Image: Se vende el pabellón de verano de Zaha Hadid

Image: Se vende el pabellón de verano de Zaha Hadid

Arte

Se vende el pabellón de verano de Zaha Hadid

9 septiembre, 2016 02:00

Lilas, escultura de la arquitecta Zaha Hadid

La casa de subastas Sotheby's inaugura en el jardín de Chatsworth (en Devon) Beyond Limits, una exposición destinada a la venta de esculturas realizadas para el espacio público de artistas como Zaha Hadid, Cristina Iglesias y Joana Vasconcelos.

Cuesta imaginar que alguien pueda comprarse el pabellón de verano ideado por Zaha Hadid para la Serpentine Gallery en el año 2007. Pero esto es justamente lo que propone e impulsa la casa de subastas Sotheby's organizando la exposición Beyond Limits, uno de los encuentros anuales más importantes de escultura al aire libre. Este año la cita se inaugura el 9 de septiembre en el jardín de Chatsworth del condado de Devon, y en ella, además de la gran pieza de la arquitecta iraquí, se pueden adquirir piezas ideadas para grandes espacios públicos de artistas como Cristina Iglesias, Joana Vasconcelos o Aristide Maillol.

Lilas es el título de la creación de la Premio Pritzker 2004, apodada como la arquitecta visionaria por sus proyectos de estética futurista. En el año 2000 cuando la Serpetine cumplió 30 años de recorrido, fue Hadid la que estuvo detrás de la arquitectura de su pabellón inaugural. Y de ahí prendió la chispa del proyecto que cada verano lleva los más diseños más innovadores a Hyde Park. El diseño poético que realizó para el pabellón de 2007 es un espacio de arcos de 5.5 metros de altura con el que fusiona formas orgánicas con tecnología inspirándose en las complejas geometrías de la naturaleza como pétalos de flores y plantas. Cada curva dialoga con la otra sin llegar a tocarse nunca cediendo el paso al aire, a la luz, al sonido. El diseño de la reina de la curva proporciona sombra durante el día y por la noche se convierte en una fuente de iluminación.

La exploración entre la imaginación y la realidad que confluye en Habitación Vegetal XV (2008) es la presencia española en esta muestra que también sirve de punto de venta. La pieza de Cristina Iglesias invita al espectador a tomar un papel activo frente al imaginario mundo de la artista. Con el exterior de aluminio el reflejo del escenario que lo rodea se distorsiona y crea una realidad engañosa. Pero, en un juego de belleza distorsionada e imagen real, el interior de la habitación se vuelve una zona de paseo con pasajes interiores esculpidos de motivos medioambientales con el objetivo de aliviar y aportar la sensación de espacio natural y orgánico.

Habitación Vegetal XV (doble pasaje), de Cristina Iglesias

También desde la Península Ibérica Joana Vasconcelos (nació en Francia pero vive y trabaja en Lisboa) aborda su trabajo desde una perspectiva social y política. A través de colores vivos y formas que recuerdan a diferentes frutas Fruitcake (2011) denuncia, entre otras cosas, la cultura consumista contemporánea que nos abriga. Con forma de magdalena o cupcake, como se dice ahora, está erigida con colores vivos y moldeada con formas de diferentes frutas. El uso de colores en la escultura critica las referencias comerciales y las estrategias de tentación al tiempo que el acero da una idea de la profundidad de una cultura que prioriza el estilo sobre la sustancia. Siguiendo esa línea de crítica social a través de la escultura está Der Gurk (2016). En manos de Erwin Wurn un pepino de más de cuatro metros de altura se convierte en un mazazo a la endémica obsesión de quererlo todo mejor y más grande. Más allá de distorsionar un elemento diario de corte fálico consigue ironizar y parodiar la cultura moderna y consumista a la que estamos sometidos.

Otro soñador como Bruce Munro lleva sus instalaciones lumínicas de gran escala a Chatsworth. Time and Again (2016), inspirado en su interés en la experiencia humana, se conforma de 108 nenúfares de acero inoxidable flotan en el agua. La instalación la forman tres grupos de nenúfares que representan el pasado, el presente y el futuro creando la forma de un reloj abstracto que, a su vez, representan la creación de la rutina.

Si hubo algo que interesó en particular a Aristide Maillol fueron los desnudos sentados femeninos que capturó en diversas esculturas a lo largo de su carrera a principios de 1900. La Montagne (1936-37), obra que forma parte de Beyond Limits, se considera su pieza más relevante, la más madura, el culmen de su obsesión. Al contrario que su coetáneo Auguste Rodin, centrado en la exploración de la emoción, Maillol se centró en la simplicidad de las formas y expresiones con la precisión de curvas sinuosas, líneas suaves y apacibles rasgos que le imprimen una nota elegante.

La Montagne de Aristide Maillol

Algo más relajado, al menos en cuanto a las fuentes de inspiración, está Jun Ming y su Taichi Arch (2000). Con la vista puesta en esta disciplina física y metal erige una escultura que recuerdan a los movimientos del Tai Chi. Las figuras humanas las simplifica hasta convertirlas en figuras abstractas que reflejan los principios de equilibrio, disciplina y claridad de esta arte marcial. También con inspiración en la naturaleza Lynn Chadwick esculpió su Black Beast. El poder y presencia de la figura adopta una dimensión mítica con inspiración en un viaje que realizó a Grecia en 1955.

Otro de los protagonistas de la muestra son Wendell Castle y sus esculturas pensadas para el espacio público. El escultor asimila la funcionalidad y la moldea rompiendo la barrera que tradicionalmente ha separado el mundo del arte con el diseño. Así, con formas que recuerdan a Jean Arp y Brancusi, se fusionan y dialogan con el espacio en el que se muestran. Above within Beyond, Wandering Mountain and Temptation (2014-2015) estas tres piezas de bronce fueron diseñadas para el espacio público y funcionan también como posibles sillas para el espectador.

@scamarzana