Retrato de Mariana de Austria de Velázquez, 'El origen del mundo' de Courbet y 'El jardín de Giverny' de Monet.

Retrato de Mariana de Austria de Velázquez, 'El origen del mundo' de Courbet y 'El jardín de Giverny' de Monet.

Arte

Estas son las obras de arte que todo el mundo debería ver antes de perder la vista

Enrique Vila-Matas, Juana de Aizpuru, Luis Gordillo o Elvira Navarro eligen las obras que verían por última vez antes de quedarse ciegos, como le ocurre a la protagonista del libro 'Los ojos de Mona'.

3 marzo, 2024 02:00

Acaba de llegar a las librerías Los ojos de Mona, de Thomas Schlesser (Lumen). Un bestseller internacional, publicado en más de 20 países, en el que un abuelo trata de mostrar a su nieta “toda la belleza del mundo”, concentrada en los tres museos principales de París, antes de que la niña, quizá, pierda la vista por completo.

Cada miércoles, durante un año, irán juntos a los museos más emblemáticos de París para contemplar, en cada visita, una sola obra de arte. Así, en 52 semanas, Mona conocerá a Rafael, Miguel Ángel, William Turner, Claude Monet, Frida Kahlo, Pablo Picasso, Jean-Michel Basquiat...

Haciendo nuestra esta idea hemos reunido a diez personalidades de la cultura para que respondan a la siguiente pregunta: si le dijeran que va a perder la vista, ¿qué tres obras de arte querría ver por última vez?

Enrique Vila-Matas, escritor

Les aveugles (1986), de Sophie Calle

La belleza la asociamos con la percepción y con la obra artística. Ahora bien, ¿qué pasa si, como hizo Sophie Calle en la exposición de su serie Les aveugles (Los ciegos), buscó diferentes apreciaciones sobre lo que puede significar la belleza si excluimos la mirada? Para Les aveugles (que es la primera de las obras de la que querría despedirme) Sophie Calle fotografió a ciegos de nacimiento y les preguntó qué significaba la belleza para ellos. Recuerdo que una joven ciega de nacimiento respondió: Alain Delon.

Retrato de Mariana de Austria, reina de España (1655 - 1657), de Velázquez. Colección Thyssen-Bornemisza, en depósito en el MNAC

'Retrato de Mariana de Austria, reina de España', de Velázquez (1655 - 1657). Colección Thyssen-Bornemisza, en depósito en el MNAC

'Retrato de Mariana de Austria, reina de España', de Velázquez (1655 - 1657). Colección Thyssen-Bornemisza, en depósito en el MNAC

También me despediría del Retrato de Mariana de Austria, reina de España que entonces estaba en Barcelona, en el monasterio de Pedralbes, en la sección Thyssen-Bornemisza. ¿Y por qué este Velázquez? Porque lo asocio a un padre que aquel día lo visitaba junto a su hijo (de unos cuarenta años) con síndrome de Down. El padre le iba explicando al hijo todos los cuadros. Y al llegar al Retrato de Mariana de Austria, reina de España, se agachó para leer el nombre del autor, después se levantó de golpe y, dirigiéndose al hijo con un tono de voz alto, le dijo:

–¡Velázquez!

Y se quitó el sombrero levantándolo lo máximo posible. Aquel modo respetuoso y alegre de quitarse el sombrero fue un gesto memorable.

El jardín de Giverny (1922-1926), de Claude Monet. Musée Marmottan Monet, París

'El jardín de Giverny', de Claude Monet (h. 1922-1926). Musée Marmottan Monet, París

'El jardín de Giverny', de Claude Monet (h. 1922-1926). Musée Marmottan Monet, París

Y la tercera obra sería una de aquellas ambiguas y borrosas sombras amigas que pintaba Claude Monet en la última etapa de su obra cuando, ya casi ciego, se dejaban iluminar por la luz limpia que en Giverny incidía en el agua de su estanque y en todo lo que le rodeaba.

