Image: Pioneros del 'media lab'

Image: Pioneros del 'media lab'

Arte

Pioneros del 'media lab'

Robert Rauschenberg, entre arte y tecnología

29 mayo, 2008 02:00

Tres Stills de la pieza de Rauschenberg para '9 evenings' que acaba de editarse en DVD

Tras la muerte de Robert Rauschenberg, merece la pena recordar uno de los episodios más ignorados pero quizás más trascendentales de su trayectoria: el que le situó en el centro de la primera apuesta ambiciosa por unir ciencia y arte: E.A.T., Experimentos entre el Arte y la Tecnología.

La historia arranca con Billy Klöver, un ingeniero que a mediados de los 60 trabaja en el centro de investigación de comunicaciones Bell Labs y que siente un gran interés por el dinamismo que se vive en esos momentos en la escena artística neoyorquina. En 1966, Klöver se dirige a Rauschenberg con la propuesta de iniciar una colaboración experimental entre ingenieros de Bell y artistas. 9 Evenings: Theatre & Engineering muestra en el inmenso espacio del Armory el resultado del diálogo entre unos creadores -John Cage, üyvind Fahlstrüm- que proponen usos no imaginados antes de líneas telefónicas o enlaces de radio, y unos técnicos entusiasmados por abordar una nueva clase de problemas.

En Open Score, la contribución del propio Rauschenberg (1925-2008), dos jugadores de tenis lanzan la bola de un extremo de la pista al otro, pero cada vez que una de sus raquetas golpea a la pelota, el sonido del impacto se amplifica inmensamente; un transmisor de radio en el mango de la raqueta transmite la señal hasta los altavoces. Pero además, con cada impacto se apaga uno de los focos que ilumina la pista, hasta sumirla en la oscuridad total. En ese momento, quinientas personas ocupaban el espacio y eran filmadas por cámaras infrarrojas; unas imágenes fantasmales, entonces sorprendentes, que se mostraban al público en grandes pantallas.

El impulso de 9 Evenings animó a Kluver y a Rauschenberg a crear la estructura permanente de E.A.T., con la complicidad de Robert Whitman y de Fred Waldhauer, otro ingeniero de Bell. Activa hasta finales de los 70, la organización promovió una nueva clase de entendimiento de las relaciones entre arte e industria, y llevó a cabo numerosas exposiciones y eventos intermedia. El más ambicioso de sus proyectos sería el Pabellón de Pepsi en la Exposición Universal Osaka’70.

Contempladas desde 2008, es sorprendente la cantidad de dinámicas que los ingenieros y artistas de Experiments in Art and Technology anticiparon y que se han vuelto comunes hoy en el territorio de los nuevos medios. Su sede en un loft neoyorquino tenía mucho de "media lab", al convertirse un espacio de encuentro en que científicos y artistas se encontraban para compartir conocimiento y desarrollar juntos ideas a través de colaboraciones horizontales. E.A.T. además no se limitó a funcionar como un colectivo, ya que la idea inicial de Kluver y Rauschenberg se propagó mas allá de Manhattan y acabó generando toda una red internacional. En 20 ciudades de todo el mundo se crearon grupos locales E.A.T. que llegaron a sumar hasta 4.000 miembros; no muy distinto de lo que hace desde 2000 la red Dorkbot (www.dorkbot.org), que reune en los cinco continentes a artistas y hackers en torno al lema "gente que hace cosas raras con electricidad".

Los últimos años han visto un renacer en el interés por la historia de E.A.T. y 9 Evenings. En 2007, el centro berlinés Tesla organizó una exposición reconstruyendo la historia de 9 Evenings, y este año ha comenzado la publicación de una serie de DVDs con la filmación completa del evento. Están disponibles en http://www.9evenings.com/www.9evenings.com/.