Image: Aurélien Froment

Image: Aurélien Froment

Arte

Aurélien Froment

Bonniers Konsthall, Estocolmo. Del 28 de agosto al 11 de octubre

11 septiembre, 2009 02:00

Aurélien Froment: Théâtre de Poche, 2009

Es uno de los artistas más prometedores del país vecino. En Suecia lo saben y exponen estos días sus últimos trabajos.

También lo saben en Vitoria donde el Centro Cultural Montehermoso otorgó una de sus becas de producción al artista nacido en 1976 en Angers. Muchos recordarán su exposición "The Fourth Wall", en la que se ponía en solfa la cualidad de la sala de exposiciones a partir de la función anterior del espacio, la de almacenar agua. Ahora en Estocolmo, el artista presenta su proyecto Théâtre de Poche y la performance Le chiffre à la lettre. En ambos proyectos el hilo conductor es la magia. En el primero, el "Teatro de bolsillo", Froment recurre a la figura del famoso mago Arthur Lloyd quien en la década de los treinta se hizo famoso con un número en el que extraía de su bolsillo un gran número de papeles que incluían algún tipo de texto. El artista francés recupera su figura en una videoinstalación en la que un actor, vestido también de riguroso negro, sustituye los papeles por imágenes de todo tipo (reproducciones de célebres obras de arte, fotos familiares, cartas…) y parece "colgarlas" en torno a sí en una suerte de alusión a la "virtualidad" de nuestro mundo. Quiere Froment incidir en la necesidad de asociar las imágenes pues el actor distribuye, selecciona y yuxtapone las imágenes de diferentes maneras siguiendo muy variados patrones.

El trabajo de Aurélien Froment tiene como objetivo reflexionar sobre la relación de las imágenes procedentes de muy diversas fuentes. Con un especial interés en el lenguaje y las estrategias cinematográficas, el francés realiza películas, libros, y exposiciones recogiendo material de aquí y de allá en un ejercicio de asociacionismo en el que se genera un complejo magma semántico. Buena parte de su trabajo se inscribe en las relaciones entre el género del documental y el ámbito de la ficción, diálogos en los que el espectador se erige en protagonista fundamental pues la intención del artista es, en gran medida, descubrir el modo en que éste recibe las imágenes y cómo las procesa.

Así, Le Chiffré à la lettre, la otra pieza de la exposición, es una entrevista a un mago francés que habla sobre trucos de ahora y de antes. Es una entrevista a un personaje real y, por lo tanto, tiene mucho de documento. Y, sin embargo, el tema que se trata se encuentra bien arraigado en el territorio de la ficción pues la magia trata en todo momento de engañar al espectador, de jugar de una forma lúdica con su percepción, su comprensión y sus juicios. Y lo cierto es que los juegos de magia son uno de los mejores ejemplos de cómo la ficción se inserta en lo real. No en vano, Froment no es ni mucho menos el primer artista que recurre a los juegos de magia. Hay toda una tradición de engaños y trampas en el mundo del arte que se remonta hasta los orígenes más lejanos, que vive su clímax en la época barroca y que es recogida por diferentes autores y artistas de la contemporaneidad. Baste recordar muchas de las obras y también la actitud ante la vida y el arte que tenía Juan Muñoz, uno de los grandes "jugadores" de nuestro tiempo. El trabajo de Froment se inserta en esta línea, en la que el espectador debe pisar suelo firme y buscar su lugar para no perderse en la maraña de trucos y trampas que le tiende el artista.