Juana de Aizpuru, galerista

El origen del mundo (1866), de Gustave Courbet. Museo de Orsay

'El origen del mundo', de Gustave Courbet (1866). Museo d’Orsay

'El origen del mundo', de Gustave Courbet (1866). Museo d’Orsay

Es un cuadro muy pequeño (46 cm x 55 cm), pintado en 1866, pero oculto a los ojos del público durante años. Estuvo guardado en los almacenes porque no se atrevían a sacarlo hasta 1995 que recaló en el Museo de Orsay y allí está todavía. Yo lo vi muy pronto, en los 90. Y he querido volverlo a ver pero ya no he podido: hay siempre unas colas tremendas. Hay también una versión del colectivo Art & Language que me gusta mucho y en el que redujeron el vello de la mujer a un arbolito pintado. De vez en cuando imprimo el original de Courbet y lo tengo unos días sobre la mesa. Es un cuadro que me emociona. 

Estanque de nenúfares (h. 1917-1920), de Claude Monet. Fundación Beyeler

Claude Monet: ‘Estanque de nenúfares’, h. 1917–1920 y 'La catedral de Rouen: el portal (efecto de mañana)’, 1894. Fundación Beyeler, Riehen/Basel, Beyeler Collection. Ellsworth Kelly: White Ring, 1963. Col. privada, © 2013, Ellsworth Kelly. Foto: Serge Hasenböhler

Claude Monet: ‘Estanque de nenúfares’, h. 1917–1920 y 'La catedral de Rouen: el portal (efecto de mañana)’, 1894. Fundación Beyeler, Riehen/Basel, Beyeler Collection. Ellsworth Kelly: White Ring, 1963. Col. privada, © 2013, Ellsworth Kelly. Foto: Serge Hasenböhler

Está en una de las preciosas y silenciosas salas de la Fundación Beyeler, con enormes cristaleras que van de suelo a techo y justo al otro lado hay un pequeño estanque, se oye el rumor del agua. Ese diálogo perfecto del Estanque de nenúfares de Claude Monet con la estancia y con el jardín exterior es maravilloso. Hay muchos más nenúfares de Monet, pero verlos allí es especial. En ese espacio discreto y minimalista tiene una belleza increíble.

Instalación de Franz West en la Galería Juan de Aizpuru en octubre de 2004

Instalación de Franz West en la Galería Juan de Aizpuru en octubre de 2004

Instalación de Franz West (2004). Galería Juan de Aizpuru

Recuerdo como algo maravilloso la última exposición de Franz West en solitario en la galería. Había mucha obra, muy diferente, quedó una instalación preciosa. La siguiente exposición, en febrero de 2011, que organicé del artista con Wolfgang Tillmans, West ya no pudo venir, estaba ya en el hospital y murió poco después.

Luis Gordillo, artista

El Altar de Isenheim (1512- 1516), de Matthias Grünewald. Museo de Unterlinden, Colmar, Francia

'El Altar de Isenheim', de Matthias Grünewald  (1512- 1516). Museo de Unterlinden, Colmar, Francia.

'El Altar de Isenheim', de Matthias Grünewald  (1512- 1516). Museo de Unterlinden, Colmar, Francia.

Entre surrealista y expresionista, el Altar de Isenheim está compuesto por nueve paneles que se abren y se cierran y, al abrirlo, claro, se despliega y se expande. Es una pintura que me fascina. Parece como si arañara y de la tabla saliera un poquito de sangre y yo tengo algo de “arañador”. Uno de los paneles representa una ascensión de Cristo y tiene algo muy divino pero a la vez muy agrio. Muy germánico. Tiene un color ácido que lo impregna todo. Y también una virgen maravillosa. Es de lo más grandioso que se puede mirar.

El síndico de los pañeros (1662), de Rembrandt. Rijksmuseum, Ámsterdam

'El síndico de los pañeros', de Rembrandt (1662). Rijksmuseum, Ámsterdam

'El síndico de los pañeros', de Rembrandt (1662). Rijksmuseum, Ámsterdam

Ese grupo de seis señores sentados alrededor de una mesa están muy serios, pero, al tiempo, miran al espectador irónicos. Podrían estar reunidos para poner en orden las cosas, para hacer negocios, parecen profesionales convencidos. Son señores de cierta edad que se toman todo muy en serio, no van de broma y muestran un claro interés por la realidad. Es un cuadro que parece actual. Ese interés, esos hombres que miran al público, es todo muy actual. También por cómo miran ellos a la gente que les está mirando.

