Image: José Miguel Pereñíguez, Premio Cervezas Alhambra de Arte Emergente
José Miguel Pereñíguez
El premio, fallado en ARCO este jueves, ha recaído sobre la obra Señas y sonidos del Palacio Rojo (leones/reyes/abencerrajes) por "combinar el ambicioso enfoque conceptual de partida con una delicada realización material de la obra".
Que La Alhambra de Granada es uno de los monumentos arquitectónicos más importantes de España nadie lo duda. Y tener como inspiración su relato arcano repleto de misterios, leyendas, accidentes, años de reinados y proporciones matemáticas estudiadas para la creación de una pieza de arte contemporáneo puede servir de gran inspiración. Esta ha sido la principal premisa para convocar la primera edición del Premio Cervezas Alhambra de Arte Emergente. El comité, compuesto por Manuela Villa, Alicia Ventura, Juan Antonio Álvarez Reyes e Iñaki Martínez, seleccionó a cinco artistas emergentes de gran proyección para realizar esta aventura. Este jueves, en el stand situado en ARCO para la ocasión, el jurado ha dado a conocer su fallo y la obra premiada ha sido Señas y sonidos del Palacio Rojo (leones/reyes/abencerrajes), de José Miguel Pereñíguez. El jurado internacional ha destacado que el artista sevillano "ha sabido combinar el ambicioso enfoque conceptual de partida con una delicada realización material de la obra". Señas y sonidos del Palacio Rojo entronca con una corriente histórica de estudio de las conexiones entre arquitectura, matemáticas y música. "Trabajo mucho sobre el objeto y me gusta crear cosas que sean funcionales. Aunque, en general, las piezas tienen una presentación de escultura se les puede dar el uso funcional que se les ha pensado", señala Pereñíguez. En esta ocasión ha construido un instrumento musical basándose en las proporciones arquitectónicas, matemáticas y ornamentales de La Alhambra. Se trata, por tanto, de una versión desmaterializada del Alhambra Court que reivindica el valor de lo ornamental a partir de la tradición estética nazarí. "Lo primero fue buscar una conexión étnica y cultural pero pronto me decanté por buscar un fundamento común entre sonido y el espacio. El fundamento al final es el número porque en los dos casos estamos hablando de medidas, alturas, distancias entre sonido y proporciones", añade. El monumento se presta a interpretaciones acerca de la armonía y del logro arquitectónico en sí mismo. "Pero hay una historia detrás, una historia accidental, pasional y truculenta que se corresponde con la historia humana". En su pieza hay guiños a esa historia que "han sido traducidos al sistema de pautas y de organización geométrica de la forma. A base de contar años de reinados y elementos accidentales he querido buscar la manera de reconstruir algo por medio del número".