que acaba cuando ella tiene 9 años, Helga de Alvear estudia en el colegio de Salem en el lago de Constanza, así como en Lausana y Ginebra, Suiza. Posteriormente amplía estudios en Londres durante un año.

En 1957, con 21 años, viaja a España con el objetivo de aprender el idioma. Siendo estudiante de Cultura Hispánica en la Complutense, el 27 de mayo de 1958, conoce al arquitecto Jaime de Alvear, con el que contrae matrimonio justo un año después, en la misma fecha de 1959 y con el que tiene tres hijas: María, Ana y Patricia.

Junto con su familia Helga visita con frecuencia el Museo del Prado, donde queda prendada de obras como La Anunciación de Fra Angelico o la última etapa de Goya, artista del que adquiriría una primera edición de Los Caprichos décadas más tarde.

El origen de la Colección Helga de Alvear se remonta a 1967, momento en el que conoce a Juana Mordó, entra en contacto con los artistas del grupo entorno a Cuenca y El Paso y se va interesando cada vez más por la escena artística española. Su primera adquisición fue una pintura de Fernando Zóbel pagada a plazos, y desde entonces, Helga sigue adquiriendo obras.

“Puedes comprar las mejores obras pero primero tienes que aprender", explicaba la coleccionista a El Cultural en 2021. "Yo lo hice en el Prado y en los museos de los países donde estuve aprendiendo idiomas como en la Tate de Londres o el Pompidou de París. También he comprado tonterías, como todo el mundo”.

En enero de 1980, entra a trabajar en la galería Juana Mordó: son años de aprendizaje, tanto en cuestiones de gestión como en un mayor conocimiento del mundo artístico internacional, especialmente a través de ferias como Art Basel, la Fiac en Paris o la Feria de Colonia. En 1982, Helga de Alvear se convierte en una de las galeristas que apuestan por innovar en la escena española con la creación de la feria ARCO.

Con el paso del tiempo, la implicación de Helga de Alvear en la galería de Juana Mordó se hace cada vez más importante hasta que, con la muerte de Juana en 1984, toma las riendas. Durante los siguientes 10 años seguirá las enseñanzas y el modelo, tanto artístico como de gestión, de su mentora.

Sin embargo, en 1995 decide dar un giro a su carrera abriendo una nueva galería bajo su propio nombre en un espacio de más de 900 metros cuadrados junto al Museo Reina Sofía. En este nuevo proyecto apuesta por el arte contemporáneo más internacional con un especial interés por la fotografía, el vídeo y la instalación que en el momento son casi desconocidas en España.

Una de las colecciones más importantes

El deseo de compartir su pasión por el arte contemporáneo con el mayor número de personas posible y de forma permanente llevó a Helga de Alvear a dar un paso más allá. Era necesario crear una institución sin ánimo de lucro, con vocación pública, participativa y transparente: la Colección necesitaba un museo del siglo XXI.

Cáceres se convirtió en el lugar idóneo para hacer su sueño realidad. En el año 2006 se constituyó la Fundación Helga de Alvear, en el año 2010 se inauguró el Centro de Artes Visuales y en el 2021 se inauguró el Museo Helga de Alvear.

Un moderno e impresionante museo, alejado de grandilocuencias, alberga, en pleno caso histórico de la ciudad, el enorme legado de la coleccionista. Proyectado por Tuñón Arquitectos, es un edificio de volúmenes sencillos, marca de la casa (el mismo arquitecto ha firmado la Galería de la Colecciones Reales), que aúna a la perfección lo viejo y lo nuevo.

En palabras de su directora, Sandra Guimarães, "Helga de Alvear será por siempre recordada por su admirable generosidad y su imprescindible papel en el desarrollo del contexto artístico español e internacional".

"Helga fue una líder visionaria que tuvo un impacto indeleble en los artistas con los que trabajó, en los equipos de su Museo y su galería, en sus colegas, en sus numerosos amigos y en todo el mundo del arte. Helga siempre valoró el arte y sus relaciones con los artistas por encima de todo, puso todo su esfuerzo y cariño en hacer realidad el sueño de construir un museo y eligió como hogar para su colección la ciudad de Cáceres, siendo la principal defensora del proyecto hasta el final", subraya.

Así, en la nota emitida por el museo cacereño, recuerda que, de forma totalmente desinteresada, consiguió hacer realidad la creación de una Fundación y un Museo "cuyo impacto ha enriquecido y enriquecerá la vida de miles de personas a través del arte".

"Gracias a su generosidad y a su férreo compromiso con la sociedad hoy contamos con una de las colecciones internacionales de arte contemporáneo más relevantes de Europa y podemos seguir trabajando por cumplir su sueño: transformar la vida de las personas a través del arte. Helga de Alvear tiene un lugar propio en la historia del arte contemporáneo", concluye.