Retrato del Papa Inocencio X (1650), de Diego Velázquez. Galleria Doria Pamphilj, Roma

'Retrato del Papa Inocencio X', de Velázquez (1650). Galleria Doria Pamphilj, Roma

'Retrato del Papa Inocencio X', de Velázquez (1650). Galleria Doria Pamphilj, Roma

De Velázquez podría citar tantas obras que es muy difícil elegir una. Pero me quedo con esta pintura, el Retrato del Papa Inocencio X, que es un cuadro tremendo. Me impresiona mucho. El Papa tiene una cara nada inocente, casi de mala leche. Da la impresión de ser una persona interesada por la realidad y muy poco mística. No sé cómo Velázquez se atrevió a pintarlo así y cómo no le echaron. A lo mejor se lo merecía… Y como pintura, como obra artística, es insuperable.

Elvira Navarro, escritora

El Jardín de las delicias (1490-1500), del Bosco. Museo del Prado

'Tríptico del Jardín de las delicias', del Bosco (1490-1500). Museo del Prado

'Tríptico del Jardín de las delicias', del Bosco (1490-1500). Museo del Prado

El Jardín de las delicias del Bosco parece contener el mundo entero, por su locura y los diversos sentidos que encierra, incluido el misterio; y porque parece contener todo el arte venidero.

La gallina ciega, de Francisco de Goya (1788). Museo del Prado

'La gallina ciega', de Goya (1788). Museo del Prado

'La gallina ciega', de Goya (1788). Museo del Prado

La gallina ciega de Goya es una cuadro perfecto, de un realismo irreal; porque en él hay alegría y frivolidad y, al mismo tiempo, algo inquietante (quizá porque los jóvenes parecen muñecos). Porque es muy español.

Sin título (Negro sobre gris), de Mark Rothko (1969–70). Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York

'Sin título (Negro sobre gris)', de Rothko (1969–70). Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York. © 1998 Kate Rothko Prizel & Christopher Rothko / Artists Rights Society (ARS), New York

'Sin título (Negro sobre gris)', de Rothko (1969–70). Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York. © 1998 Kate Rothko Prizel & Christopher Rothko / Artists Rights Society (ARS), New York

Por su enorme fuerza espiritual eligo Negro sobre gris, de Rothko. Por la impresión de inmensidad, de totalidad. Es una obra que Rothko pintó justo antes de suicidarse y se le atribuye un significado oscuro; sin embargo, a mí me transmite una profunda liberación al contemplarlo (al fin y al cabo, eso es la muerte, ¿no?).

Ernesto Caballero, dramaturgo

Las meninas (1656), de Velázquez. Museo del Prado de Madrid

Detalle de 'Las meninas', de Velázquez (1656). Museo del Prado de Madrid

Detalle de 'Las meninas', de Velázquez (1656). Museo del Prado de Madrid

Pues lo primero de todo Las meninas, porque la esencia misma de la pintura está contenida en esta obra. La teología de la pintura que dijo Luca Giordano, aludiendo a ese juego de miradas que Velázquez extiende más allá del lienzo, invitándonos a una reflexión sobre la percepción y la realidad en una infinita contraposición de espejos hasta hacernos dudar de la misma materialidad del lienzo. ¿Dónde está el cuadro? Se preguntó asombrado Théophile Gautier.

El astrónomo (1669), de Vermeer. Museo Louvre de París

'El astrónomo' (1669), de Vermeer. Museo Louvre de París

'El astrónomo' (1669), de Vermeer. Museo Louvre de París

Es una exaltación de la búsqueda del conocimiento, (para el que el sentido de la vista no resulta imprescindible). Ante la eventual pérdida de la visión, me gustaría impregnarme de la imagen de ese gesto tan humano de tocar el mundo y mirar hacia la luz. Vermeer captura la esencia de la curiosidad humana y el anhelo de comprensión, una doctrina que me gustaría llevar conmigo en la oscuridad: la luz del conocimiento brilla más allá de lo que nuestros ojos pueden ver.

La urraca (1869), de Claude Monet. Museo de Orsay de París

'La urraca' (1869) de Claude Monet. Museo d'Orsay de París

'La urraca' (1869) de Claude Monet. Museo d'Orsay de París

En esta obra, el pintor despliega el espectro latente del color, plasmando con intensidad ese momento previo a la explosión cromática. La blancura de la nieve y su reflejo, contrastando con la solitaria ave negra, evocan una contemplación sobre el inicio y el fin, sobre la presencia y la ausencia. La urraca, posada momentáneamente, está lista para emprender el vuelo, como si fuera una sombra más en este paisaje invernal. Este cuadro simboliza para mí el preludio de la ceguera, un paisaje de paz y belleza inalterada, esperando la eclosión de color que reside en nuestra memoria y percepción, incluso cuando los ojos ya no puedan captarlo.

