
Real Sociedad Fotográfica. Madrid, ca. 1979-1982. Foto: IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat. Donación de la artista.
Cualladó, el fotógrafo, promotor de la disciplina y coleccionista de imágenes que deslumbra en el IVAM
El IVAM presenta una completa retrospectiva de uno de los promotores de la fotografía histórica.
Más información: La fotografía, más allá de las pantallas, en las paredes del museo
La fotografía, constituida en uno de los núcleos fundacionales de la colección del IVAM en 1989, no ha dejado de estar presente en los fondos y exposiciones temporales del museo, dando lugar a uno de los fondos más importantes del país. Su primer director, Tomás Llorens, tuvo el acierto de prestar atención a este medio, cuando, a mediados de los años ochenta, se miraba de reojo y con recelo a la fotografía, anticipándose al interés y al éxito que alcanzaría la imagen poco tiempo después.
Cualladó: Archivo / Obra
Y en ese origen estuvo el fotógrafo Gabriel Cualladó (Massanassa, Valencia, 1925- Madrid, 2003), cuando el museo aún en ciernes se ocupó de su obra en 1985. Desde aquel momento y hasta 2023, cuando sus descendientes realizaron una última entrega, no dejaron de producirse adquisiciones, donaciones y depósitos, hasta formar una colección de unas 500 obras de Cualladó y otras tantas de diferentes artistas, así como un valioso corpus de documentos, libros y materiales diversos.
Sobre un mismo telón de fondo azul casi Klein, sorprende un atrevido montaje que distribuye la obra de Cualladó y la de otros fotógrafos, junto a libros, cuadernos y documentos varios, en salas que se suceden en dos plantas. Esta distribución ha permitido a la comisaria de la muestra, Sandra Moros, abordar la poliédrica figura de un artista que no parecía tener aristas pero que, en esta exposición, vemos en dimensiones diversas.
Así, más allá del conocido Cualladó fotógrafo, se presenta un artista y coleccionista del que descubrimos, además, su faceta como promotor de la fotografía. Esta polifacética extensión de la personalidad de Cualladó aparece aquí cuidadosamente orquestada cuando, en la entrada a la muestra, al fondo, sobre una misma pared, se muestran multitud de fotografías, unas al lado de otras y, sobre las mismas, otras más, planteando una visión calidoscópica a la que no se puede acceder sino mirando a través de unas vitrinas instaladas justo delante.
Esta presentación, en la que sobrevuelan las fotografías del museo imaginario de André Malraux y la idea de que las obras de arte debían de ser accesibles a todo el mundo a través de reproducciones fotográficas y de otros medios, parece anidar aquí y hacerse ostensible en el modo en el que se muestra tanto la obra fotográfica de Cualladó, entendida como convencionalmente artística, como también documentos, libros y otras fotografías e imágenes. Así es como vemos una imagen que no solo documenta, congela el tiempo y captura la realidad, sino que, al mismo tiempo, la interpreta configurando otras realidades.

Gabriel Cualladó, Boda de Ramon Masats y Montse Santamaría, 1959, Herederos Gabriel Cualladó (2)
En la extensa vitrina que perimetra el espacio expositivo, se presenta el archivo de Cualladó con un conjunto de materiales de naturaleza diversa a partir de los cuales se establece una línea temporal que permite seguir la evolución de la fotografía y, con ella, el desarrollo de la actividad de Cualladó como artista, fotógrafo y difusor del medio fotográfico. Destacan ejemplares como una primera edición de Los americanos de Robert Frank o las ciudades de William Klein, pero también su colección de postales de Navidad, entre artículos, revistas y correspondencia diversa. Interesante resulta la muestra de sus Polaroids, otra de las gratas sorpresas de esta exposición; unos trabajos fechados en los años ochenta y en los que se revela a un Cualladó experimental completamente desconocido.
Mención especial merece asimismo la carpeta de recortes, collages y fotomontajes (1960) donde se pone de manifiesto una de las facetas más interesantes y poco conocidas entre el gran público, como es la del fotógrafo coleccionista, considerado en su momento el primer coleccionista de fotografía de España. Particularmente interesante resulta descubrir el modo en el que Cualladó llega a coleccionar por el procedimiento de acumular imágenes provenientes de recortes de revistas americanas como Vogue o Life. Desde ahí surge el coleccionista que llegará a Diane Arbus, August Sander y Dorothea Lange, entre otros grandes nombres con los que fue configurando una muy relevante colección, ahora en el IVAM.
Parte de esta colección es la que se exhibe en un gran mural en el que se hace convivir a muy diversos y reconocidos fotógrafos con obras significativas. Así, además de los fotógrafos ya citados, encontramos muy interesantes obras de Richard Avedon, junto a José María Ribas, Toni Catany, Humberto Ribas, Aaron Siskind, Paul Strand y Carlos Pérez Siquier, hasta conformar una lista interminable de importantes nombres de la fotografía.
La sala superior cierra la exposición con varias series realizadas entre 1959 y 1990, que reflejan su interés por captar el ser humano a través de temas cotidianos, el cuidado de la luz y la composición. Extraordinaria resulta la serie Boda de Ramón Masats y Montse Santamaría (1959) donde su fotografía temprana recoge con sencillez los cambios que se producirían en la sociedad española, dejando ver su particular forma de captar la esencia de los momentos ordinarios. Una vida diaria que vemos en las series La Albufera (1985) y Els paisatges de Joanot Martorell. Gandia i la Safor (1990).

Gabriel Cualladó: 'Real Sociedad Fotográfica. Madrid', 1979-1982, IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat. Donació de l'artista
En ellas se advierte asimismo la preocupación por el paisaje, las personas y lo cotidiano como acontecimiento. También surgen otros aspectos menos antropomórficos y de orden más formal en la muy llamativa serie Real Sociedad Fotográfica (1979-1982), con una fotografía más constructiva y con la que se hacen visibles los nexos con otros artistas de su propia colección.