Image: Benjamín Castro: La Noche en Blanco cuesta como una ópera y llega a mucha más gente

Image: Benjamín Castro: "La Noche en Blanco cuesta como una ópera y llega a mucha más gente"

Arte

Benjamín Castro: "La Noche en Blanco cuesta como una ópera y llega a mucha más gente"

Miembro de Basurama, colectivo artístico que ejerce como comisario invitado en la cita madrileña, habla de la gran noche de la cultura

9 septiembre, 2010 02:00

El colectivo Basurama.

Son un colectivo de ocho arquitectos especializados en el arte del reciclaje que se enfrenta ahora a uno de sus mayores retos: organizar y gestionar una noche entera (unas 10 horas) para "vivir la cultura". Miles de ciudadanos entrando y saliendo de unas 200 instituciones para visitar y disfrutar otras tantas actividades. Aunque trasformar la ciudad en una noche no es barato (1.070.000 euros), y son muchas las críticas que en este sentido ha recibido la convocatoria, Basurama ha querido aprovechar los recursos al máximo y ha programado 21 actividades, 9 más que en la pasada edición.

-¿Cuál ha sido el reto de esta Noche en Blanco?
-La Noche es un evento masivo, popular, en el que es difícil matizar, pero precisamente aprovechar ese carácter menos sofisticado era lo interesante del proyecto. Era un oportunidad de romper los límites que habitualmente establece el mundo del arte. Queremos que la gente se apropie de la noche, es una invitación a adueñarse del espacio público y Madrid ofrece muchas oportunidades en este sentido.

Aprovechar los recursos
-De 12 actividades de 2009 han pasado a 21. El suyo es un programa mucho más ambicioso.
-Es algo inherente a nuestra manera de trabajar: estirar al máximo los recursos y poner énfasis en la imaginación. Por ejemplo, lanzamos una convocatoria pública para presentar proyectos que se puedan desarrollar en cinco localizaciones de la Noche y ha sido un éxito, llegaron más de 200 propuestas. Pero lo importante no son sólo las seleccionadas, sino el estímulo que supone. La noche será un éxito si se convierte un espacio de acción no reglada, autónoma, donde la gente genere sus propios juegos.

-Los bares se unen y abren hasta las 5 de la mañana: ¿es una noche cultural o una buena excusa para salir de copas?
-Es una noche cultural pero también con un gran componente lúdico que no tiene sentido negar. Es más, ese aspecto de diversión, que es lo que más se ha criticado desde los colectivos artísticos más puristas, es lo que queremos incorporar.

Críticas a la Noche
-Hablando de críticas, este año hay incluso plataforma en contra de la Noche en Blanco que argumenta su oposición sobre todo por el despilfarro que supone...
-El presupuesto se ha mantenido con respecto al año pasado, pero el Ayuntamiento de Madrid ha reducido en un 15 por ciento su participación (716.000 euros) y se apoya más en patrocinios institucionales. De todos modos, es positivo que haya reflexión y discurso, el problema es que algunas de estas voces han ido a lo tópico y banal cuando hay otras cosas más criticables que el gasto. La Noche cuesta lo mismo que una ópera en el Teatro Real y llega a mucha más gente.

-No es fácil coordinar veintitantas actividades en un espacio tan corto de tiempo: ¿qué ha sido lo más complejo?
-El tiempo ha sido un factor más determinante que el económico. Ningún proyecto ha sido caro, el patrimonio de Madrid es enorme, pero el tiempo ha jugado en contra. Uno de los retos que nos hemos planteado ha sido romper el marco temporal de la noche: muchas de las actividades van a exceder esas 10 horas. Como el proyecto del colectivo francés eXYZt, que ha construido un espacio para los vecinos en la Plaza de la Cebada que va a permanecer abierto, o el parque de juego que Zuloark va a montar en la Gran Vía, unas instalaciones que luego se van a donar para que tengan una segunda vida.

-No nos va a dar tiempo a ver todo, ¿qué nos recomiendan?
-Para mí las 21 actividades tienen un gran valor emocional, cada uno tiene que estudiarse el programa y ver qué le interesa más. Pero hay uno de los proyectos que quizá actúe como aglutinador: la Fiesta de mucho bailar para todas las edades, en la Plaza de Cibeles, donde van a estar pinchando música figuras como los Hermanos Pizarro, Paco Clavel o Luz Divina. Y, al final de la noche, quien haya conseguido llegar a las 6 de la mañana, que vaya a Alba, en el Palacio de Velázquez, donde Antoni Miralda y Montse Guillén realizarán un ritual/desayudo muy especial.