Soledad Sevilla, artista

Bodegón con cacharros (h. 1650), de Zurbarán. Museo del Prado

'Bodegón con cacharros', de Zurbarán (h. 1650). Museo del Prado

'Bodegón con cacharros', de Zurbarán (h. 1650). Museo del Prado

De las tres obras quería elegir a uno de nuestros grandes clásicos: a un maestro como Zurbarán. La tradición es muy importante para cualquier artista. Estos pintores barrocos son nuestros antecesores. Y me gusta mucho El Cristo, pero quería que fueran cacharros, pensando también en esa niña que pierde la vista me parecía que era algo que una niña pudiera entender y le pudiera interesar.

Pollen From Hazelnut (2013), de Wolfgang Laib 

'Pollen From Hazelnut', de Wolfgang Laib (2013). Instalación creada para la exposición del MoMA de 2013

'Pollen From Hazelnut', de Wolfgang Laib (2013). Instalación creada para la exposición del MoMA de 2013

Es un rectángulo de polen recolectado. Una de las imágenes que más me ha impactado en los últimos años. Lo vi una vez en una bienal y me pareció una idea preciosa, romántica y fantástica, que un artista vaya recolectando polen a lo largo de su vida y que luego haga con ello una “pintura” abstracta. Es de lo mejor que he visto como obra de artista contemporáneo.

Larguer dan Life (2004), de Ángela de la Cruz 

Ángela de la Cruz : 'Larguer dan Life', 2004

Ángela de la Cruz : 'Larguer dan Life', 2004

Esta obra de Ángela de la Cruz es una fantasía. Una pieza divertida que juega con la idea de una tela gigante con la que puedes hacer lo que quieras. Que parece que la puedes doblar, manipular, cambiar. Una tela que es una obra de arte pero también un juego, un experimento, pero que tiene también algo de destructivo. La instalalción, que fue presentada por primera vez en 1998 en el Royal Festival Hall en Londres, es brutal.

Jaime Rosales, cineasta

Las meninas (1656), de Velázquez. Museo del Prado de Madrid

Detalle de 'Las meninas', de Velázquez (1656). Museo del Prado de Madrid

Detalle de 'Las meninas', de Velázquez (1656). Museo del Prado de Madrid

De todos los cuadros que he visto en mi vida es el más completo en todos los sentidos y el más original. Es la quintaesencia de lo que puede y debe aspirar una obra de arte: proporcionar infinitas lecturas y emociones renovadas.

Muchacha leyendo una carta (1657–1659), de Johannes Vermeer. Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos en Dresde

'Muchacha leyendo una carta', (1657–1659 ) de Johannes Vermeer. Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos

'Muchacha leyendo una carta', (1657–1659 ) de Johannes Vermeer. Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos

Todo es misterio, a pesar de la aparente sencillez. ¿Cuál es el sujeto del cuadro? Podría ser la muchacha, el espacio o la luz. ¿Cuál es el tema? Podría ser la soledad, el amor o el tiempo. Una delicadeza y precisión sin igual coronan el cuadro.

El Jardín de las delicias (1490-1500), del Bosco. Museo del Prado

Detalle del 'Tríptico del Jardín de las delicias', del Bosco (1490-1500). Museo del Prado

Detalle del 'Tríptico del Jardín de las delicias', del Bosco (1490-1500). Museo del Prado

El arte no tiene por qué ser realista. En este cuadro se representa la totalidad de las pasiones altas y bajas del ser humano. El estilo naif, la desnudez de los personajes y el sin fin de aberraciones que muestra lo convierten en un estímulo inagotable para la retina.

Xavier Albertí, dramaturgo

Capilla de Los Scrovegni de Padua (1305), de Giotto

Interior de la capilla de Los Scrovegni (circa 1305), de Giotto.

Interior de la capilla de Los Scrovegni (circa 1305), de Giotto.

Sus frescos muestran el inicio de un camino del arte absolutamente nuevo. El arte se sabe deudor de una mirada hacia la naturaleza, hacia la realidad pero sin perder la consciencia de que es arte y que, por tanto, la interpreta.

