Papisa-Velazquez

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Arte

La ‘Papisa’ de Velázquez, vendida por 2,8 millones de euros

Este retrato de Olimpia Pamphili, perdido durante tres siglos cumple las expectativas de los expertos

4 julio, 2019 13:07

Tal y como estimaban los expertos el pasado 24 de junio cuando se anuncio su descubrimiento, el cuadro La Amante del Vaticano, obra perdida de Velázquez, se vendió ayer por la tarde en la londinense casa de subastas Sotheby's por 2,4 millones de libras (2,8 millones de euros). La obra del pintor sevillano fue una de las piezas estrella de la subasta Old Masters en la que salieron a la venta obras de los pintores más importantes de entre el siglo XIV y XIX, otros titanes del Renacimiento y Barroco como Botticelli, Pieter Brueghel el Joven y Peter Paul Rubens y seminales pintores británicos como Thomas Gainsborough, John Constable o J.M.W. Turner. También estuvo en esta venta, la Chica con Pandereta del español José de Ribera que se vendió por 5,7 millones de libras (6,3 millones de euros).

Olimpia Pamphili, la mujer retratada por el artista, fue la más poderosa de la Roma en el siglo XVII. Ambiciosa, dominante y corrupta, era cuñada y titiritera (muchos la tildan de amante) del Papa Inocencio X y quien controlaba todos los aspectos de la vida en el Vaticano. Posiblemente fue una de las primeras feministas, fue adorada por las mujeres del mundo católico que se reunían alrededor de su palacio para aplaudir su llegada. Sin embargo, era odiada por los hombres que formaban parte de la corte papal y condenaban el enorme poder que ejercía sobre el pontífice.

Olimpia fue una de las pocas mujeres que pintó Velázquez y en la obra representa a una mujer corpulenta y fuerte en la que captura y la fuerte personalidad de la protagonista. Los documentos precisan que este lienzo formó parte de importantes colecciones del siglo XVII y XVIII como Cardinal Camillo Massimi o Gaspar Méndez de Haro y Guzmán, séptimo marqués de Carpio.

Pintado entre 1649 y 1659 durante el segundo viaje de Velázquez a Roma, el cuadro ha estado desaparecido durante tres siglos. Perteneció a la colección de Don Gaspar Méndez de Haro y Guzmán y desapareció sin dejar huella en 1724. Dónde ha estado durante estos años es algo completamente desconocido, pero en la década de 1980 se vendió como un cuadro anónimo de la escuela holandesa. Entonces se llevó a la oficina de Sotheby’s de Ámsterdam donde un viejo cifrado llevó a los especialistas de la casa de subastas a empezar una investigación. El descubrimiento fue el siguiente: era una obra original de Velázquez, una pintura muy venerada en su momento y realizada durante la época dorada del pintor.

James MacDonald, especialista en pintura antigua de Sothebys, ha asegurado que “este reciente descubrimiento representa una adición importante a la obra del maestro español. Esta es una de las pocas pinturas de Velázquez que permanecen en manos privadas”. El retrato pertenece así a la etapa en la que Velázquez pinto el famoso Retrato de Inocencio X, un cuadro que tuvo una profunda influencia en generaciones posteriores de artistas, y que tiene como culmen la famosa pieza que hizo Francis Bacon inspirándose en él.