Capilla Sixtina (1482), de Miguel Ángel. Palacio Apostólico. Ciudad del Vaticano

Detalle de 'Creación de Adán' (1482), de Miguel Ángel. Capilla Sixtina. Vaticano

Detalle de 'Creación de Adán' (1482), de Miguel Ángel. Capilla Sixtina. Vaticano

Las dos intervenciones el techo y el altar. Vemos el triunfo de Dios sobre la muerte. Ahí está narrada la relación de lo humano con lo divino. Miguel Ángel nos cuenta que Dios existe porque seguramente los hombres necesitamos de su existencia. 

El arte de la pintura (1666), de Johannes Vermeer. Museo de Historia del Arte de Viena

'El arte de la pintura' (1666), de Johannes Vermeer. Museo de Historia del Arte de Viena

'El arte de la pintura' (1666), de Johannes Vermeer. Museo de Historia del Arte de Viena

Nos cuenta cómo Vermeer fue capaz de inventar una realidad y de contarnos que la pintura está al servicio de los imaginarios de los humanos.

Berta Vias, escritora

El matrimonio místico de San Francisco de Asís (1444). Museo de Chantilly

El matrimonio místico de San Francisco de Asís, 1444.

El matrimonio místico de San Francisco de Asís, 1444.

Siendo joven me enamoré de una tabla del pintor italiano llamado el Sassetta: el Matrimonio místico de san Francisco de Asís. El santo debe elegir entre tres gráciles figuras, la Castidad, vestida de blanco, la Pobreza, de verde, y la Obediencia, de rojo. Cuando echan a volar, la elegida se vuelve a mirarle. Atraída por la sencillez de los personajes, los pies, unos descalzos y otros no, los vivos colores, la contención en los gestos y cierta dosis de primitivismo medieval en la ejecución, peregriné como pude desde París para verlo en el museo de Chantilly, pero la puerta se cerró en mis narices en el instante en que llegué. Me quedé con las ganas. Para siempre.  

Escultura de Santa Cecilia, de Maderno. Iglesia de Santa Cecilia en Roma

Escultura de Santa Cecilia, de Maderno.

Escultura de Santa Cecilia, de Maderno.

En la iglesia de Santa Cecilia, patrona de la música y de los ciegos, en el barrio del Trastevere en Roma yace postrada bajo el altar una escultura de la santa de Stefano Maderno. Toda blanca con la cabeza envuelta en un lienzo después de que intentaran escaldarla y cortarle el cuello. Una sirena varada en la orilla del martirio. En su dolor esconde el cuello, con el cuerpo ligeramente encogido y los brazos estirados ante ella en un gesto de triste abandono. Las manos desmadejadas, caídas, como alas rotas. Algunos de sus dedos, estirados, parece que intentan decir algo. Quisiera volver a contemplarla y tratar de descifrar su mensaje.

San Salvador de Cantamuda. Palencia

La localidad de San Salvador de Cantamuda, en Palencia.

La localidad de San Salvador de Cantamuda, en Palencia.

Quisiera volver a ver también esa belleza sencilla que parece caída del cielo entre cogollos de árboles con las hojas como campanillas al viento y buitres trazando círculos sobre los pequeños cementerios de esa tierra de campos y montañas solitarios salpicada de joyas del románico que es Palencia y que tan feliz hizo a mi padre y a mí cuando le acompañé. A San Salvador de Cantamuda. Con él, que ya no puede. 

Paco Roca, historietista

Cosiendo la vela (1866), de Joaquín Sorolla. Ca' Pesaro, Venecia

La luz de mi Mediterráneo que tan bien supo captar Sorolla en cuadros como este. Sin duda sería un buen recuerdo de lo maravilloso que es ver la luz del sol sobre los objetos.

El arte de la pintura (1666), de Johannes Vermeer. Museo de Historia del Arte de Viena

Detalle de 'El arte de la pintura' (1666), de Johannes Vermeer. Museo de Historia del Arte de Viena

Detalle de 'El arte de la pintura' (1666), de Johannes Vermeer. Museo de Historia del Arte de Viena

Me gustaría recordar cómo una débil luz da volumen a los objetos, crea texturas y da ambiente y misterio a una escena.

Los nenúfares (1920-1929), de Claude Monet. Museo de la Orangerie de las Tullerías, París

En esta época Monet precisamente estaba perdiendo la vista. Pintaba como veía; formas difusas, colores… Casi son cuadros abstractos, pero llenos de belleza.